Alicia llegó a donde la mujer que dirigía a los rebeldes, del casco salió algo de sangre.
— Comandante, gracias... ¿Por qué lo hizo? — la terrestre sollozaba.
— No podía dejar que mi ahijada muriera.
— ¿¡Qué...!? ¡¡Rosa!! — le sacó el casco, vio los rasgos desfigurados por el dolor de su mejor amiga — ¿Qué haces aquí?
— Debí dejar que Armony muriera, pero no pude... mi familia fue a la Tierra hace muchas generaciones, nuestra misión era esperar la fecha de la transferencia... debía estar pendiente de encontrar al tirano... es difícil porque siempre cambia de aspecto... no soy la única... hay muchos en todos los planetas con humanoides. Cuando vi a Manuel algo no me gustó, pero solo pensé que era un humano, cuando te dijo que irían a un largo viaje hice que un dron te siguiera, quería seguirte cuidando, teníamos tantos que nadie se daría cuenta de que no era por la misión, gracias a eso vi que te pasó, te busqué para salvarte en el desierto... por favor... ayudanos... detén a ese demonio... — botó una bocanada de sangre — si ganamos matando a una inocente, somos tan malvados con él... — con sus últimas fuerzas le apartó un mechón de cabello a Alicia — te... te... am... — se quedó quieta en sus brazos.
— Maldito desgradiado, por tu culpa murió mi mejor amiga... quieres absorber a mi hija... te burlaste de mí — los ojos de la mujer brillaron — no dejaré que mates a Armony... te destruiré.
"¿¿Qué pasa?? No puede ser, ningún ser mugroso como ella puede hacer eso... es... como si fuera de mi raza".
En ese momento Armony había dejado de gritar, ahora era un pequeñisimo sol, ya no tenía forma, era una masa amorfa brillante.
— Idiota humana ja ja ja, ya no puedes hacer nada, ella nunca volverá a ser tu bastarda, solo es comida, y de las mejores que he visto.
Alicia se acercó a la fuente de luz con los ojos llenos de lágrimas, que al salir de sus ojos se convertían en pequeñas llamas que subían al techo.
— Mi amor.
Cuando la mujer estaba casi rozando al brillo, Manuel se rió triunfante.
"Ahora morirás, solo los de mi raza pueden tocar esa gran energía y no morir".
Cuando la humana rozó con sus dedos a lo que fue su hija, el brillo entró en ella.
— No... no puedes hacer eso... no tengo tiempo de crear otro bastardo...
— No solo no tienes tiempo para eso, ya no tienes tiempo para nada... muere maldito — Alicia disparó un rayo de su mano que lo envolvió, pareció que Manuel engordaba, para luego reventar y exparcirse en pedazos microscópicos de luz que absorbió el cuerpo de la mujer, los pocos rebeldes que quedaron con vida, y los soldados miraban asombrados a la terrestre.
— Usted... usted lo destruyó.
— ¿Qué pasó? — la mujer sintió que despertaba de un sueño, solo recordaba lo más importante.
Los soldados se hincaron, los rebeldes estaban asustados, tenían miedo de haber escapado de un tirano para caer con otro igual o peor.
— Alicia — Rony venía caminando lento, tuvo suerte que el Dictador solo se quiso divertir golpeándolo, sino ya estaría muerto — ¿Qué piensa hacer ahora?
La mujer lloraba silenciosa, no había podido salvar a su hija, pero al menos la había vengado. Ahora le preguntaban que haría, morir quiso decir, pero enseguida se acordó que su niña adorada ahora estaba en ella.
— No lo sé, creo que volveré a mi mundo.
— No se lo aconsejo — dijo Rony, que ahora era sujetado por alguno de sus compañeros — su energía es tan potente que muchos de otros mundos la buscarán para convencerla de ayudarles a dominar el universo. Por capturarla pueden destruir donde éste, le aconsejo que se quede con nosotros.
— No lo sé...
— Compañeros — una de los soldados se arrodilló frente a ella — el tirano a muerto ¡¡Qué viva la nueva emperatriz!!
— ¿Yo emperatriz? No puedo...
— Nuestra comandante Rosa nos indicó que la ciudaramos — dijo Rony más tranquilo al ver que la mujer no había cambiado, no mostró ganas de querer convertirse en otra dictadora — nos parece buena idea que sea la nueva gobernante.
El hombre y la soldado de antes se pusieron a los costados de la mujer
— Saluden a nuestra nueva Emperatriz — todos los presentes la ovacionaron — mi señora — dijo la mujer a su lado — la llevaré a sus aposentos.
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Una década después, la mujer había convertido el antiguo imperio en una alianza galactica, los planetas y pueblos que antes estaban sometidos a los caprichos del dictador, ahora eran aliados entre sí, tenía a muchos más mundos que querían formar parte de su grupo al ver que no estaba el monstruo de antes, Alicia se había convertido en una gran gobernante.
— ¿Cómo se siente ahora Señora Alicia? — preguntó un Rony más maduro, ahora era uno de los consejeros, y mejores amigos de la terrestre.
— Bien, ya no tengo náuseas, en mi primer embarazo tuve los primeros cinco meses, y ahora fueron dos años — rió y se acarició la naciente barriga que tenía — me pregunto cuanto más debere esperar para tener a mi niña en mis brazos.
Recordó cuando fue nombrada Emperatriz, solicito que algunos médicos la revisarán para saber como había podido usar esos extraños poderes y haber absorbido a su hija. Los galenos descubrieron que ella era descendiente de la raza de Manuel, por eso había podido hacer todas esas cosas. Fue una sorpresa para todos, ya que se suponía que el tirano había matado a todos lo de su planeta en su ansia de ser el único con ese poder, aunque al revisar algunos registros de hace eones, supieron que una mujer había escapado a los confines del universo, esa había sido una de las antepasadas de Alicia.
— Según los expertos, ahora que activo sus poderes, su embarazo sera como uno de ellos, durará entre cuarenta a cincuenta años.
— Uff... y para mí nueve meses fueron eternos... no importa esperar tanto si la tendré de nuevo conmigo.