4 octubre 1997
Hamburgo, Alemania.
Castillo de Ahrensburg.
Día después de la celebración de la Unidad Alemana.
— ¿Se ha confirmado el trato?—pregunté un tanto expectante.
—solo falta su firma, su majestad—aseguró Volker.
Ese día la oscuridad empezó a reinar de nuevo, un rey caído asumió su mandato.
La valentía no era una opción y mucho menos la traición, gritos de terror se oían en derredor pero al rey solo le interesaba una cosa dar por concluido el pacto; un hilo de sangre era la solución para acabar con el mandato de aquel rey, el fulgor de la luna esa noche se apagó y cómo si el cielo supiera lo que ocurría una gran tormenta se desató.
¿Quién será la indicada? Era una pregunta difícil de resolver, nadie tenía en mente a alguien, era como si el destino ya estuviera marcado y le hubiera dado potestad a la oscuridad para hacer y deshacer.
El rey oscuro esa noche firmó su sentencia, le dio potestad al destino para mover las cartas, todo parecía planeado y así se vería o por lo menos eso se pensaba, pero llegó el día, la otra parte del trato al fin se conocería.
Un grito de dolor era el inició, un poco de sangre, una marca, todo con el fin de hallar aquello que cambiaría la vida que todos conocían.
Muchas veces algo sencillo provoca grandes cambios y ese día no fue la excepción, siempre la oscuridad reina en las personas y muchas veces esa oscuridad gobierna y ciega a quien la posee pero ¿Cómo alguien puede renunciar a sus deseos?, hay que ser muy egoísta para hacerlo y para la mala suerte de muchos mi deseo es mucho más grande que mis virtudes.
Solo necesito una gota, una gota de su sangre va a solucionar todo...
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Nos gusta imaginar que tenemos la razón, pero con mucha frecuencia la química de nuestro cerebro nos controla. ~ grey's Anatomy
¿Cómo les pareció el prólogo?