El Encuentro

CAPITULO 62- Final

Alexter se entera de lo sucedido llegándose al Castillo Antiguo, desesperado por su pequeña no hace más que reunir refuerzos para su búsqueda. Aranza por su parte estaba demasiado alterada pensando en las una y mil cosas que podría hacerle Camill a su pequeña, sin dejar de llorar, no puede quebrarse porque su pequeña la necesita ahora más que nunca. Cameron salió junto con Thomas y Lucas a seguir el rastro de ella, el Rey Akim no tarda en llegarse con su nueva pareja Vudú, aunque para nadie en la manada eso era novedad, pero dejando ese tema a un lado, se concentran en encontrar a la pequeña mediante un hechico localizador. 

--Ya estamos aquí, dime que tiene puesto tu hija de valor para buscarla, algún objeto que te una a tí y lo puedas tener consigo puesto-- dice la bruja con todas sus herramientas en manos para proceder a realizar el hechizo localizador. 

Aranza no recuerda que lleva puesta un pequeño brazalete, la desesperación la tiene nublada. 

--Ahmmm-- expresa en sollozos.

Alexter la consuela, --Amor concéntrate, tienes algún collar, pulsera, brazalete o algo que te vincule con ella-- la hace razonar. 

--Nuestro brazalete-- responde inmediato mostrando su muñeca,  --Tomalo, ella tiene uno igual al mío-- se lo entrega a Vudú. 

La bruja coloca todo en la mesa, un mapa con cuatro velas en cada esquina, rocía un poco de polvo negro en el centro que es justo el Castillo. 

--Necesito que te cortes un poco la palma de tu mano y aprietes el brazalete con tus manos, luego las gotas déjalas caer en el centro del polvo negro y yo haré el resto-- fueron las palabras de la bruja. 

Aranza hace exactamente lo que ella le ha indicado, vudú recita su pergamino en latín, Aranza se corta la palma de la mano apretando el brazalete dejando caer las gotas de sangre en cantidad justo en el centro del polvo negro, a medida que vudú va recitando en silencio el polvo negro ligado con la sangre va tomando recorrido desde el punto de partida hasta el punto de llegada donde justo están ahora. 

--Se encuentran en territorio de manadas Daichis--. 

Alexter empuña sus manos. --No puede ser--. Aranza sin entender nada, exige explicación.

--¿Que paso? ¿Que no puede ser?-- pregunta angustiada. 

--Esa manada son los exiliados, y los exiliados vienen siendo la manada de la difunta Madame--. Aranza abre los ojos de par en par, ya ha tenido un terrible pasado con esa persona y de pensar como pueden ser los aliados de la Madame, su cabeza da mil vueltas de pensamientos negativos, pero no dejará que la dominen, su hijita estará bien. 

--¿Como es que no nos dimos cuenta que estaban aliados?--, pregunta frustrada, --Jamás pensé que esto pasaría, ahora tienen a mi pequeña Alexter, me muero si le hacen algo--. Lo abraza. 

--Sobre mi cadáver Aranza, nuestra pequeña regresará sana y salva a casa-- la calma, aunque es inútil.

***

Por otro lado Camill se encuentra en una capilla de los antiguos dioses de la brujería negra, justo allí se hospedan los lobos mugriento de la difunta Madame, aunque su plan en el pasado falló, los transformados siguen siendo lobos y vuelven a su forma humana una sola vez al mes cuando toca luna llena, cansados de andar en cuatro patas, Camill rapta a la pequeña Originals con la intención de drenar toda su sangre para ayudar a los  Daichis transformados. 

--Shhh calma nena, todo va a salir bien--le habla sutil, -- Solo será un pinchazo nomas y quedarás profundamente dormida-- pero la pequeña no hace más que llorar ya que siente que esta en brazos de una energía negativa. Quiere a su madre sin duda. 

La acuesta en una mesa de cemento con la marca de la estrella de cinco puntas, en su centro se encuentra la pequeña que no para de llorar, los lobos solamente conteplan lo que la bruja está haciendo, sin más que decir busca lo necesario para poder terminar lo que Madame no termino en su tiempo, a medida que lo hace un torbellino de pensamientos inundan su memoria, todo los momentos con Cameron, apesar de ser un vampiro muy odioso de actitud intolerante a veces, se portó a la altura con ella dándole el lugar que se merecía, no importandole nada de lo que su mente le juega, sigue en pie con su plan. 

Por otro lado Cameron se encuentra con Aranza y Alexter sin mencionar a sus dos mejores amigos que siempre le fueron leales. Stefan se une también a la búsqueda junto a su nueva esposa Carolain, como también todos en la manada apoyarán. Ya sabiendo el lugar donde se encuentra la pequeña, deciden ir lo antes posible, sin esperar indicio de alguna estrategia, Aranza solo decide avanzar, su mente le juega chueco ya que no para de imaginarse una y mil cosas a la vez. Sin esperar previo aviso deciden adentrarse a las tierras de los exiliados Daichis. 

El lugar se sentía tétrico, algo tengo en el ambiente, las ramas de los árboles rozaban unas con otras por el viento, la oscuridad no era problema para la manada por su visión nocturna.

--Debemos separarnos-- Indica Alexter haciéndole señas a su manada de que deben ir por la izquierda, mientras el resto por la derecha. 

Aranza solo agudiza sus sentidos por si se oye el llanto de su pequeña, pero solo escucha las ramas de los árboles chocar por el viento. Camina despacio cuidando sus pisadas de no hacer romper una rama en dos, mientras menos sepan de su existencia, mucho mejor para acercarse. Sin darse cuenta se ha separado del grupo, una capilla le ha llamado la atención a la distancia que se encuentra, un buen escondite es lo que se piensa así misma, pero en eso que avanza un lobo se va acercando ambos sin saber que se encontraran, de repente siente unas manos heladas cubrir su boca y apartarla del camino. 




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