Visiones, decepciones y pesadillas.
Dortmund, Alemania.
“cuando pensamos que la vida va mejorando, el destino se empeña en decirnos que siempre estamos equivocados, pero yo no soy el destino, solo soy una pieza más, una marioneta de aquello más grande que todos nosotros, solo una ficha más en el tablero y una flecha, lista y dispuesta para dar en el blanco”
VOLKER
- ¿Hera? Estas bien- Pregunté a punto de entrar en la desesperación, la cara de Hera esta pálida, no tiene esa tonalidad morena que tanto me gusta, sus ojos están desenfocados, su ceño fruncido y solo repite una cosa Kurt, ¿qué se supone que tengo que hacer?
Unos minutos antes.
HERA
A penas Volker contesto el teléfono, mi cabeza dio un vuelco, todo esta oscuro de nuevo, un frío intenso se extendió desde los dedos de mis pies hasta mi cabeza, empecé a sentir un viento leve que se iba apoderando poco a poco de mí, siento como mi cabello se mueve al compas de aquella brisa, un olor a sangre se apodera de mi nariz y ahí esta él, mi mejor amigo, mi hermano atrapado en lo que parece una contienda, me sorprende la agilidad que tiene para luchar pero en mi mente solo tengo un mal presentimiento, no puedo ver su rostro pero se que es él por la camisa azul que lleva puesta, justo la misma que le regale hace tan solo unos meses, la preocupación se apodera de mí, sé que debo ayudarlo, así que sin pensarlo empecé a correr en su dirección pero choqué contra algo, una pared de cristal que se interpone entre mi mejor amigo y yo, una ventana que podría significar la diferencia entre la vida y la muerte, sentí un dolor en el pecho y al ver más allá el azul era remplazado por rojo, veo la sangre de Kurt extenderse alrededor de un cuchillo que esta justo entre la novena y la décima costilla, no es necesario ser un genio para saber lo que sigue, un neumotórax por lesión punzante, sé como ayudarlo pero no puedo salir de aquí, la impotencia se apodera de mí y un inmenso malestar se extiende por mi cuerpo, el enojo inunda mi mente, escucho la voz del causante de todo esto pero al intentar reclamarle lo único que me salen son lágrimas.
- ¿Hera? Estas bien- La voz de Volker se escucha lejana.
-Kurt... Kurt- es lo único que puedo musitar.
Veo como Kurt toma mi teléfono entre sus manos, la preocupación empieza a esparcirse por su cara, uno, dos, tres timbres, escuché la voz de Kurt al otro lado de la línea, por un segundo sentí algo de paz hasta que escuché la palabra hospital, mi mente se desconecto casi por completo, Volker me ayudo a levantarme del asiento en el que me encontraba, sentí uno de sus brazos rodeando mi cintura mientras que el otro tomaba mi brazo para pasarlo por detrás de su cabeza, veo el camino hacía el parqueadero pero todo es ajeno a mí, Volker me ayudó a subir a su auto y supongo que vamos camino al hospital, escuchó sirenas de patrullas de policía, mis nervios cada vez están más alterados, necesito respirar, pero se que no lo voy a lograr hasta que lo vea.
El hospital esta justo frente a mis ojos, ni siquiera espere a que Volker terminará de apagar el carro, en mi mente solo estaba un nombre Kurt, entre a la zona de urgencias, debo lucir como una loca pero eso no me importa en este momento, mis ojos se mueven con rapidez buscando a alguien que me pueda dar información, una enfermera o un doctor, cualquiera pero justo en la esquina, ahí estaba Kurt, lucía bien, sin ningún rasguño, sin embargo, su camisa esta llena de sangre, tal como en mi visión, sin pensarlo me lance a sus brazos.
- ¿Estás bien? ¿Qué haces acá? - Pregunté impaciente mientras sentía como mi cuerpo y mi mente se relajaba, Volker entró y me buscó con la mirada, su cara de preocupación también pareció relajarse, sé que el debe irse a su entrevista, así que me separé por un momento de Kurt.
Camine hacía Volker, ¿qué le digo? ¿cómo explicar todo sin parecer una loca? Es imposible, supongo que solo diré una verdad a medias tal como lo llevó haciendo desde el inicio de todo esto.
-yo… hmm... lamento mucho todo esto, es solo que tuve un presentimiento y sabes lo mucho que significa Kurt para mí y... – me interrumpió a la mitad de mi discurso
-No, no me debes una explicación ni nada por el estilo, más bien dime ¿cómo estás? ¿ya estás más calmada? Perdón por no saber cómo actuar, al verte tan preocupada y encerrada en ti misma no supe qué hacer- esta vez yo lo interrumpí
-no tienes que disculparte, Kurt está bien y yo estoy bien, además tienes que ir a la entrevista- dije restándole importancia a todo.
- ¿Estás segura? Porque si quieres me puedo quedar y acompañarlos- se ofreció, Volker, Volker, tan amable como siempre.
-Sí, no te preocupes, ve a tu entrevista yo te informaré de todo, no te preocupes, la que debe disculparse soy yo, arruiné nuestra cita- sentí algo de rubor esparcirse por mis mejillas y vi algo de brillo en los ojos de Volker.
-En cuanto a eso, no te preocupes, igual será inolvidable-una sonrisa se extendió por mis labios al escuchar esas palabras.
Volker se despidió de un beso en la mejilla, lo acompañé hasta la salida del hospital y me quedé allí hasta que aquel carro negro se perdió entre los demás, volví a entrar al hospital, me senté junto a Kurt y ni siquiera tuve que preguntar el por qué estaba ahí ya que como si él supiera lo que quería, empezó a contarme, siento que hay algo que hace falta en su historia, pero para ser sincera el hecho de que él este bien es suficiente para mí en este momento.