Todo seguía con aparente normalidad, sin embargo, Zohe se miraba con el semblante un tanto decaído, no era grato saber que tu relación incomoda a tu amiga, Marck que iba con ella le analizó el aspecto por lo que le tomó el rostro entre sus manos.
- ¿Te ocurre algo? –dijo el chico con los ojos buscando respuesta en los de la muchacha.
- Si, solo estoy un poquito deprimida –dijo, el joven le depositó un leve beso en los labios para continuar la caminata hacia la biblioteca de la universidad.
- ¿Puedo saber el motivo?
- Descuida no te preocupes no es nada importante.
- ¿Segura?
- Si.
Ambos entraron a la biblioteca, estaban buscando libros para la clase de gestión bancaria y financiera, ambos tomaron varios libros, se ubicaron en una mesa para ponerse a estudiar.
Henri estaba en el jardín de la universidad sentado en la mera grama con sus cuadernos y libros, la clase era de comercio exterior, se observaba muy concentrado, en definitiva los desórdenes en su humor habían desaparecido, ya no se notaba nada del muchacho inseguro que llegó a Nueva York, su carrera de Ingeniería Comercial había captado todo su interés, se sentía que había encontrado el camino de su vida, estaba preparado para asumir su parte en las compañías de su padre cuando fuera el momento, tenía buenas ideas que pensaba ejecutar cuando ese momento llegara, estaba mejor con la compañía de Tamara en definitiva la vida le sonreía.
Sus pensamientos estaban inmersos en la lectura del libro logística internacional que sostenía entre sus manos, en eso sintió que unos brazos le rodeaban y un beso se plantó en su mejilla, su nariz le avisó de quien se trataba pues ese aroma característico tan dulce lo reconocía a la perfección.
- Que guapo se ve todo estudioso… ¿te lo habían dicho? –inquirió Tamara juguetona.
- No, pero es lindo escucharlo –dijo Henri sonriendo– ¿no tienes pendientes?
- Claro que si –dijo mostrando un libro de derecho comercial, ella estudiaba mercadeo igual que Louis– solo que quería estar cerca de ti mientras estudio.
- Eso me encanta –soltó el dejando lo que tenía en la mano para atraerla hacia sí y plantarle un beso– te amo mi chispita, eres lo mejor de mi vida.
- Yo también.
Ella acomodó la cabeza en el regazo del joven y se dedicó a leer, en tanto él retomaba también su lectura, el joven le acariciaba la frente y la parte de la cabellera a la joven con suavidad. En esa tranquilidad se acercó Louis muy sonriente al ver a la pareja.
- Hola Louis –dijo Tamara.
- Hola tortolitos –contestó el aludido– Henri solo era para acordarte que hoy es la vuelta, tú me dijiste que me acompañarías.
- Claro, ¿a qué hora es?
- A las ocho podemos salir.
- Dale.
Prego se retiró, quedando ellos en las mismas posiciones, pero Tamara la llenó de curiosidad ¿A dónde iría su novio con Louis? Pero no quería preguntar y que su novio pensara que ella estaba tras cada paso que daba, eso no era así, por lo que prefirió seguir leyendo.
Ximena estaba sentada en la cafetería junto a Alondra comentando sobre su nuevo trabajo y la forma en que lo harían, Barquero observaba a la joven muy sonriente y feliz, la había visto muy abrazada a Louis, ¿cómo eso era posible? Después del problema que tuvieron, Alondra pensó que era muy inocente por eso Prego se aprovechaba.
Tenían las laptops a su alrededor revisando, unas sodas acompañaban, se notaban muy inmersas en su trabajo.
- Te quiero preguntar algo, y quiero aprovechar que solo estamos nosotras dos –dijo Barquero.
- Dime –soltó Ximena viéndole intrigada.
- ¿Cómo le haces?
- No entiendo.
- Sí, hace unos días te vi muy mal y ahora te veo de lo más feliz –Pardo la miraba con expresión de extrañeza– sé que no me consideras una amiga, pero llevamos desde el primer año estudiando juntas, es curiosidad, pues yo no le hubiera hecho las cosas fáciles.
Ximena sabía a qué se refería, pero le sonaba raro el comentario y pregunta de su compañera, pero no era costumbre de ella ser grosera por lo que soltó un suspiro y se propuso a contestar.
- Bien, no fue un secreto creo para ti que tuve un problemita con mi novio, pero fue algo que no fue culpa de ambos, sino hubo un tercero, lo importante es que me di cuenta que amo a Louis y pues también comprendí que él lo hacía, no era justo terminar esa bella relación que formamos por algo que no tuvimos culpa ambos, solo nos vimos envuelto en ello.
- Pero te hizo sufrir.
- Sí, pero no fue culpa suya.
- ¿Lo comprobaste? –Ximena vaciló.
- Bueno sé que es así.
- ¿No será que estas tan enamorada que te siegas? Él se vio implicado y ¿de la nada prefieres estar a su lado a pesar que te lastimó?