Amelia no podía esperar a irse de allí, sus hermanos continuaban hablando de lo que iban a hacer, pero no solo eso, habían comenzado a planear lo que harian una vez tuvieran el dinero, hablaban como si su plan fuera a funcionar sin falta y eso era lo que más asustaba a Amelia, el no saber lo que pensaban hacer. Tom tampoco decía nada, se había dado cuenta de lo preocupada que estaba Amelia, aunque no podía decirle nada.
—No puedo esperar para quedarme a vivir aquí— dijo Francis —Ya estoy cansado de vivir en el campo, todo es tan aburrido, además las chicas de aquí son mucho más hermosas
—¿Y qué va a pasar con Penny? — pregunto Tom
—¿Qué pasa con ella? — se quedó mirándolo con el ceño fruncido
—Recuerda que está esperando un hijo tuyo
—¿La embarazaste? — pregunto Charles —Que imbécil
—Ni siquiera sé si es mío— dijo con indiferencia —Si para mí fue fácil llevarla a la cama, nada me asegura que otros hombres no hubieran hecho lo mismo
—Penny no es así— le reclamo Amelia
—Tú cierra la boca, solo la conociste por unos meses
Amelia no le respondió, ya que ellos no sabían que se habían estado escribiendo todos estos años, aunque Penny no le contó que estaba embarazada de Francis y ahora que lo escuchaba hablar así, supo que no lo hizo por temor de que pensara mal de ella
—Pero yo si la conozco— continuo Tom —Penny no es esa clase de mujer
—¿No me digas que estás enamorado de ella? — pregunto en burla —¿Te molesta que yo me haya podido acostar con ella y tú no? — comenzó a reír —Y yo que pensaba que la que te gustaba era Catherine, pero ahora veo que tienes mal gusto en las mujeres si te enamoraste de una sucia sirvienta, si quieres podemos cambiar, tú te quedas con Penny y yo con Catherine
—¡No te atrevas a acercarte a Catherine! — Amelia se sorprendió de ver a Tom levantarle la voz a Francis, nunca lo había hecho
—Suficiente— dijo Charles tratando de calmar los ánimos —Este no es momento para que nos estemos peleando entre nosotros— ninguno le respondió a Charles —¿Penny será un problema? — le pregunto a Francis
—No te preocupes por ella, no hará nada
—Eso espero, estamos tan cerca que no podemos permitir que nadie más interfiera
—Antes de que se me olvide— dijo Andrew mirando a Amelia —¿Por qué dejaste de trabajar para los Foster?
—No podía seguir en la casa, Joseph ya está muy grande para tener niñera, necesitaba conseguir un trabajo
—¿Eso es cierto? — le pregunto a Charles
—Déjala, igual ese no es su trabajo— miro a Amelia —su trabajo es distraer a Nathan para que no interfiera en los negocios de su padre y conseguirnos un heredero, por eso no importa donde esté trabajando
—Será mejor que te pongas a trabajar hermanita— dijo Francis —Sigue el ejemplo de tu querida amiga Penny— comenzó a reír, lo que hizo enfurecer a Amelia, quien no pudo contenerse y lo abofeteo
—¡Eres un desgraciado!
—¡Estúpida! — Francis le iba a devolver la bofetada, pero Tom lo detuvo
—Ya les dije que suficiente— Charles los separo —Se calman todos— Francis y Tom se volvieron a sentar, pero sin dejar de mirarse —Andrew, llévate a este par de idiotas y trata de controlarlos— dijo al ver como se estaban mirando los dos —Será mejor que nos reunamos mañana
—Está bien— Andrew se puso de pie levantando a Francis y a Tom —Andando— los empujo para que salieran
—Nosotros también nos vamos
Charles se puso de pie cuando vio que sus hermanos salieron del bar, Amelia se levantó y salió tras él. Aún seguía molesta por las palabras de Francis, pero también estaba preocupada por lo que habían dicho sobre Nathan, no podía dejar de imaginarse lo peor, tenía que averiguar como fuera, lo que pensaban hacer y evitarlo a toda costa
—¿De verdad confían en Ray y sus hombres?
—¿Qué? — charles se giró hacia ella, estaba caminando detrás de él —¿De qué hablas?
—¿Qué les hace pensar que ellos no los traicionaran?
—¿De qué hablas? — Charles se detuvo y se quedó mirándola
—Todos los trabajos que hemos hecho no han tenido ninguna muerte, pero Ray no es así, él es capaz de hacer lo que sea
—¿Cómo sabes eso? — Charles se puso serio, pero Amelia no supo si fue por lo que le había dicho o porque sospecho que ella supiera eso, ya que había tratado muy pocas veces con Ray y mucho menos con los hombres que trabajaban para él
—No es un secreto que Ray es un hombre violento— dijo para disipar sus sospechas —Una vez lo escuche hablando con sus hombres y estaban hablando de utilizar armas
—¿Cuándo escuchaste eso? — Amelia no supo que decir, no podía dejar que supiera que fue Tom quien le contó eso, pero rápidamente se lo ocurrió algo
—Fue una vez que regresaba de llevar a Joseph a la escuela
—¿Qué día?
Al parecer no estaba logrando convencer a Charles, ya que él siempre sabía dónde estaba Ray. En ese momento se dio cuenta de que fue un error haberle dicho eso, ya sospechaba que ella podría ser quien estuviera enviando las cartas, así que esa conversación solo estaba haciendo que él sospechara más de ella
—No recuerdo que día fue— Charles la miro sin creerle —Eso pasó hace mucho tiempo y por eso fue que no dije nada antes, porque sabía que no me creerías
—¿Y por qué me lo dices ahora? — sonrió —¿Te preocupa que algo malo le vaya a pasar a tu querido Nathan?
—¿Acaso algo malo va a pasar?
—Buen intento, pero no vas a hacer que te diga lo que pensamos hacer— hizo una pausa y se quedó mirándola —¿O es que quieres saberlo para advertirles? — el corazón de Amelia se detuvo al escuchar su pregunta —Déjame recordarte que si llego a descubrir que eres tú quien está enviando esas cartas, no me importara que seas mi hermana y me las pagaras
—Como si alguna vez te hubiera importado
Charles no dijo nada, solo continúo caminando. Amelia tenía que hacer que Charles dejara de sospechar de ella, lo único que se le ocurrió fue hacer que Charles empezara a sospechar de los hombres de Ray, tenía que hablar con Tom y buscar la manera de hacer parecer que era uno de ellos quien estaba enviando las cartas. Si pudiera encontrar algún detalle de lo que pensaban hacer, algo que Charles supiera que no había manera que ella conociera, sería suficiente para desviar las sospechas de Charles. El resto del camino no hablaron y al llegar a la casa cada uno se fue a su cuarto. Esa noche Amelia no pudo dormir, el tiempo se le estaba acabando y temía por lo que pudieran hacer, temía por la seguridad de Nathan. Una cosa era imaginarse estar lejos de él y no volverlo a ver, pero saber que estaba bien, que estaba vivo y otra cosa era perderlo para siempre, saber que por más que quisiera no podría verlo nunca más, esa idea la aterro.