NOTA: Esta historia es desde la perspectiva de cada uno de los miembros de BTS hacia Mr. Lee.
-----
Jin
El Galbi Y El Secreto De Mr. Lee
Desde el principio, supe que algo era diferente.
No es que Mr. Lee fuera malo con nosotros. Al contrario, era un profesional dedicado, aunque con esa seriedad que hacía que hasta los managers más jóvenes se enderezaran cuando él entraba en la sala. Pero contigo… contigo había algo más. Algo que no podía dejar de notar.
Todo comenzó en ese restaurante coreano en Los Ángeles, después de un agotador concierto en el Staples Center. Todos estábamos hambrientos, y Mr. Lee, como siempre, se encargó de ordenar.
— Menú equilibrado — dijo con su tono habitual, como si fuera un general dando órdenes.
— Proteína, vegetales, nada de frito en exceso —
Pero cuando el camarero llegó con los platos, noté algo sospechoso. A todos nos sirvieron porciones generosas, pero en tu lugar… había dos tipos de carne, incluido un galbi jugoso que ni siquiera estaba en el menú grupal.
— ¡Ey! — protesté, señalando con mi tenedor.
— ¿Por qué ella tiene corte especial y yo no? —
Mr. Lee ni siquiera me miró.
— Tú ya tienes suficiente proteína en tu plato, Seokjin.
— ¡Pero eso es galbi! ¡El rey de las carnes! — insistí, poniendo cara de niño ofendido.
Tú, al menos, tuviste la decencia de sonrojarte y ofrecerme un pedazo, pero Mr. Lee lanzó un gruñido disuasivo.
— Come lo tuyo. —
(Galbi o Kalbi (갈비 en coreano) significa "Costilla". Es un plato coreano a base de costillas de res (o cerdo), marinadas y generalmente asadas a la parrilla. También se pueden encontrar variantes estofadas, llamadas Galbi-jjim).
-----
El Incidente Del Abrigo
Lo más gracioso fue el frío día en Busan. Estábamos grabando un detrás de escena, y el viento soplaba con fuerza. Tú, con esa chaqueta delgada que siempre olvidas cubrirte, te frotabas los brazos sin quejarte.
Yo estaba a punto de ofrecerte mi saco (porque, seamos honestos, ante todo soy un caballero), pero antes de que pudiera moverme, Mr. Lee apareció como un fantasma y te envolvió en su propia chaqueta.
— No uses ropa inadecuada para el clima — murmuró, como si fuera un regaño, pero el gesto… era suave. Casi paternal.
Yo me acerqué, sonriendo maliciosamente.
— Mr. Lee, yo también tengo frío —
Él me lanzó una mirada que podría haber congelado el mar.
— Tú tienes brazos. Abrázate a ti mismo —
-----
La Verdad Sale A La Luz
Todo cobró sentido meses después, durante una cena casual. Habías mencionado que tu abuelo te enseñó a amar la música tradicional coreana, y de repente, Mr. Lee, que nuncaparticipaba en conversaciones personales, hizo una pregunta inusual.
— ¿Tu abuelo… era Kim Joonho? —
Tú asentiste, sorprendida.
—Sí. ¿Lo conocía? —
Hubo un silencio. Luego, Mr. Lee hizo algo que nunca había hecho frente a nosotros: sonrió. Solo un poco, pero era innegable.
— Él era mi hermano de batalla en el ejército. El mejor hombre que he conocido —
Ahí lo entendí. No eras solo su protegida. Eras un pedazo de alguien que él había amado.
-----
Mi Teoría Personal
Ahora, cada vez que Mr. Lee te da un dulce extra o te deja dormir cinco minutos más, solo miro hacia otro lado y sonrío. Porque sé que, en su propio modo callado, está cuidando de un legado.
Aunque sigo creyendo que, al menos una vez, podría darme a mí ese galbi…
---------------------------------------------------------------------------------------
Suga
Las Pequeñas Cosas Que No Pasan Desapercibidas
Yo no soy de hablar mucho, pero observo. Siempre observo. Y cuando se trata de Mr. Lee y de ti, las piezas del rompecabezas empezaron a encajar mucho antes de que los demás lo notaran.
Fue durante esas largas horas de grabación en el estudio. Todos estábamos exhaustos, con los ojos rojos y la voz ronca de tanto ensayar. Mr. Lee, como siempre, estaba en modo serio, revisando horarios y hablando por el teléfono en voz baja.
Pero entonces, sin que nadie más lo notara, vi cómo se acercó sigilosamente a tu asiento y dejó un café caliente al lado de tu cuaderno. No cualquier café, sino ese latte con extra de vainilla que siempre pides.
Lo más curioso fue su expresión. Por un segundo, ese hombre estricto y adusto pareció preocupado. Como si estuviera calculando mentalmente cuántas horas habías dormido (probablemente dos, como el resto de nosotros).
Yo me acerqué y levanté una ceja.
— ¿Y el mío? —
Mr. Lee ni siquiera se inmutó.
— Tú tienes manos. Ve y cómpralo —
-----
El Rescate En El Aeropuerto
Los aeropuertos son un caos, especialmente cuando hay fans y periodistas por todos lados. Ese día en particular, la multitud estaba más agresiva de lo normal.
Editado: 05.05.2025