El Encanto De...

EL ENCANTO DE... RM

Kim Namjoon, conocido como RM, no solo era el dueño de la biblioteca más famosa de Seúl, "Páginas de Jade", sino también un estudioso de la medicina tradicional coreana. Entre estanterías repletas de textos antiguos e hierbas medicinales, pasaba sus días traduciendo manuscritos sobre acupuntura y remedios ancestrales. Su vida ordenada y metódica cambió el día que ella apareció.

La biblioteca "Páginas de Jade" era un refugio de madera oscura y estanterías altísimas, con olor a papel antiguo y bolsitas de hierbas colgando entre los pasillos. Los clientes susurraban que RM parecía un hobbit erudito, siempre con sus lentes de lectura y su bata tradicional hanbok manchada de tinta.

RM tenía un ritual cada mañana, preparaba té de crisantemo para los estudiantes estresados que visitaban la biblioteca. Nadie sabía que, en secreto, anhelaba compartir su conocimiento con alguien más que clientes pasajeros.

Aunque respetado, se sentía solo. Sus amigos de la universidad habían emigrado, y su familia lo presionaba para que "dejara de perder el tiempo con libros viejos".

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La tarde en que todo comenzó, la biblioteca "Páginas de Jade" estaba envuelta en ese silencio dorado que solo existe cuando el sol se filtra entre los estantes polvorientos. RM, sumergido en la traducción de un antiguo texto coreano sobre puntos de presión, no notó la pequeña figura que entraba arrastrando los pies, empapada y con un paraguas roto que más parecía una escultura abstracta.

Soo-min, con sus zapatos que chirriaban de manera vergonzosa contra el piso de madera, alzó la vista hacia el estante más alto, donde reposaba "Hierbas Medicinales del Himalaya". El libro brillaba bajo la tenue luz como si estuviera esperándola.

Sin pensarlo dos veces, trepó a una silla de madera antigua que crujió de manera alarmante y luego a la mesa contigua. RM escuchó el ruido, pero antes de poder advertirle, el mueble cedió con un ¡CRACK! estruendoso.

Libros, papeles y una taza de té volaron por los aires. Soo-min aterrizó sobre un montón de volúmenes caídos, con las páginas de "Guía de Plantas Venenosas" abiertas justo debajo de su rostro, como si la vida le estuviera dando una pista irónica.

RM se acercó rápidamente, pero al intentar ayudarla, pisó una bolsa de semillas de mostaza que Soo-min había derramado sin querer. Resbaló, y por un segundo suspendido en el aire, ambos supieron que esto terminaría mal.

Él cayó de rodillas junto a ella, y en un intento por evitar aplastarla, giró sobre sí mismo... solo para que su mano aterrizara directamente en un tintero abierto. La tinta negra salpicó en un arco perfecto sobre el manuscrito que RM había estado traduciendo durante tres meses.

Silencio.

Soo-min, con el pelo revuelto y una hoja pegada en la mejilla, murmuró:

— Creo que tu libro ahora es bilingüe... coreano y manchas de tinta —

RM, mirando el desastre, no pudo evitar reírse. Una risa profunda y cálida que sorprendió hasta a él mismo.

— ¿Sabías que en la antigua Corea, derramar tinta en un texto sagrado se consideraba buena suerte? — dijo, limpiándose las manos en su hanbok.

— ¿En serio? — preguntó Soo-min, esperanzada.

— No. Pero hoy haré una excepción —

Mientras recogían los libros, Soo-min intentó ayudar... y sin querer activó el sistema de riego de las plantas medicinales que RM tenía en la sección trasera. Una lluvia artificial empapó los últimos libros secos.

Pero entre el caos, algo mágico sucedió:

RM descubrió que Soo-min había estado dibujando en su cuaderno versiones caricaturescas de los clientes de la biblioteca, incluyendo una de él con lentes gigantes y una capa de superbibliotecario.

— ¿Desde cuándo me ves así? — preguntó, señalando el dibujo.

Ella se sonrojó hasta las orejas.

— Desde... la primera vez que vine y te vi reorganizando los estantes con esa concentración ridícula —

Y así, entre tinta derramada, estornudos por el polvo de los libros y risas ahogadas, comenzó una historia que ni los mejores manuscritos de "Páginas de Jade" podrían haber predicho.

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Las visitas de Soo-min a "Páginas de Jade" se volvieron tan regulares como sus accidentes. Cada martes y jueves, RM comenzó a preparar un "rincón anti-desastres", una mesa alejada de estantes valiosos, con tazas irrompibles y un botiquín de primeros auxilios visiblemente a su alcance. Pero ni siquiera sus precauciones podían contener el torbellino que era Soo-min.

Una tarde de abril, RM encontró a Soo-min dormida profundamente sobre un manuscrito chino del siglo XV, con una línea de baba conectando su boca a la palabra sabiduría eterna.

Observó la escena con una mezcla de horror y ternura. En vez de despertarla, tomó un pincel fino y pintó un pequeño corazón rojo al lado del charco salival.



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En el texto hay: fanfic, romance, bts

Editado: 30.06.2025

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