Carolain mira a Lucia que ya sabe cuál es su verdadero nombre ahora asombrada.
--¿Eres Familia de los Salvatores?—pregunta confundida, --No recuerdo que tuviera un familiar difunto—
--Yo tampoco sé, no entiendo nada—se coloca su mano en su pecho, --¿Y si soy hermana de ellos?, y peor aun—dice con la voz agitada, --Tendría un bebe de mi propio hermano—refiriéndose a Cameron.
--Cálmate, no te alteres—rodea su hombro, --Esto debe tener una explicación—informa Vudu.
Lucia trata de hacer memoria pero más bien se siente angustiada.
--Ya sabemos que te llamas Aranza Salvatores y por el apellido indica que eres parte de la Familia Real—dice Carolain tomando su mano para tranquilizarla, --Obviamente no eres hermana de ellos, la Diosa nunca escogería como mate o alma a un ser de la misma sangre—explica para dejarla más tranquila, --A lo mejor eres prima de ellos—buscándole la lógica, pero sigue siendo una locura su comentario.
Vudu niega, --El Rey no tuvo hermanos—y vuelven otra vez al principio, --Debemos saber porque llevas ese apellido—indica.
--Lo único que tengo que hacer es recordar y todo tendrá sentido—dice frustrada, --Mayra sabia mi verdadero nombre—ambas mujeres concuerdan con ella, --Ella si sabe quién soy y por alguna razón no quiere decirme o decirnos a todos--.
--¿Pero cuál razón seria?—pregunta Carolain como si el viento le fuera a responder, ya que ninguna sabe.
--No lo sé, pero ella al verme por primera vez me llamo Aranza, no es casualidad—frunce el ceño enojada, --Yo soy esa amiga difunta en carne y hueso—indica, --Nadie debe saberlo, porque aun no sabemos el propósito de su ocultamiento--.
Lucia que ahora sabe que su verdadero nombre es Aranza, les indica a ambas mujeres que deben guardar el secreto, al no recordar nada la deja como el principio o como un bebe que acaba de nacer, sin conocimiento de nada. Se dirigen a la Mansión antes de dejar a Vudu en la cabaña, Carolain se concentra en la carretera, de reojo mira a su amiga, sabe que está debatiendo un sinfín de cosas, quiere ayudarla y no sabe cómo hacerlo.
--¿Y Cameron? ¿Sabes de él?—la saca de sus pensamientos, ya que esta se encontraba viendo por la ventana, se gira para ver ahora la carretera frente a ella.
--No sé nada de él—dice con voz apagada, --Ni siquiera me ha llamado—indica.
--Tranquila debe estar ocupado, no tiene un cargo fácil--.
--Lo sé, supongo que debo aguantar su ausencia—sus lagrimas empiezan asomarse, quiere un abrazo de ese vampiro orgulloso, --Lo extraño—dice acariciando su panza a la vez que se deja llevar por la tristeza.
--¡Ay! Amiga no me gusta verte así, calma, ya verás que va aparecer—con su mano derecha le acaricia su pierna en forma de consuelo.
Carolain se apresura para llegar al valle e invitarla a comer algo dulce quizás eso le hará tener una mente más tranquila, no puede imaginarse todo lo que puede pasarle por su mente, no recordar de donde viene, enterarse de su verdadero nombre y aparte las hormonas lo complican todo. Minutos después disfrutan de una torta de queso, entre pláticas y risas las emociones de la vampiresa cambian, después de un largo rato en la plaza tomando aire deciden ir a la mansión.
--Voy a la piscina un rato—informa Lucia que aun no quiere revelar su nombre hasta que llegue el momento.
Carolain asiente.
[...]
En el otro lado de Bolognesi Trevor ya sabe sobre la vampiresa de su misma sangre y aparte sobre su embarazo de Doppelganger, buenas noticias para sus oídos, jamás se imagino que la chica que había conocido en el bosque aquel día sería su salvación y no solo eso, Cameron quedará destrozado cuando acabe con ella, sus años encerrado en la tumba valdrán la pena un poco de venganza.
--Entonces tienes que mantener vigilada a esta vampiresa—le informa Genoveva haciendo que el vampiro vuelva a la realidad, --¿Me acabas de oír?—pregunta.
--Claro que te acabo de oír— responde odioso, --Estaré más cerca de lo que te imaginas—le muestra una risita malévola, que en su ser lo hace ver atractivo.
--Eso espero—le dice, Genoveva lo deja solo para dirigirse adentro a la choza y limpiar lo que hace un rato estaban haciendo.
Sin embargo el vampiro visualiza a una muchacha de más o menos la edad de la vampira que conoció en el bosque, le llama la atención al ver que no está nada mal físicamente, la chica se va acercando a él, mientras se hace el desentendido de la situación.
--Hola joven—le habla la chica de manera amable, --Teníamos tiempo sin recibir visitas—le medio sonríe apenada.
--Ya veo—dice odioso, --llámame Trevor—su mirada intimidan a la joven.
--Un placer, me llamo Marina—le estrecha la mano, y ambos al sentir sus manos tocar sienten un escalofrió que recorre todo su cuerpo, a lo que este la suelta de inmediato y confundido a la vez.
--El placer es mío—responde pedante, pero ahora no se explica porque sintió aquello, ¿he encontrado a mi alma? ¿Una bruja? No puede ser, se dice pensativo.
--No soy bruja por si lo pensaste—le aclara al vampiro.