El Engaño

Promesa

Amelia se soltó de la mano de Nathan cuando vio a Charles. Se veía muy molesto, no pensó que los fueran a encontrar, estaban en una zona del pueblo que no era muy concurrida, pero en ese momento pensó que tal vez Albert les habría dicho donde se encontraban, tal vez fueron a la cantina después de que hubieran salido y alguien los hubiera visto ir en esa dirección. Fuera lo que hubiera sucedido, estaban en serios problemas y esperaba que no hubieran visto a Tom en la entrada, si lo encontraron, y descubrían que intentaban escapar esa noche, su padre les daría una paliza como nunca se las había dado. Sintió miedo de solo pensar en lo que le esperaba, no se perdonaría si por su culpa también castigaban a Tom. Ahora es que se daba cuenta del terrible problema en el que lo había metido.

—Su padre nos envió a buscarlo—  dijo Ray —Tenemos que regresar

—Amelia—  dijo Charles —Sube de inmediato—  estiro su mano para que subiera al caballo, Amelia se acercó y Charles la tomo de la mano, jalándola con brusquedad

—Dese prisa por favor—  dijo Ray esperando a que Nathan también se subiera a su caballo, cuando se subió, le señalo el camino para el fuera adelante

—Así que intentabas escapar con Thomas—  dijo Charles mientras iban detrás de ellos, Amelia quedo fría cuando lo escucho —No tienes ni la más mínima idea de lo que te espera, nos has metido en serios problemas con la familia—  Charles estaba furioso —Si llegamos a perder este trabajo por tu culpa, créeme que te arrepentirás de no haberte escapado antes.

—Tom no hizo nada—  no pudo contener el llanto —La idea fue solo mía…

—Cierra la boca, ya arreglaremos cuando lleguemos a la casa

Amelia estaba asustada y preocupada por Tom, se arrepintió tanto de haberlo metido en todo esto. Fue una completa ilusa al pensar que podía escaparse tan fácilmente, no pensó bien las cosas. Era lógico que los irían a buscar si se demoraban tanto, tampoco le dijo a Tom cuanto tiempo se iría a demorar, lo único en lo que había pensado era en estar con Nathan. Al llegar, fueron directo a la entrada de la casa, al parecer los invitados ya se habían ido, eran ya pasadas las nueve de la noche. Todos estaban reunidos en la sala, su padre y sus hermanos también estaban allí, pero no vio a Tom por ningún lado. Alice también estaba allí, pero tampoco vio a Albert ni a sus padres.

—El señor Richard y la señora Emma están en el estudio— le dijo la señora Gleeson a Ray —los están esperando

—¡Nate! —  dijo Alice corriendo hacia él —¿Dónde estabas? —  lo abrazo —Hoy era nuestro compromiso, porque te fuiste

—Suéltame—  dijo apartándola

—Nate…—  lo llamo otra vez, pero Nathan siguió de largo sin prestarle atención

Ray, la señora Gleeson, Charles y su padre entraron junto con ellos, Albert y sus padres también se encontraban en el estudio, Amelia no fue capaz de ver a ninguno a la cara, no había dejado de llorar.

—¡¿Dónde demonios estaban!?—  fue lo primero que pregunto cuando vio a su hijo, pero se enfureció más cuando Nathan no le respondió —¡¿Piensas que esto es un juego?!, ¡Discúlpate con los padres de Alice!

—Lo siento—  dijo Nathan, pero por su tono, se notaba que su disculpa no fue sincera

—¡Tu sabías muy bien lo importante que era este día! ¡Nos hiciste quedar mal frente a nuestros invitados! ¡Todo para irte a una cantina de mala muerte!

—Richard, cálmate—  le dijo su esposa al ver lo alterado que se estaba poniendo

—¡Y tú! —  le dijo a Amelia ignorando el comentario de su esposa —¡Como te atreviste a ir con el! ¡Debiste habernos avisado lo que Nathan pensaba hacer! ¡No ir con el!

—Lo siento mucho—  dijo Amelia sin dejar de llorar

—Amelia no tuvo la culpa—  dijo Nathan —Yo la obligue a ir conmigo

—¡Cállate! ¡No estoy hablando contigo! —  volvió a dirigirse a Amelia —¡Tu trabajo es ayudar en la casa! ¡No acolitarle su vagancia e irresponsabilidad!

—Ya te dije que yo la obligue a ir

—Es verdad—  dijo la señora Gleeson —Amelia no quería ir— Nathan y Amelia se sorprendieron de lo que dijo

—¿Entonces dime porque la obligaste a ir contigo? ¿Para que la necesitabas si ibas a ir a una cantina a perder el tiempo?   

Al ver a Albert en el estudio, Nathan pensó que le había contado todo, pero parece que solo le dijo que estaba en la cantina, pero no le dijo la razón de porque tenía que ir

—Porque perdí mucho dinero apostando— le diría la razón por la que llevo a Amelia, pero no le diría que había apostado el anillo de su abuelo —Me entere de que Amelia era buena jugando cartas y la lleve conmigo para que me ayudara a recuperarlo

Richard no dijo nada, aunque seguía molesto, se veía más decepcionado que molesto. No sabía en que se había equivocado con su hijo. Siempre le habían dado todo, aunque tal vez ese fue su error, siempre lo han dejado hacer lo que quiere, si hubieran sido más firmes y disciplinados con él, tal vez no sería tan irresponsable.

—Déjennos solos—  ordeno Richard —No sabes lo decepcionado que estoy—  dijo cuándo se quedaron los dos —No te educamos para que te comportaras como un delincuente que se va a cantinas de mala muerte a apostar dinero— se sentó —Nos hiciste quedar mal frente a nuestros invitados, pero en especial frente a Robert y Elizabeth—  hizo una pausa y miro fijamente a Nathan —¿Lo hiciste a propósito cierto?, lo hiciste para que los padres de Alice rompieran el compromiso

—Tu sabes que no me quiero casar con Alice y ni tu ni nadie puede obligarme

—Tienes razón, pero sí sé que tarde o temprano te darás cuenta de que Alice es la clase de mujer que te conviene, así que no creas que te libraste, el compromiso sigue en pie, Robert y Elizabeth estuvieron de acuerdo, Alice también

—¡Ustedes no pueden decidir por mí! —  le reclamo con rabia

—Te hemos dado mucha libertad y te hemos dejado hacer lo que quieras, pero eso se acabó—  dijo sin importarle el reclamo de Nathan —No me has dejado otra opción, mañana regresaremos a Londres y después te llevaremos al internado militar, allí aprenderás a comportarte y te quedaras hasta que termines la escuela




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