El Engaño

Un mal día

Los huéspedes ya se habían instalado en sus respectivas habitaciones, estaba haciendo un día soleado así que decidieron dar un paseo por la propiedad. Amelia se encargó de llevar las maletas de Catherine hasta su habitación y comenzó a guardar su ropa en el armario, hizo todo tal cual Lucy le había enseñado, quería dejar una buena impresión de su trabajo. Después de que termino de organizar sus cosas, bajo para ayudar a preparar la mesa, ya casi iba a ser medio día y tenían que tener la comida lista, al ser tantos los invitados, Amelia también tuvo que ayudar. Solo por ese día, su familia tendría que comer en su casa, ya que no había quedado espacio en la cocina porque todo estaba hecho un desorden, el señor Jenkins y el señor Lynch también tuvieron que comer fuera de la casa, junto con los conductores que habían traído a las familias.

—La mesa esta lista—  anuncio la señora Gleeson para que todos se sentaran

Amelia estaba terminando de poner los platos cuando todos comenzaron a entrar, pero se dio prisa cuando vio entrar a Nathan, apenas termino, salió rápidamente hacia la cocina.

—Ya pueden llevar la comida—   les dijo la señora Gleeson cuando vio que todos habían ocupado sus sillas —Tú también ayudaras—  le ordeno a Amelia

—Si señora

Cada una de las chicas comenzó a llevar la comida hacia la mesa, como esta era la primera vez que Amelia les serviría a otras personas que no fueran su padre y sus hermanos, se puso nerviosa, sabía que se tenía que hacer de un modo muy diferente, pero no sabía cómo era que lo tenía que hacer, solo le enseñaron a poner la mesa, y parecía que a la señora Gleeson se le olvidó eso, por eso se quedó en la cocina, esperando a que ellas salieran primero, así podía ver como lo hacían. Primero comenzaron a servir la sopa, Amelia paso de largo hacia donde estaban sentadas las chicas, con ellas no se sentiría tan nerviosa.

Se quedó un momento de pie para ver como lo hacía Penny que estaba cerca de ella, después de verla servir el primer plato, ella siguió, esta era su oportunidad de demostrar que podía hacer bien su trabajo. Con cuidado comenzó a servir, pero no se dio cuenta de que comenzó a escurrir sopa de la cuchara.

—¡Mi vestido nuevo! —  grito al ver como su vestido quedo manchado de sopa

—Lo… lo siento—   dijo asustada sin saber que más hacer

—¡Inutil! —  la regaño la madre de la joven levantándose de la mesa para ir a su lado —¿Es que acaso no te han enseñado a servir?

—Perdón—  volvió a disculparse, no sabía si irse o quedarse

—Este es un vestido de seda y ahora quedo arruinado—  comenzó a llorar

—No te preocupes linda, te compraremos otro—  dijo su madre tratando de calmarla

—¡No quiero otro! — gritó molesta —¡Este vestido lo mandé a hacer especialmente para esta ocasión!

—Deja de hacer pataleta Alice, igual ese vestido te hace ver gorda—  dijo uno de los chicos, lo que hizo que los otros muchachos rieran, aunque no le molesto que se burlaran de ella, si le molesto cuando vio que Nathan también se estaba riendo

—¡Eres un idiota! —  le grito y luego salió corriendo

—¡Alice, espera! —  su madre salió tras ella

—Tenías que empeorar las cosas, Albert—  dijo uno de los adultos —Sabes cómo se pone tu hermana

—Perdóname padre, pero es que no puedo evitarlo—  miro a Nathan y siguieron riendo

—Nathan—  lo reprendió su padre cuando vio que siguió riéndose

—Lo siento— aunque se disculpó no pudo evitar seguir riendo

—Regresa a la cocina—  le ordeno la señora Gleeson a Amelia después de quitarle la vasija con la sopa —Después hablaremos—  se giró y se disculpó con todos por lo que había pasado

Amelia salió corriendo sin mirar a nadie, cuando llego a la cocina empezó a llorar, sabía que cuando su padre se enterara la castigaría. Se quedó allí hasta que terminaron de comer y la llamaron para que ayudara a recoger la mesa.

—Ten cuidado de no romper nada—  la regaño la señora Gleeson cuando comenzó a recoger los platos —No pensé que fueras tan inútil, el señor Foster siempre espera que tratemos bien a sus invitados—  Amelia no decía nada, solo seguía recogiendo los platos, mientras la señora Gleeson seguía a su lado regañándola —Las inútiles como tú no duran mucho, no me sorprendería si el señor Foster me ordena que los despida…

La señora Gleeson continúo regañándola, pero Amelia no le siguió prestando atención, se quedó pensando en lo último que había dicho. Que los despida, esas últimas palabras se quedaron grabadas en su mente, ¿Acaso también los van a despedir a ellos?, pensó Amelia asustada, no sabía lo que su padre le haría si por su culpa los despidieran a todos.

—¡Niña! —  la madre de Alice caminaba hacia ella —Tienes que limpiar el vestido—  lo dejo sobre la mesa —Más te vale que lo dejes como nuevo, si lo llegas a arruinar tendrás que pagarlo, ¿entendiste? —  finalizo regresando por donde había venido

—A ninguna de ustedes se le ocurra ayudarle­—  dijo la señora Gleeson —Ese será su castigo—  después se retiró

—Si señora—  dijeron todas mientras terminaban de recoger la mesa

—No te preocupes—  dijo Penny en voz baja cuando la vio llorar otra vez —Yo te ayudaré sin que se den cuenta

—Gracias—  dijo forzando una sonrisa

Aunque de verdad agradecía la ayuda de Penny, eso no la salvaría del castigo de su padre. Aunque pudiera arreglar el vestido y lograra evitar que los despidieran, eso no impediría que su padre la castigara por lo que hizo. Jamás pensó que las cosas le fueran a salir tan mal desde el principio, su felicidad solo le duro dos semanas.

Como lo prometió, Penny le ayudo a limpiar el vestido, ella tenía bastante experiencia limpiando ropa de seda, después de que terminaron de lavar los platos y de esperar a que la señora Gleeson se fuera con Lucy Y Beth para ver si se les ofrecía algo más a la familia Foster y a sus invitados, Penny le explico cómo y con que limpiar el vestido.




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