CAPITULO ESPECIAL "DIA DE MUERTOS CON BTS"

El crepúsculo teñía de naranja y púrpura el cielo sobre la casa de la protagonista, Sofía. En el aire, ya comenzaba a flotar el dulce y familiar aroma de la flor de cempasúchil, un perfume que anunciaba la llegada de los visitantes más esperados del año. Aquella tarde, sin embargo, la tradición se vestiría de una magia extraordinaria. Porque Sofía no estaría sola para recibir a sus difuntos; siete presencias tan vibrantes como la misma vida la acompañarían.

El primero en llegar fue Jungkook, sus ojos curiosos y redondos como lunas llenas se abrieron ante la montaña de cempasúchiles naranjas, las velas y los coloridos papelitos picados que decoraban la mesa principal de la sala.

— ¡Wow, noona! — exclamó, acercándose con la timidez de un cervatillo.

— Es aún más bonito de lo que mostraste en las fotos —

Pronto, la casa se llenó de risas y el bullicio característico de los siete. Jin, con su gracia natural, llegó cargando unas cazuelas enormes.

— Traje el dulce de calabaza — anunció con orgullo, su sonrisa amplia iluminando la estancia.

— El mejor de Corea, no, del mundo mundial —

Sofía, con el corazón hinchado de una felicidad tranquila, los guió a todos. Les explicó, con voz suave pero llena de pasión, el significado de cada nivel del altar que estaban construyendo juntos.

— El nivel de arriba es para los santos, el siguiente para las ánimas del purgatorio, y estos — dijo, señalando los niveles inferiores.

— Son para los difuntos. Aquí ponemos la comida, la fruta, el pan de muerto... —

Cada miembro encontró su lugar en la sagrada tarea. Jimin, con sus dedos delicados, se encargó de colocar cada pétalo de cempasúchil con una precisión de artista, creando senderos dorados para guiar a las almas. Taehyung, cuya sensibilidad artística era única, dispuso las fotografías de los seres queridos de Sofía con un cuidado reverencial, sus ojos serios por un momento, comprendiendo el peso del amor que esas imágenes guardaban.

— Mi abuelita — susurró Sofía al ver la foto que Taehyung sostenía.

— Le encantaba cantar — Taehyung sonrió, un gesto cálido y comprensivo.

— Debió tener una voz muy bonita — dijo en un tono grave y sincero.

RM, el líder siempre ávido de conocimiento, no dejaba de hacer preguntas, asintiendo con la cabeza mientras absorbía cada detalle simbólico.

— Entonces, el copal no solo es un aroma, es una oración — murmuró, observando cómo el incienso elevaba sus espirales hacia el techo como mensajes al cielo.

Suga, por su parte, se había instalado en la cocina, ayudando a J-Hope a cortar fruta para la ofrenda. Aunque su expresión era estoica, sus manos trabajaban con una dedicación sorprendente, colocando rodajas de naranja y caña con una meticulosidad que delataba su concentración.

— Para que no digan que las ánimas llegan y no encuentran nada dulce — comentó él, secamente, haciendo reír a Sofía.

J-Hope, como era de esperar, era el sol de la reunión. Bailoteaba con una calavera de azúcar en la mano, poniendo música de fondo con su alegría contagiosa.

— ¡Esto es una celebración! — exclamaba.

— ¡Hay que mostrarles a tus abuelitos que estás feliz y que los recuerdas con alegría! —

Cuando el altar estuvo completo, era una explosión de color y vida. Las velas parpadeaban, su luz titilante se reflejaba en los ojos atentos de los siete jóvenes. El aire era una mezcla de cempasúchil, copal, chocolate caliente y pan recién horneado. Se hizo un silencio, solo roto por el crepitar de las velas. Sofía tomó la palabra, su voz un poco quebrada por la emoción.

— Gracias — dijo, mirándolos a cada uno.

— Gracias por ayudarme a tender este puente. Normalmente, este es un día que paso con mi familia, y hoy... hoy ustedes son mi familia —

— Ellos — señaló las fotos.

— Deben de estar tan contentos de ver que no estoy sola —

Jin se acercó y la envolvió en un abrazo cálido.

— Claro que no estás sola. Y les prometimos a tus antepasados una fiesta inolvidable —

Entonces, siguiendo la tradición que Sofía les enseñó, cada uno tomó un pequeño trozo de papel y un lápiz.

— Escriban una carta — pidió ella.

— Una para alguien que ya no esté. Puede ser para un ser querido, para una mascota, o incluso para un sueño que ya no está. El Día de Muertos es para recordar todo lo que se ha ido, pero que sigue vivo aquí — y se tocó el pecho en el lado del corazón.

Jimin escribió para su abuelo, prometiéndole ser un buen bailarín. Taehyung dibujó un pequeño perro para su compañero de la infancia. Jungkook, con una sonrisa tímida, escribió unas palabras para su yo más joven. RM escribió un poema para las ideas que se le escaparon. Suga, en un gesto inesperadamente abierto, escribió unas líneas para su abuela. J-Hope prometió seguir bailando para llevar alegría al cielo, y Jin escribió una receta de kimchi mejorada para su bisabuela