-Buenos días David-Le dijo Silvia mientras se dirigia al sillon y se inclinaba para despertarlo.
-Buenos días Silvia- Le respondió mientras pasaba sus manos sobre sus ojos.
-He preparado el desayuno, para que podamos comer juntos- Le dijo mientras señalaba la comida que estaba sobre la mesita. Eran huevos estrellados, leche y pan que estaba sobre la mesa. Arrimando la mesita junto al sillón a donde estaba David.
-No debías de hacer el desayuno. Pero muchas gracias.- Le dijo mientras pasaba su mirada a su ropa de dormir y se quedaba clavado en sus ojos Azules que por los rallos del sol que entraban por la ventana, hacían brillar sus ojos y hacían resplandecer su cabello café a un color rojizo.
-Espero que te gusten- Le dijo Silvia mientras lo miraba y le mostraba una sonrisa.
-Claro. Se ven ricos. Provecho- Tomando un pedazo de pan y huevo lo llevo a su boca mientras que su corazón empezaba a latir otra vez rápido. Llenándose de una sensación agradable. Disfrutando de la comida que ella le había preparando. Sintiendo por primera vez desde la muerte de Sofía el sabor de la comida.- Esta muy rico, muchas gracias- le dijo cuando termino de masticar.
-Que bueno que te gustaron. Aunque no se preparar comida. Por lo menos me salen bien los huevos estrellados. Gracias- Le dijo mientras se llevaba el cabello que estaba en su frente atrás de su oreja.
Sus labios rojos de Silvia le hicieron sentir otra vez esa sensación agradable, una atracción hacia ella. Sus labios que movía le hicieron que inconscientemente se levantara del sillón y se sentara al lado de ella. Silvia sorprendida por tal acción, no hizo nada más que observarlo sentarse a su lado.
-Que pasa- le pregunto nerviosa.
-mmmmmmmm, nada, tenias algo en tu cabello, pero no es nada- Le dijo nervioso porque no podía explicarle lo que había sucedido.
-mmmmm, Gracias, creo que te equivocaste, y te confundiste por mi cabello desarreglado- Le dijo mientras pasaba sus manos sobre su cabeza.
Apartándose de ella se fue otra vez al sillón- Gracias, por el desayuno- Le dijo nervioso, y sonrojado.
-Oye te quería preguntar algo- Le dijo Silvia mientras tomaba el vaso de lecho y tomaba un sorbo.- La otra vez que nos encontramos en el elevador me hiciste una pregunta algo extraño .mmmm. Te quería preguntar porque me lo quisiste hacer.- dejando el vaso sobre la mesita.
-La vedad no se. Desde que se fue Sofía he estado pensando mucho, sobre la muerte, sobre la existencia, el sentido de la vida, y otras cosas más. Pero tampoco quiero que pierdas tu tiempo escuchándome.-
-No te preocupes al contrario, si puedo ayudarte por lo menos escuchándote, eso me haría feliz. Ya que de igual modo he estado pasándola mal y yo también necesito que alguien me escuche. O por lo menos eso, si es que quieres contármelo, ya que no nos conocemos mucho para que me tengas confianza.-Pasando su cabello atrás de su oreja mientras su mirada la bajaba hasta el suelo.
-Muchas gracias. Por quererme escuchar. Y si te tengo confianza. Por alguna razón ciento como si te conociera desde hace mucho tiempo, aunque solo nos veíamos cuando venias a platicar con Sofía cuando aun estaba viva.-
-Igual me sucede lo mismo. No se que es. Pero siento que puedo confiar contigo. Mientras miraba a David fijamente y se inclinaba para atrás.
-Si quieres puedes tomar asiento aquí en el sillón, no se si te sientes cómoda entando en el suelo-
Parándose se dirigió al sillón adonde estaba sentando David.
-y bueno que es lo que te pasa- Le pregunto mientras se sentaba a su lado.