Capítulo 14

Sueños, planes y pistas.

Dortmund, Alemania.

GRETHA

A lo largo de los años laborando con la élite policial alemana he aprendido muchas cosas del general Adler, una de ellas es que si quieres encontrar nuevas pistas debes volver al lugar en el que posiblemente estaban esas pistas, la pregunta acá sería ¿debo volver al sitio en el que me encontraba antes de ser secuestrada o preguntarle a Kurt la ubicación exacta de la cueva en la que fui encontrada?

Creo que hablar con Kurt es un riesgo, no solo porque en el momento es uno de los sospechosos de Adler a pesar de ser quién me encontró sino porque nadie sabe ni debe enterarse de la conversación que tuve con él, eso me hace recordar que no he devuelto el expediente de Kurt al archivo, debería hacerlo, pero siento que hay algo que ni Adler ni yo estamos viendo, tengo que darle otro vistazo antes de devolverlo.

La verdad a parte de un par de multas por exceso de velocidad de hace unos tres años no hay nada más, nadie puede ser perfecto pensé; supongo que no hay nada que sirva de fundamento para que Kurt sea sospechoso, no entiendo el por qué Adler se empeña en que cualquiera puede serlo, esta claro que este chico no rompe ni un plato y hablando del rey de roma este asoma, tiene el celular de Hera en las manos y por la sonrisa de satisfacción que trae sé que algo tiene entre manos.

El plan a simple vista es algo ridículo, no se cómo no lo pensamos antes, la orden es casi inmediata, no han pasado ni 2 minutos desde que Adler dio la idea y ya todos están trabajando en ella, los de informática son los primeros en ponerse a trabajar, ya que tienen que crear una interfaz demasiado buena para que la persona de los mensajes y llamadas misteriosas no lo noté, puede que sea difícil pero esos chicos son demasiado inteligentes.

Mientras que Adler tiene un plan yo también tengo mi propio plan, menos convencional y para nada prometedor, pero nada se pierde intentando, quizás es algo riesgoso, pero para ser sincera eso es lo que más me anima a hacerlo, creo que me inculcaron muy en serio la frase “el que tenga miedo a nacer que no nazca.”

Puede que sea un gran riesgo, pero recuerdo muy bien que había alguien más en ese lugar, puede que ese alguien nos guie al verdadero culpable detrás de todo esto.

HERA  

El entusiasmo que mostró Adler cuando me llamó me llena de esperanza, pero bueno hasta no ver no creer, así que ahora tengo que ir a la estación, debería ir con Kurt el entiende mejor este tipo de cosas, sin darle más vueltas al asunto le escribí un mensaje, pero como no respondió le timbre, sin embargo, no contestó como siempre, ¿para qué la gente tiene teléfono si no va a contestar?, luego de tres intentos más me doy por vencida, por suerte tengo casi una hora antes de la reunión con Adler creo que debería pasar por su casa, a ver si se me hace el milagrito y me acompaña.

La verdad espero que la idea de Adler funcione, porque, aunque no he recibido mensajes o llamadas sospechosas en estos días sé que tanta calma no puede significar algo bueno, la verdad es que hay muchas cosas que no entiendo, pero seamos sinceros mi vida es un autentico cuento raro, supongo que en algún momento llegarán las explicaciones que he estado buscando últimamente y espero estar preparada para ello.

El apartamento del pendejo de Kurt queda algo cerca, así que no es necesario tomar un bus o algo por el estilo, solo 7 minutos a pie, algo de música y eso es todo, creo que la vida mejora un poco cuando nos olvidamos de las preocupaciones y nos dejamos llevar por el ritmo de las notas musicales, cada silencio, cada frase, cada armonía, todo hecho con extremo cuidado solo para que podamos apreciar la belleza en 5 minutos, no hago referencia solo a la música clásica, también la música que es poco convencional lleva el mismo proceso, todo para que quienes la escuchan puedan salir de la realidad al menos por unos minutos, eso era lo que mi padre decía todos los domingos de limpieza, extraño esos días, pero bueno, la distancia es solo temporal, solo tengo que graduarme y podré volver con ellos.

Una vez en el apartamento solo debo esperar a que el señor se digne a abrirme, luego de unos dos minutos de espera al fin salió, se nota que esta recién levantado, sus ojos están luchando por permanecer abiertos, su cabello esta despeinado y esta descalzo, por su cara sé que no está muy feliz de verme pero solo es cuestión de comentarle el motivo de mi visita para que cambie de inmediato, veo algo de entusiasmo asomar en sus ojos lo cual es algo raro, pero bueno, ya tendremos tiempo para hablar de ello. Creo que Kurt nunca se había arreglado tan rápido en toda su vida.

­ —Se nota que ni siquiera te bañaste — solté una risa que provocó que me mirará mal, a lo lejos escuchó el sonido de su ego rompiéndose.

—Al menos yo no tengo tu cara— expresó levantando la ceja en señal de desaprobación.

—Buen punto, pero al menos yo si supe nacer—

Exacto, toma eso Kurt, Hera: 1 Kurt:0.

La única desventaja de tener un mejor amigo que también estudia es que estamos pobres, bueno es solo un decir, tuvimos que tomar el bus hasta la estación

—Serán los 15 minutos más largos de mi vida—

A decir verdad, tengo algo de nervios, pero pues tengo esperanza, esperanza en que las cosas en algún momento mejoraran y todo esto quedará en el pasado como un simple malentendido.

—Puede que sí, pero al menos estás con la mejor compañía posible— la cara de satisfacción de Kurt diciendo eso solo me provoca risa, definitivamente solo alguien como él puede hacerme reír en los momentos más tensos.

Una larga respiración abre el pasillo hasta la recepción, la secretaria por alguna razón no se encuentra en su puesto, así que tengo que alargar el momento, tengo sentimientos encontrados, pero no es momento de ceder a ellos, creo que Kurt esta más nervioso que yo, justo cuando iba a preguntarle apareció el general Adler, supongo que ya no tengo necesidad de anunciarme.