El Egocentrista

No quiero verte ni hablarte más

Alondra por su parte se había quedado escondida en las cercanías, espiando lo que pasaría entre ambos jóvenes, se sintió feliz cuando Zohe se alejó furiosa con Marck, por fin ella al parecer le miraba el verdadero rostro del joven –aunque sabemos que él no es como ella lo pinta, sino que su rencor por el joven hace que ella lo visualice así–. Alondra se mordió el labio inferior y se retiró a los adentros, tenía que asegurarse que ninguno del grupo la viera; ya que ellos podían interferir en sus malos planes.

Se fue a un rincón, de lo lejos vio a Martin, lo que provocó en su maquiavélica cabeza que trabajase, ella ya lo había visto junto a Zohe y también notaba como él la miraba, se notaba que le gustaba a leguas.

- Hay esto apenas está empezando –musitó Alondra.

 

Por otro lado, Marck estaba confundido, acababa de discutir con una desquiciada que deseaba destruir su relación y para acabar de dañar todo, su novia colaboraba en ello, esta se estaba tragando el cuento –no Zohe, tú no, eres una chica inteligente para dejarte envolver en ese juego barato, ¿verdad? – se decía mentalmente el joven, que empezó a caminar muy despacio hacia la salida para ir directo a su apartamento, solo anhelaba conversar con su novia al día siguiente y arreglar todo mal entendido.

Llegó a su casa donde dejó todo en su lugar, como él acostumbraba, necesitaba un baño para que le ayudara a relajarse, se sacó la ropa metiéndose a la regadera.

¨nunca lo imaginé –pensaba Marck– Alondra me odia, aunque eso es asunto suyo, pero ella quiere alejar de mi a Zohe, pero ¿por qué?¿Por lo del pasado? Es peor que Victoria, ella si es una víbora, debe ser… ahora que lo recuerdo….

-           Pensé que te gustaba

-           Exacto gustabas, atraías, pero no quería.

-           ¿Por qué eres tan cruel?

-           No yo no soy tal cosa, solo soy realista. Te lo dije no estoy para relaciones, la última que tuve fue con Victoria y no quedé convencido, yo no estoy para esas cosas.

-           Pero yo soy distinta.

-           Bien por ti –sarcásticamente– pero no estoy para relaciones de ningún tipo, así que si andas buscando eso conmigo lo siento linda, pero te equivocaste, así que yo te sugiero que busques por otro lado.

-           Eres un patán.

Sus ojos en esos momentos querían asesinarme, quizás Zohe tenga razón, soy muy insensible. Ella debe querer vengarse de mí, no hay otra explicación; carajos, no lo lograra, no me puede separar de ella… –de la nada una duda invadió la mente de Chamorro– o… ¿sí?, ¿será que Zohe se deje enredar por ella? ¨

Pensar en aquella posibilidad le estremeció todo el cuerpo, una intranquilidad se empezaba a apoderar de su ser.

¨No puede ser –se decía– no, no, no… ¡Carajos! Por eso no quería enamorarme, el amor te vuelve dependiente, te saca de tu punto de equilibrio –salió de la ducha con una toalla alrededor de la cintura, mientras con otra secaba partes de su cuerpo–me siento que me estoy tensionando, por eso me resistía a este sentimiento –se sentó en la cama, mientras su vista se puso en la nada– no quería aceptarlo –se fue al closet a buscar un pijama, al encontrarlo se empezó a mudar– pero… ¿me arrepiento de haberme ennoviado de Zohe? No, debo admitir que me enamoré de esa joven riza, que siempre me retaba con su mirada, esa que no le importa un bledo mi posición y que siempre es ella misma, con su nobleza, inteligencia y raciocinio común, de nada me servía negarme a ese sentimiento que provocó en mí. No puedo permitir las locuras de Alondra, también necesito que mí ricitos me entienda –se tendió en la cama– esto es tan complicado¨.

Un suspiro escapó de sus labios, se notaba que no sería una buena noche para Chamorro.

 

Zohe estaba en su habitación con los pensamientos revueltos, sentía su respiración fatigada y el pecho le oprimía, se sentía angustiada con el problema que había surgido entre Marck y Alondra, él era su novio y ella su amiga, ambos eran personas importantes para ella, todo era tan complicado.

Todo ello la estaba agobiando, se sentía dolida con Marck, no comprendía esa actitud tan altanera y grosera ante aquella persona que solo quería cuidarla, acaso no podía entender eso, él tenía amigos.




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