El Encuentro

CAPITULO 33

Mayra se levanta muy temprano para emprender viaje a Bolognesi, debe llegar a encontrar a la bruja aprendiz que le realizó el conjuro, no hace más que pensar en todo el camino, después de ocho horas de carretera ha llegado al pueblo de Bolognesi, un lugar muy diferente al Valle Real, estas son chozas de barros pero en su buena estructura, una que otras grandes o pequeñas, en su centro una plaza, estaciona la camioneta para bajarse.

--Hola ¿buscas a alguien?—pregunta la joven quien recibe su llegada.

--Estoy buscando a una aprendiz que fue traída acá—dice. La mujer desde una cierta distancia observa la conversa entre su sobrina y la visita en su territorio, sabe muy bien que es la misma mujer que vio en la visión de Trevor, se acerca para saber con exactitud el propósito de su llegada.

--Marina yo me encargo—dice la bruja apartando a su sobrina, esta se aleja pero prefiere mantenerse cerca para escuchar la conversa, aunque usa sus sentidos vampíricos disimulando como si no estuviera pendiente de ellas.

--¿Qué aprendiz buscas?—pregunta ahora Genoveva.

--Busco a Catia—informa, --necesito hablar con ella--.

--Espera aquí y te la hago llegar— le responde, Mayra se sienta en una de las banquetas de la plaza, Marina se encuentra sentada en uno de los escalones de la entrada de la choza de su tía escuchando la conversa, mientras pela unas manzanas para comerlas.

Genoveva llega con Catia.

--Hola Mayra tanto tiempo— se saludan de besos en la mejilla, --¿Cómo supiste que estaba aquí?—pregunta.

--Te fui a buscar a tu casa y una señora me dijo que te trajeron para este lugar—responde, --Necesitamos hablar—mira a Genoveva, --A solas--.

Genoveva se aparta dirigiéndose a donde está su sobrina, sabiendo los dones vampíricos de ella, decide sentarse a su lado.   

--Que no se te escape ningún detalle—le advierte su tía con el fin de que utilice bien sus sentidos auditivos.

--Algo está fallando con el hechizo, Aranza está viva—

Catia se sorprende, pensó al igual que Mayra que estaba muerta.

--Entonces está empezando a recordar, y es por eso que te sientes débil—

--Necesito que hagas algo, no sé, renovar el conjuro—dice en desespero.

--Sabes muy bien que eso no lo puedo hacer, pero puedo hacer que el hechizo tenga un tiempo límite, la Diosa Psique fue muy específica en cuanto a su precio y tú lo aceptaste—

--Si, lo acepte porque pensé que esa estúpida estaba bajo tierra— responde irritada.

--Lo único que puedo hacer es poner un tiempo límite para que dure más tu vida—suspira sintiendo pena por ella, --Aranza va a recordar y todos lo harán de alguna forma u otra, y cada vez que lo hagan tu cuerpo se va ir debilitando matando primero a tu loba interior y luego es donde mueres tú—

--¿Y si mato a Aranza?—pregunta, --¿Se acaba todo?--.

--Claro, porque nadie tuviera que indagar sobre su pasado o quizás la recordaran como hoy en día pero hasta allí, si ella sigue viva seguirás debilitándote—le informa.

--Entonces haz lo que tenga que hacer para durar un poco mas y acabar con ella-, Catia asiente, guiándola hacia su choza donde tenía todo lo necesario.

Marina se queda asombrada por la conversa entre ambas, su tía le pregunta insistente.

--¿Qué escuchaste?—pregunta, --Dime niña—.

--Ella quiere matar a una tal Aranza—le informa, --El hechizo fue convocado por la Diosa Psique, por lo que entiendo fue para que todos la olvidaran--.

--Vaya, así que ese fue el hechizo—dice su tía más bien como queriéndose reír, -- Eso es lo más absurdo que puede hacer un ser sobrenatural sin antes no estar seguro de su petición, esa muchacha a la que quiere matar esa loba, es la misma que Trevor quiere matar—le relata su tía en confianza, --Así que su verdadero nombre es Aranza—se levanta, --Bonito nombre para un ser que no durara mucho tiempo—sin darle importancia se aleja de su sobrina, Catia que se encargue de lo que está haciendo, como bruja debe saber las consecuencias de tales hechizos.

Marina se dirige a una de las aprendiz rápidamente para realizar un hechizo localizador, por suerte tomo una camisa del vampiro sin que este se diera cuenta, va rápidamente a la choza de Camill.

--Amiga ¿Qué paso?—pregunta, ya que esta se encontraba practicando un hechizo del pergamino.

--Necesito un hechizo localizador de una persona, quiero saber donde se encuentra--.

--¿Tienes algo de él?—y Marina deja ver la camisa color negra del vampiro con unos bordados de neón.

--Tiene buen estilo—dice en burla la contraria.

--Si, mejor apresúrate--, estaba dando chance al par de Mayra y Catia, debe colarse en la camioneta de la loba sin que se dé cuenta, es la única manera de salir de Bolognesi.

Camill coloca el mapa de la sabana en la mesa, en las cuatro puntas de esta las velas encendidas, en el centro del mapa la camisa y rocía un poco de polvo de salvia, y empieza a recitar.




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