Problemas en el ¿paraíso?
“La vida a veces nos da un golpe para despertarnos y volver a la realidad”
Kurt
Hera a esta hora debe estar con el adonis Volker, Fernanda, no me habla desde hace casi un mes y yo estoy aburrido, no tengo nada que hacer, no tengo clases, no encuentro nada para ver en ningún sitio de películas, ni siquiera la música me quiere sacar del aburrimiento, el techo de mi habitación es bastante aburrido, así que ni para contar cuantas rayitas tiene porque solo es blanco, el aburrimiento me va a matar o eso pensaba, el timbre sonó y la verdad espero que no sea Hera, claro que si fuera ella al menos tendría una historia que contarme, eche un vistazo y la verdad no me esperaba para nada ver a quién vi, abrí la puerta y ahí estaba Gretha, ¿A qué nivel de confianza hemos llegado?, el cabello negro de Gretha esta suelto y a decir verdad se ve muy bonito, verla con ropa normal es algo raro, pero es algo a lo que me podría acostumbrar.
—¿Hola? — pregunté frunciendo el ceño por la sorpresa.
—Hola, ya sé que no esperabas verme de nuevo tan pronto, pero es que me estoy muriendo del aburrimiento y la verdad, justo ahora no tengo a nadie para salir, así que me preguntaba si querías ir a tomar algo— Tan directa como siempre, ni siquiera me dejó preguntarle cómo está.
—Hmm sí, claro, yo también me estaba muriendo, déjame me cambio— abrí la puerta y le indique la sala, como si ella no la conociera, si tuviera que adivinar diría que algo le está pasando a Gretha, pero no quiero abrumarla con preguntas.
Una vez en mi cuarto, lo primero que hago es mirar mi teléfono por si Hera necesita salir de ahí, pero parece que no, así que procedo a buscar una camisa y un pantalón, lo difícil es conseguir algo limpio en este cuarto que este vuelto nada, tomé una camisa y la olí, parece que aguanta una postura más, por suerte encontré un pantalón limpio, mierda, tengo que lavar y ordenar este cuarto. Luego de haberme cambiado salí de mi cuarto silenciosamente, me quedé un rato en el pasillo, como tomando fuerza para salir, me asomé y Gretha estaba observando una de las fotos que tengo con Hera, no me sorprende, creo que a pesar de que nunca le haría algo a Hera soy un sospechoso más, lo que me lleva a preguntarme si ella solo esta acá para investigarme o algo por el estilo.
—Bueno, supongo que estoy listo. Perdón la demora no tenía ropa limpia— una risa salió de mi boca, pero ella ni se inmuta, deja lentamente la foto en su puesto, se limpia la cara y se voltea con una sonrisa, creo que estaba llorando ¿Debería decir algo? Normalmente soy un imbécil, pero no quiero serlo en este momento.
—No se nota, ¿nos vamos? — preguntó con la voz algo quebrada.
—claro, pero ¿Estás bien, quieres hablar? — una negación se expreso en su cara, así que supongo que esa mi señal de no ser un idiota y salir.
—¿Trajiste tu carro? — eso es Kurt, que buena manera de romper el hielo, cada día me convenzo más de lo imbécil que puedo llegar a ser.
—Algo mejor, solo sígueme— una sonrisa cómplice se formó en sus labios.
Justo cruzando la calle había una hermosa Harley Davidson v rod, definitivamente esto es mejor que un carro, hace mucho no me subo en una moto y el hecho de que no sea yo el que la conduce me da un poco de paz, la última vez casi me mato y casi mato a Hera.
—Si no quieres morirte ponte el casco y sujétate— dijo Gretha con total confianza en sí misma.
—Trata de no matarme que soy muy joven y hermoso para morir— musite mi frase y justo cuando estaba terminando arranco, ahora siento un vacío enorme en el estómago, la velocidad a la que vamos no es tanta, pero alcanzo a sentir la adrenalina acumulándose en mi cuerpo, el cabello de Gretha esta golpeando mi cara, la forma en que toma las curvas es simplemente increíble, estaba tan concentrado en lo que estaba sintiendo que casi ni noté el momento en el que empecé a gritar, es como ir en una montaña rusa, demasiada emoción.
—¿Tan rápido ya estás gritando? — la voz de Gretha llegó a mis oídos, casi no descifro lo que me dijo por el sonido del viento.
—Es que hace mucho no montaba en moto, perdón, estoy emocionado— le respondí gritando para que ella me escuchara.
Gretha conduce como una profesional, si no fuera policía pensaría que es corredora, la carretera por la que vamos es poco concurrida, hay algunas curvas pronunciadas separadas por líneas rectas cada cierto tiempo, la carretera perfecta para sentir emociones que según parece ambos necesitamos, ella acelera, el viento y el cabello me golpean la cara y por instinto me aferro más a ella, lo cual no parece molestarle, las luces cada vez se ven más borrosas, llegamos a la última curva y luego siento como la velocidad se va reduciendo, mi respiración vuelve a ser normal y de un momento a otro ella frenó, estamos frente a un bar cercano a la carretera, nunca había venido a este lugar, tiene un aspecto rudo, hay varias motocicletas parqueadas y no hay que ser un genio para saber lo que hay adentro.
Ella tomó su casco para quitárselo, su cabello esta alborotado, pero no parece importarle, nos bajamos de la moto y entramos al lugar y a decir verdad todo se ve impresionante, el color negro y el rojo clásico de los motociclistas llena el lugar, hay una tarima y lo que parece ser una rockola, se nota que ella conoce el lugar así que me dejo guiar, nos sentamos en la barra y sin preguntarme ella pide dos whiskey dobles.
El rock and roll empieza a sonar, algunas de las personas que estaban sentadas se ponen de pie para bailar, este parece un sitio de esos de los que hablaban mis papás en la época de los 80’s. Sin mucho pensarlo, me puse de pie y empecé a bailar, no esperaba que Gretha también se fuera a levantar, definitivamente Gretha no es lo que esperaba, es mucho mejor de lo que pensé.