El Egocentrista

Te dije que no quería Relaciones

Los días avanzaban con normalidad, los chicos siempre en lo mismo. Marck se iba involucrando cada vez más y más en los negocios, sin embargo, a medida que el chico se sumergía, menos tiempo libre le quedaba; por lo que estaba pensando en dejar al equipo de fútbol, lo que a sus amigos le horrorizó.

—Ni que fuera tanto, algún día tendremos que dejarlo para poner definitivamente los pies sobre la tierra —decía Marck.

Era la tarde de un domingo de octubre, donde el aire está impregnado con pequeñas gotas de agua, lo que te indica lo lluvioso que es esa temporada donde va muriendo la época de invierno, sin embargo, a causa de esto el clima se mantiene excelentemente fresco.

—Marck definitivamente no, ya estamos casi por finalizar año, estamos a un paso de la final, tú no te puedes ir —decía Henri un tanto exasperado.

—Pues por eso mismo hermano. No ves que los movimientos aumentan en las festividades de fin de año.

—No, no, no, no. Tú no nos puedes hacer eso.

—¿Y por qué no? No te pongas como una mujer berrinchuda.

—Es que no lo puedes hacer, tú eres nuestro capitán, nuestro centro delantero y nuestro mejor jugador y goleador. Te lo repito, no puedes dejarnos.

El joven Chamorro sonrió ante la exposición de su amigo, mencionó muchas virtudes y el por qué le necesitaban en el equipo.

—Lo que sí, es que aún no lo he decidido del todo.

—Marck, ¿te puedo dar un consejo? —indicó Louis.

—Dime.

—¿No crees que te estás acelerando?

—¡Vaya! Pensé que era un consejo, no una pregunta —expresó sarcástico— depende a qué te refieres.

—A tus decisiones, Marck apenas tienes diecisiete y a veces te veo actuando como mi padre que tiene cuarenta y cinco. Para mí te estas apresurando a los acontecimientos. Tú no estás para estar pensando en metas de ventas, crecimiento en las plantas de producción, ni cubrir más terreno con las distribuidoras. Ahorita es momento de disfrutar de tu juventud: fiestas, deporte, noviazgos, aventuras, que sé yo. Amigo para mí las cosas tienen su tiempo, es por etapas, las cuales no se deben de saltar.

Aquel sabio consejo brotó del muchacho que al ver el comportamiento de su amigo se comenzó a preocupar. La verdad, él no lo había notado, pero últimamente dedicaba parte de su tiempo para pasar con Ximena, lo que la chica le hizo el comentario:

 

—Oye Louis no crees que, Marck no se comporta como un chico de su edad —había dicho la joven— parece un señor de cincuenta con rostro de veinte.

—Marck no tiene veinte —dijo riendo—, apenas cumplió los diecisiete.

—¿¡Te das cuenta!?, Su actitud seria y con un carácter tan fuerte, que a veces pienso que es una sorpresa que sigan siendo sus amigos, pero lo que sí que le hace ver mayor. Esas obligaciones que se está cargando… con el asunto de los negocios familiares te van sorbiendo, para mí es muy pronto, nosotros los jóvenes no estamos para esas cosas.

—Él con nosotros es distinto a lo que les refleja.

 

Es lo único que le contestó, pero lo que indicó la chica le dejó pensando. Su conclusión era que ella tenía razón, él había visto a su padre acudir a terapia a causa del estrés, lo que sabía que era una situación seria. Sería muy malo que su amigo siendo tan joven anduviera con eso.

—Sí, sí estoy seguro.

—Ay tú, eres tan terco.

—No, Louis, no lo soy, conozco el significado de tus palabras a la perfección.

—Así, dime pues.

—Crees que me sumerjo… —pensativo— digámoslo así en un pozo que me consume poco a poco.

—Sí, a eso me refería, cada vez actúas más como un hombre de cuarenta.

—Ahí estas equivocado —indicó el joven acomodándose mejor en la silla— y te voy a decir el por qué. Lo que tú acabas de decir, es cuando te estás topando con algo contra tu voluntad, que no te gusta entonces bajo obligación y presión lo haces. ¿Me entiendes?

—No muy bien.

—Yo menos —indicó Henri—, pienso que lo que dice Louis es cierto.

—No se pierdan, es tan sencillo como que dos más dos son cuatro —continuó explicando Marck— les voy a hacer una sencilla comparación. Ejemplo: sus madres les dicen que deben acompañar a sus hermanas por una semana, lo que implica de compras, solones de belleza, etc. —ambos interlocutores pusieron cara de fastidio— pero ahora supongan que sus padres les digan que serán enviados a España a entrenar con un coach de lo mejor, lo que te puede crear una oportunidad de entrar a uno de los equipos con gran auge en la liga española y demás —en esta otra ocasionó en los oyentes que se les iluminasen los ojos de emoción con solo imaginarse la idea— lo ves mi teoría está comprobada con tan solo exponerle dos escenas y que ustedes las visualicen.

Louis analizó lo que su amigo expresó, lo cual le mostró a lo que su amigo quería llegar, por lo que el chico quedó viendo a su expositor a los ojos y asintió. Sin embargo, Henri no terminaba de entender todo; tampoco se iba a quedar con la duda.




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