El Engaño

La Apuesta

—¿Amelia, cierto? —  pregunto Richard cuando entro

—Si señor— Alice se encontraba allí, pero no estaba sola, Nathan también estaba, junto con sus hermanos y los gemelos

—¿Qué te paso en el rostro? —  pregunto al ver el moretón que tenía

—No es nada—  puso su mano como si tratara de cubrirlo —solo fue un accidente

—¿Segura? — 

—Sí señor, tendré cuidado la próxima vez— no quedo muy convencido, pero ya que estaban todos reunidos tenía que aclarar las quejas de Alice

—Ahora si Alice, cuéntame otra vez que sucedió

—Yo iba caminando tranquilamente, cuando ella me ataco…

—Eso es mentira— Amelia protesto de inmediato

—¿Entonces que paso? —  pregunto Richard mirando a Amelia

Se quedó callada por un momento, todos se quedaron mirándola, pero se dio cuenta de que, con un gesto, Nathan le indico que dijera la verdad

—Yo estaba lavando la ropa y la señorita Alice se acercó acusándome de que me había visto tomada de la mano del joven Nathan—  sintió el rubor subir a sus mejillas cuando dijo eso —Pero eso no es verdad—  aclaro de inmediato cuando Richard se quedó mirándola —Luego tiro la ropa que ya había lavado

—Eso no es cierto— ahora fue Alice quien protesto —Yo jamás haría eso, ellos cuatro estaban conmigo, saben que no es verdad

—No involucres a Catherine y a Joseph en tus mentiras—  dijo Nathan —Di la verdad Catherine, fue Alice quien inicio la pelea

—¿Es verdad Catherine? —  le pregunto su padre. Catherine miró a Alice, pero no podía mentirle a su padre

—Si—  dijo agachando su cabeza

—Así que esta fue una pelea por celos—  dijo Richard sin darle mucha importancia —Espero que no vuelva a pasar—  les advirtió a todos —Pueden irse—  todos salieron, pero Nathan se quedó

—¿No vas a hacer nada? — reclamo con frustración

—Que quieres que haga, solo fue una tontería

—¿Acaso no ves lo loca que esta Alice y lo mentirosa que es?

—Como todos los jóvenes a su edad—  se puso de pie —Más bien dime, ¿de verdad tenías a Amelia tomada de la mano? —  dijo burlándose de su hijo

—¡Claro que no! — salió furioso del estudio al ver como su padre se reía de él

—¿Por qué no me defendiste? — Alice se había quedado esperándolo

—No fastidies

—¿Acaso estas de parte de esa tonta? —  caminaba tras él

—¿Y qué pasa si lo estoy? —  se detuvo de repente y Alice se estrelló contra su espalda, acababa de tener una buena idea —¿Qué vas a hacer? —  se giró hacia ella

—Nate…

—¡Que no me digas así! —  la regaño

—¿Por qué me tratas así? —  hizo que iba a llorar —Tú sabes lo mucho que te quiero—  Nathan no pudo evitar girar sus ojos cuando vio que iba a llorar

—Por favor, deja de hacerte la víctima, puede que convenzas a los demás, pero este truco no funciona conmigo—  se cruzó de brazos —Por eso es que Amelia me cae mejor, ella no es tan mentirosa como tú— el rostro de Alice se encendió en segundos, ese comentario la hizo enfurecer y Nathan no pudo evitar sonreír al verla así —Lo siento, pero es la verdad—  se fue sin decirle nada más, eso había sido suficiente para alegrar su día.

—¿Problemas con Alice otra vez? —  Albert también lo estaba esperando

—Cuando no—  se sentaron en las escaleras de la entrada —Pero ya sé que hacer para que mi padre se dé cuenta de cómo es

—¿Qué tienes pensado? —

—Espera—  dijo al ver a Amelia salir de la cocina —Ya vengo— corrió hacia ella —¡Amelia! —  la llamo, se dirigía al gallinero

—¿Qué quiere? —  le pregunto como si lo estuviera regañando

—Tranquila, no vengo a pelear—  dijo levantando sus manos ante la forma tan agresiva que le pregunto —Que genio tienes—

—Estoy ocupada—  continuo con su camino —No puedo demorarme

—Está bien— camino a su lado —Solo quería decirte que si Alice te vuelve a molestar me avises de inmediato

—Para que, ¿para qué me regañen por su culpa?

—No, para ayudarte—  Amelia se detuvo al escucharlo

—¿Para ayudarme? —  repitió como si no hubiera escuchado la primera vez

—Sí, yo sé muy bien como es Alice, estoy seguro de que no te dejara en paz, por eso quiero que cuando te moleste me busques

—¿Por qué haría eso? ¿Por qué me ayudaría? —  seguía sin entender

—Tú solo hazme caso, cuento contigo—  se despidió y regreso a donde estaba Albert

Amelia no entendió nada de lo que había pasado y la verdad no tenía intención de hacer lo que le había pedido, si Alice volvía a molestarla, esta vez sí le daría razón para quejarse. Esa sería su oportunidad de hacer que despidieran a su familia y de escaparse, ya no soportaba más estar en esa casa, en esos dos días lo único que habían hecho era regañarla una y otra vez, estaba cansada.

—¿Por qué saliste corriendo? —  pregunto Albert

—Necesitaba hablar con Amelia

—¿Con quién? — no sabía de quién hablaba

—La empleada que mancho el vestido de Alice

—¿Para qué querías hablar con ella?

—Te lo contaré más tarde—  dijo mirando a todos lados para asegurarse de que Alice o los gemelos no los estuvieran escuchando

—Después de la cena podemos escaparnos al pueblo, ir al lugar de siempre—  sugirió Albert

—Buena idea

Amelia continuo con su trabajo, para su alivio no volvió a ver a Alice y pudo terminar todas sus labores sin problemas. En la cena por fin pudo comer algo, y aunque la señora Gleeson le había dicho que ella sola tenía que lavar los platos y limpiar la cocina, Penny y Beth la ayudaron para que terminara rápido. De Penny se lo esperaba, pero le sorprendió que Beth también ayudara, aunque no le dijo nada, agradeció la ayuda de las dos.

—Muchas gracias por la ayuda

—No es nada—  dijo Penny — hoy tuviste mucho trabajo, te mereces un descanso

—Gracias Beth

—No es nada—  se despidió y salió de la cocina




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