El Encuentro

CAPITULO 46

Rato después de la conversa entre ellos en el despacho, el Rey Akim por fin regresa de su viaje, claro con una mala noticia para luego entrar en otra, se entero de las novedades de los ataques en su territorio, jamás pensó que se trataría de Aranza, sintiéndose todavía confundido por todo no hace más que llegar deprisa a la Mansión. Los hermanos aun permanecían en el despacho, encontrándose todos con la mirada de su padre.

--Quiero que me expliquen ¿Qué carajos pasa aquí?—pregunta molesto, jamás se ha visto tantos cuerpos desecados en su territorio.

--Bueno papa—suspira Alexter, fue el primero en iniciar, --Primeramente hemos perdido a nuestros hijos—dice triste por dentro pero por fuera se mantiene firme al igual que Cameron, --Ha sido una perdida terrible para ambos y sin mencionar a Aranza, que también quedo afectada—explica, --Apagando su humanidad y la única manera de aliviar su dolor es matando a todo el que se cruce en su camino—

El Rey Akim no hace más que quedarse sentado asimilando la información, “Sus nietos están muertos”, -- Pero…¿Cómo es que están muertos?—pregunta.

Cameron interviene, --Fue mi culpa padre—Ahora que ellos lo piensan, Aranza hablaba sobre una hipnosis.

--No fue tu culpa—responde Stefan.

--Si lo fue—dice con la voz quebrada, --Si no hubiera sido hipnotizado por Trevor, hubiera ayudado a Aranza a defender a esos pequeños, yo los vi nacer, los escuche llorar y luego la tranquilidad cuando ella los tenía en brazos, luchaba conmigo internamente pero no pude mas—su padre lo abraza, a lo que este deja salir sus lagrimas contenidas, --No pude—dice triste.

--Tranquilo hijo, una hipnosis no te permite controlar lo que haces hasta que se rompe y reaccionas, pero debes afrontarlo—le aconseja, --Porque lo hecho ya está hecho y debes superar el error junto con el dolor--.

Alexter se limpia las lagrimas, si hubiera llegado a tiempo, quizás esto no estuviera pasando y Aranza estaría con sus dos pequeños en la habitación llamándolo para que le ayude y claro Cameron debe estar presente en ello, otro más al que llamaría también, en fin, hubiera sido la familia feliz. Pero la realidad es otra.

--Exacto hermano—interviene Alexter, --No es tu culpa—y lo abraza. No puede imaginarse como debe ser un vampiro hipnotizado y en su interior luchar contra ese deseo y tentación de no hacer lo que su mente le diga, pero el control va mucho más allá, Aranza debe estar luchando por no ser así, pero el dolor es su mayor control en estos momentos, por lo tanto entiende que un ser vampiro hipnotizado es un ser vulnerable por dentro y controlado por fuera.

--Stefan la muestra que me diste, no era ninguna muestra de sangre—menciona el Rey Akim.

--¿Cómo que no era ninguna muestra de sangre?—pregunta confundido.

--Pues no, era un pedazo de cartón con esmalte de uña rojo—responde.

--Affs! Mayra—dice con seguridad el lobo.

--¿Mayra?—ahora el confundido era el Rey.

--Pues si papa, ella tampoco es una mujer buena que digamos--

[…]

--Estas personas han sido muy buena con nosotros—menciona Trevor tratando de sacarle conversación a Marina, ella le ha aplicado la ley del hielo durante estas últimas semanas y es algo que el vampiro no tolera, --¡Vamos Marina!, dime algo—en realidad le dolió que lo haya rechazado, jamás se imagino que su alma lo haría.

--Si, Trevor—responde seco sin ánimos de hablar, --Son buenas personas--.

Se le notaba unas ojeras y sus ojitos hinchado de tanto llorar, sin duda le duele verla así tan apagada, quisiera saber que es lo que piensa que le atormenta, sin poder hacer nada vuelve el silencio otra vez. Pero en su interior siente que debe recuperarla.

--Te contare una historia—Marina sigue observando hacia la nada, para ella su vista solo eran paredes de tierra ya que el portal fue cerrado de nuevo pero podía apreciar al menos los rayos del 

sol que se cuelan por el hoyo, --Cuando era pequeño tenía dos hermanos, mi hermana se llamaba Elena y el otro hermano Joseph, éramos de la misma edad, ellos tenían un parecido en sus rostros, yo siempre me preguntaba porque era algo diferente a ellos, sin embargo me incluían en todo, aunque a veces me hacían enojar, pero mi madre nos consentía demasiado, todo era igual para que no hubiera competencia entre nosotros—sigue narrando, --Me dieron el amor que pude desear, el hogar más bonito, trajes, joyas, e incluso hasta un caballo tuve de regalo—suelta una risita sincera al recordarlo, --Ahora me arrepiento de haberles fallado, cuando nos encerraron todos enloquecían, me alimente de cada uno de ellos, porque no tenían la fuerza suficiente para luchar conmigo, de ultimo deje a mis padres y hermanos como reserva—agacha su mirada, ya que Marina voltea a verlo, --Si lo sé, suena horrible, los deje como mi conserva para lo ultimo—especifica, --Pero aun así les pague mal, mis hermanos no me odiaban y mis padres tampoco, la última persona en alimentarme fue de mi madre que ahora sé que no lo era, pero me crió como una madre podría criar a un hijo—menciona y al mismo tiempo sus lagrimas caen, --Recuerdo como si fuera ayer, “Ven hijo, toma toda la sangre que me queda y sobrevive, no olvides que siempre te voy amar y te amare”—deja salir su tristeza contenida, Marina lo abraza.

--Shhh… Tranquilo--- lo calma, pero este levanta su mirada para verla fijamente.




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