Malas decisiones, el pasado golpea tu puerta.
Dortmund, Alemania.
El pasado es un hueco profundo del que muchas veces nos cuesta salir, los dramas del día a día y la necesidad de salir adelante provocan que nuestros deseos por olvidar sean en vano, sin embargo, en ciertos momentos el pasado puede ser solo una llave que nos abra la puerta a un futuro lleno de respuestas y mejores oportunidades que quizá no existirían si no pudiéramos recordar, es cierto que a veces esos recuerdos pueden ser un golpe doloroso para nuestra mente pero si sabemos sacar lo mejor de cada momento las posibilidades de aprender sobre nosotros mismos son infinitas, saber cómo hacerlo es difícil lo importante es el propósito y el cómo emplearas lo aprendido, el pasado es una puerta que conecta aquello que solíamos ser con lo que ahora somos, pero ¿Qué tanto puede afectar el pasado nuestro presente e incluso nuestro futuro?
GRETHA
El tiempo sigue pasando y yo sigo sin respuestas, la verdad es que siento que la versión de Kurt a pesar de ser muy apegada a lo que me dijo Adler carece de muchos detalles, es lógico que si vuelvo para preguntarle lo mismo me dirá algo diferente, la cosa es ¿Vale la pena intentarlo o puedo usar un método menos ortodoxo?
Mi mente es como un remolino de ideas que necesito aclarar, pero al fin y al cabo me decidí por el método menos ortodoxo, ir a dónde todo empezó, es la regla básica de cualquier método científico, si deseas hallar conclusiones lo mejor es repetir la experiencia con las mismas condiciones iniciales, es obvio que no van a ser las mismas condiciones porque para ser sincera no quiero que me secuestren de nuevo; según mis cálculos llegar hasta la parte del bosque en la que me quitaron el chaleco tomará cerca de unas dos horas, una larga caminata siempre debe ir acompañada de comida, agua y zapatos cómodos, lo último ya lo tengo, soy de esa clase de persona que usa más tenis que cualquier otro tipo de zapatos, por sola seguridad podría llevar al menos dos armas pero sino quiero que Adler me descubra tengo que saber escoger.
Mi plan justo ahora es solo teoría, primero debo abastecerme y después engañar a Adler para salirme con la mía, soy tan buena esquivando preguntas que sé que la parte difícil va a ser la primera, no puedo tomar dos armas del cuartel porque notaran su ausencia así que primero debo solucionar ese problema, supongo que llegó el día de cobrar algunos favores.
AMIRA
El tiempo acá es muy extraño, el sol es casi inexistente, algunos pequeños rayos de sol logran entrar pero eso no es suficiente para poder tomar algo de calor, tengo frío y algo de hambre, creo que es la primera vez que el gran señor, como se hace llamar, no me da de comer a tiempo, tengo experiencia con esto de estar encerrada en este lugar, quizá esta buscando otra forma de hacerme hablar pero que ni crea que haciéndome pasar hambre lo logrará, sé que él está buscando la forma de sacarme de aquí pero ¿y si es el destino el que me necita acá por alguna razón?
Muchos conocemos que con hambre no se puede dormir, mi estomago está gruñendo del hambre, pero los pasos que empiezan a sonar a lo lejos me distraen, solo espero que sea el perro de Renerick con mi comida, mis ojos se cierran para tratar de concentrarme en el sonido de los pasos, por el sonido se que no viene solo, genial, el gran señor quiere verme, no pregunten cómo lo sé, solo lo sé. Los pasos cada vez son más fuertes y esta vez van acompañados de un par de voces, habla sobre ella, lo sé por el término que están usando, solo como si ella fuera un objeto más con el que pueden hacer lo que se les da la gana ¿qué le pasa a la gente, no se supone que ahora todo es diferente?
La puerta suena y mis ojos solo se pueden concentrar en el delicioso plato de comida que trae Renerick en sus manos.
—Parece que el banquete estuvo muy bueno— expresé con una sonrisa de satisfacción, a pesar de estar prisionera acá creo que el gran señor aún me aprecia un poco, la comida no son sobras ni nada similar, es un plato como de la realeza o eso solía decir mi amigo antes de que el gran señor lo enviara lejos.
—¿Banquete? ¿en qué siglo vives? Solo era una junta de trabajo y agradece que el gran señor me dejo traerlo exclusivamente para ti— declaró Renerick con un tono burlón muy característico de él.
—si lo dices así siento que me vas a envenenar, solo quiero recordarles que si algo me pasa nunca podrán salir del gran problema en el que se metieron— sonreí con autosuficiencia, la mirada del gran señor Duff, se posó en la mía, supongo que los duelos de miradas se han hecho muy comunes entre nosotros, le hace una seña a Renerick que significa que ya puede irse, el como buen perro guardián obedece no sin antes darme mi comida, mi nariz se deleita con el maravilloso olor, pero sé que si él se quedó es porque no voy a poder comer en paz hasta que hable, bien, el amo y señor de los discursos esta por empezar así que acomódense.
—Como tú lo sabes, hace algunos años casi 25 años ya, empezó un acuerdo, un tratado que cambió la forma de vida que la mayoría llevaba en ese momento, todas las normas que llevábamos fueron reemplazadas por una nueva jerarquía, un nuevo reinado, pero sobre todo una nueva oportunidad para gente como tú y como yo; se abrió una nueva era y una nueva forma de ver el mundo, las cosas que todos conocíamos en ese momento cambiaron y se dio paso a un reinado que aunque muchos llaman oscuro nos ha llenado de luz en cuanto a lo que nosotros se refiere, somos diferentes y pronto se enteraran de ello, ese siempre fue el plan, somos superiores, siempre lo hemos sido, el pasado nos hace débiles pero el futuro será glorioso. Bien sabes que lo único que necesitamos es un poco de su sangre, la verdad no sé por qué te empeñas en creer que el bando en el que estas es el correcto, piénsalo bien, solías ser una de mis mejores amigas, una de mis mejores guerreras, la comandante de mi ejército, mi mano derecha, pero ese día decidiste dejarme de lado y ahora estás acá encerrada y encadenada como una rebelde, sería una pena que en algún momento tuviera que matarte— esos ojos azules que me miraban con despreció se encendieron como fuego, lo cuál le da aún más validez a la amenaza pero conmigo no va a lograr nada, en algún momento estuve en el bando incorrecto y no permitiré que eso ocurra una vez más.