Aquella información Alondra la había sembrado para causar alguna pisca de curiosidad en la mente de Zohe, necesitaba aquello para que su plan fluyese tal cual se lo había maquinado, se sintió muy bien cuando supuso, que había conseguido hacerlo.
- Alondra no está en mis planes escuchar a escondidas las pláticas de Marck, yo no soy de ese tipo, si él está conversando con ella ok, esa es decisión suya.
Alondra quedó boquiabierta ante su contestación, en definitiva, Zohe no era una chica usual, Zohe no le volvería la cosa fácil, era muy ingenua creyendo a ciegas en él, al menos era lo que Barquero pensaba.
- Ya veo –dijo con sarcasmo.
Victoria estaba con la vista empañada en lágrimas, necesitaba que su alma se limpiara por lo que la dejó escaparan inundando sus mejillas como ríos, Marck la reparó, ella era bastante sensible, pero bastante dramática, el sentimentalismo no era mucho de él, aunque ahora había cambiado, con Zohe era distinto.
- A mí nunca me amaste ¿Verdad? –buscando sus ojos– lo entendí cuando te vi con la chica riza.
Las palabras de Argüello llegaron hasta los oídos de las dos jóvenes, pues Alondra buscaba cualquier pretexto para Zohe no se alejase del punto, pues necesitaba que ellos dijeran algo comprometedor y que su amiga lo escuchara.
- Escuchaste –susurró Barquero–está hablando de ti –medio se fijó entre los arbustos con cautela– y ella está llorando.
Esas palabras “Ella está llorando” si perturbaron el cerebro de Zúñiga, ¿le estaría haciendo algo malo Marck. Su rostro se tensó, pero trató de disimularlo, pues no quería que Alondra lo notase, la actitud de ella empezaba a preocuparle. Se quedó ahí dejándose retener para escuchar, al concebirlo sus entrañas se retorcieron ¿en verdad lo haría?
- Sé que es así, nunca había visto esa mirada para nadie, solo tu familia, es más la de ella es única, pues es un amor de dos.
- Eso no viene al caso Victoria.
- Dímelo Marck.
- ¿Pero qué rayos quieres que te diga? –dijo él, no se miraba gustoso– en su momento te quise, en cuanto a mi situación actual, eso no es ya asunto tuyo, pueda que suene grosero, pero así es, solo termina de hablar vacíate de eso malo que te come el alma, te prometí escucharte, pero no hablaré nada referente a mí o mis sentimientos.
- Lo sé, pero quiero saberlo, me amaste Marck, a ella sí ¿verdad?
- Esto es tan absurdo.
- Dímelo.
- Si, a ella la amo, ¿feliz?
Las jóvenes del otro lado de los arbustos oyeron todo, Alondra maldijo internamente, no había hecho quedar a Zohe para que el tonto de Marck dijera que la amaba –mendigo iluso, ¿amar? Ese idiota no sabe que es esa basura, ya se le debe haber nublado el cerebro con tanto libro y computadora– pensó Barquero. En tanto Zohe escuchaba, era genial para ella saber que él se expresaba así de ella, pero el trato áspero con la chica no le gustaba nada.
Argüello respiró hondo
- Bien… ahora ¿y a mí? ¿y a mí me amaste?
- Ya te dije.
- ¿qué?
- Maldición – murmuró tan bajo que fue prácticamente imperceptible– te quise Victoria.
- Ya veo, solo te guste, te atraje, me tomaste cariño, te obligaste a hacerlo, a hacer dulce o al menos a tratarlo, realmente solo querías tener una aventura como tus tantas y seguir como soltero, lo sé Marck –inclinó su cabeza– sé que te llamé la atención porque te enteraste que no tenía la cabeza hueca, sé que muchos piensan que ser porrista significa ser bonita y sin cerebro, pero no es así, te gustó que al menos pudiera llevar ciertos líos de temas contigo y eso te confundió haciéndote creer que querías algo más conmigo… ahora lo entiendo. Es mejor saberlo… pero también duele.
- Esto es tan tonto y sin sentido, eso ya es pasado Victoria, en definitiva, algo salió mal y por eso no se dio, deja eso ahí en el pasado y sigue, has cosas mejores.
- Quiero intentarlo… ¿te arrepientes de lo que pasó entre nosotros?
¿Era enserio? –se preguntó internamente Chamorro que entornó sus ojos– esto no tienen ningún sentido, tengo reunión en una hora, y debo anticiparme al tráfico, luego hacer las inscripciones de clase, pensé que iba a ser rápido, que iba a contar todo, quizás hasta insultarme, lloraría como magdalena hasta desahogarse, pero no con esta tontería.