El Engaño

Principe azul

Francis salió temprano, le dijo a Andrew que inventara una excusa cuando no lo vieran en el salón. No podía llegar tarde a su cita con Alice, pero al llegar, no la vio por ningún lado, se quedó esperando pensando que llegaría un poco tarde, pero nunca llego. Francis estaba furioso, tal vez creía que no sería capaz de decir que la había visto frente a la casa de Nathan. Había pasado más de una hora, no se quedaría más tiempo esperándola. Miro una última vez hacia todos lados a ver si la veía, pero no venía por ningún lado, así que se fue para reunirse con sus hermanos.

—¿Qué paso? —  pregunto Andrew cunado lo vio entrar al bar —No te demoraste nada en tu cita

—Esa estúpida no fue—  Charles y Andrew comenzaron a reír

—Al parecer las chicas de ciudad no son tan fáciles como las de los pueblos, acéptalo—  Andrew le dio unas cuantas palmadas en la espalda —No vas a poder con ninguna de las dos—  Charles y Andrew continuaron riendo lo que enfado aún más a Francis

—Ya llegaron—  dijo Charles al verlos entrar

—¿Y bien? —  pregunto Ray cuando se sentaron en la mesa —¿Qué nos quieren decir?

—Ya decidimos la fecha, será el veinticuatro de junio, después de la boda

—¿Y por qué ese día?

—la familia piensa regresar esa misma noche, si van temprano, Richard estará cansado, estoy seguro de que no le prestara atención a los documentos que Douglas le lleve, como Richard los ha estado evitando, puede ir con la excusa de querer terminar con el contrato, así no dudara en firmarlos— Ray se quedó pensando, no parecía muy convencido con la explicación de Charles

—¿Y después qué?

—Seguiremos con el plan

—Está bien, se hará de esa manera—  dijo Ray, pero Charles se dio cuenta de que no lo dijo en serio —¿Y ya descubrieron quien ha estado enviando las cartas?

—Todavía no

—¿Eso es todo?

—Si

Ray se puso de pie y salió junto con Douglas. Ray ya no se veía tan confiado como antes y eso preocupo a Charles, desde que las cartas empezaron a llegar y Richard comenzó a ignorarlos, Ray se veía tenso e impaciente, solo esperaba que no fuera a hacer alguna tontería que echara a perder todo.

—¿Qué te dijo Kate?

—Regresara a Suiza, saldrá mañana, pero regresara tres días antes de la boda, y a ti Cómo te fue con Elliot — pregunto acariciando su hombro

—Ya aclaré las cosas con él, le dije que solo quería su amistad

—¿Y aún piensas ir con él a la boda?

—Sí, me dijo que aún quería que lo acompañara, ¿No te molesta? —  lo miro

—No, además es mejor así, quiero que Kate la pase bien ese día, ya que después terminaré con ella definitivamente, sin mencionar que no quiero que Claire me mate si por mi culpa Kate no la acompaña ese día

—Es verdad—  dijo Amelia pensativa, mientras volvía a recostar su cabeza sobre su pecho —No puedo evitar sentirme mal por ella, por engañarla de esta manera

—No pienses en eso— beso su frente —Además es mi culpa por no haber terminado con ella antes de venir, así que no tienes que sentirte mal

—Ella me pidió que la ayudara a regresar contigo

—¿Cuándo te dijo eso?

—Fue la semana pasada

—¿Y tú que le dijiste?

—Le dije que sí, se nota que ella está muy enamorada de ti—  volvió a mirarlo a los ojos —Si no me hubieras propuesto matrimonio, tal vez hubiera terminado ayudándola

—Amelia…

—Pero no me arrepiento de haberme casado contigo— Amelia acaricio su rostro —Te amo Nathan y volvería a casarme contigo sin pensarlo dos veces—  lo beso —Ya quiero que todo esto termine, no puedo esperar para estar lejos de aquí

—Si quieres puedes ir alistando lo que quieras llevar, ya compré los boletos, nos iremos el veinticinco

—¿En serio? —  Nathan asintió al ver lo alegre que se puso Amelia

—Yo tampoco puedo esperar, ya quiero poder caminar contigo por las calles sin que tengamos que preocuparnos de que alguien nos vea, de poder despertar a tu lado y no tener que irme, poder decirle a todo el mundo que eres mi esposa

—Yo también quiero eso

—Aunque debo decir que me están gustando nuestros encuentros nocturnos, que te parece si mañana en la noche nos vemos en mi cuarto

—Prefiero que sigas viniendo, tus padres o tus hermanos podrían entrar

—No se te olvide que en mi cuarto también podemos poner el seguro, además mi cama es más cómoda—  Amelia comenzó a reír

Ella también estaba disfrutando de sus encuentros nocturnos, pero ansiaba el día en que ya no tuvieran que esconderse. No podía dejar de sonreír, aún seguía sin poder creer que pudiera ser tan feliz ni de imaginar el maravilloso futuro que les esperaba, y ahora que sabía la fecha de su partida, su emoción y felicidad eran aún más grandes, sentía que tanta dicha no podía caber en su pecho.

 

Mientras se dirigían al salón, Francis no dejaba de pensar en lo que había pasado con Alice, aún seguía molesto porque lo dejo esperando, había herido su orgullo, tenía que buscar la manera para enamorarla, pero no tuvo que pensar mucho, hablaría con algunos de los amigos que Charles le había presentado, usaría un truco que sabía funcionaria perfectamente. No le daría el gusto de rechazarlo, la conquistaría, la utilizaría y después la botaría, eso le enseñará que nadie se burla de él y mucho menos una estúpida niña rica. Al llegar, vio que Alice se encontraba allí, pero ella lo ignoro, lo que hirió aún más el ego de Francis. Estuvo pendiente para ver en qué momento salía, media hora después salió sola, Francis volvió a inventar la excusa de que iría a comprar algo y salió tras ella.

—¡Espera! —  dijo llamando su atención

—Que

—Porque me dejaste esperando ayer— Alice comenzó a reír

—Creíste que me iba a dejar chantajear por alguien como tú, que ridículo— a Francis le molesto el tono en el que lo dijo

—Entonces no te importa que les diga




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