Llego viernes, ninguno de ellos se había encontrado con el otro. David salía temprano para esperarla a fuera del edificio, pero no aparecía, y el autobús le hacia apresurarse para que no lo dejara. Silvia por su parte esperaba en el elevador para que bajaran juntos pero nunca salía David del Departamento. Ambos se despertaban a diferentes horarios por lo que no se encontraban. Tuvieron pensamientos negativos los dos; pensando que el otro no quería verlo, por lo que ninguno de los dos se atrevía a llamar a la puerta del otro, pensando que iban hacer rechazado. Pensamientos que invadían en sus mentes en que el otro le decía <<que solo fue por una noche, crees que voy a salir contigo>>. Pensamientos que los detenían enfrente de la puerta del otro.
Sentado David escucha el timbro. Parándose del sillón se dirigió a la puerta para abrir.
-Hola David- Se escucho una voz amable.
-Hola Silvia. Que sorpresa. Pero asa por favor, no te quedes en la puerta- Le dijo David mientras la invitaba a entrar.
-Gracias- Pasando al departamento y sentándose en el Sillón. David Hizo Lo mismo. Se miraron los dos, sin decir palabra alguna. Se observaron sintiendo punzadas en su pecho.
-Y como te va- Le dijo Silvia Mientras apartaba la vista de él y miraba la televisión apagada.
-emmmm. Bien. Y a ti como te va-Dirigiendo su mirada al rostro de ella.
-Bien igual-Observando sus manos.
-Te he estado esperando por las mañanas afuera del edificio. Pero no has aparecido- Le dijo David mientras se sonrojaba y ponía su mano en su nuca.
-Queee. Yo yo yo, también, pero afuera del elevador. Pero al ver que no salías me iba a mi trabajo.
-Enserio. Pensé que me evitabas- sorprendido David.
-Yo también. He querido tocar la puerta de tu departamento pero tenia miedo a que me rechazaras o algo similar.-Se empezó asomar lágrimas en sus ojos.- Pero veo que estaba equivocada- secándose las lágrimas con sus manos.
-Lo siento- Le dijo David Mientras la abrazaba.
-No tienes que disculparte. Creo que fue culpa por parte de ambos- Sintiendo su cuerpo con el suyo. Sus brazos gruesos, y su pecho ancho le hacían sentirse segura.
-Bueno. Pero…. Aclarado esto. Quieres cenar algo- Le pregunto mientras se alejaba de ella.
-Si. Que te parece una pizza, hace mucho que no como una- Mirando sus ojos cafés de él.
-Me pare bien- Sonriéndole ella.