Amelia aún dudaba si era una buena idea enviar las cartas entre el periódico, pero no había encontrado otra manera de hacerlas llegar, tenía que arriesgarse. Se encontraba sola en el salón de té, Claire y sus hermanos aún no habían llegado, aprovecharía ese momento para terminar de escribir la carta. Ya no podía escribirlas cuando estaba en su habitación, corría el riesgo de que Nathan la descubriera, por eso ahora llegaría más temprano al salón, había logrado convencer a Joseph de que tenía mucho trabajo y por eso ahora tenían que salir media hora antes. Cuando la termino, la leyó una y otra vez, había escrito lo que Tom le había sugerido, también esperaba que Richard y Nathan dejaran de querer descubrir quien las enviaba.
—¿Qué haces aquí tan temprano? — Amelia escondió la carta rápidamente cuando los vio entrar
—Tengo algunas cosas que organizar — se dirigió hacia la parte de atrás y entro a la alacena e hizo que organizaba los víveres
Andrew y Francis se quedaron viéndola, como si se hubieran quedado esperando que si hiciera lo que les había dicho, así que siguieron cuando la vieron organizando los alimentos. Amelia se sentía como si ya hubieran descubierto que era ella quien enviaba las cartas. Desde que llegaron a trabajar, no se sentía tranquila en ningún momento, sentía que observaban todo lo que hacía, que tenía que cuidar cualquier movimiento que hiciera o cualquier cosa que dijera y si así se sentía ella, no podía ni imaginar cómo se estaría sintiendo Tom. Aunque no le había querido decir a su hermano, ni lo había querido reconocer, el recuerdo del castigo que su padre les dio cuando descubrió que habían intentado escapar y de avisarle a la señora Gleeson de lo que pensaban hacer y las amenazas de Charles, continuaba aterrándola, pero cada vez que esos pensamientos y recuerdos la invadían, se consolaba pensando en que, en solo unos pocos días, estaría tan lejos de ellos que ya no tendría nada de que preocuparse.
—Buenos días— Amelia dio un brinco del susto
—¡Nathan! — lo regaño —Que haces— bajo la voz de inmediato al darse cuenta de lo fuerte que había dicho su nombre
—Lo siento— dijo riendo —No fue mi intención asustarte
—No deberías estar aquí— miro hacia la puerta —Mis hermanos podrían vernos
—No te preocupes por ellos, están ocupados trabajando
—Pero te vieron entrar
—No me vieron, estaban de espaldas cuando entre— Cerro la puerta —¿Así estás más tranquila?
—Quedamos en que solo nos veríamos en la noche
—Solo será un momento— la tomó de la cintura y la acerco hacia él —Esta mañana te levantaste muy rápido y ni siquiera te despediste— comenzó a besarla
—Tenía que salir temprano— lo alejo, sentía como si en cualquier momento fuera a entrar alguien
—Deja de preocuparte— le dijo cuando vio que seguía mirando hacia la puerta —Tus hermanos no entraran
—Puede que ellos no, pero si Claire
—Tampoco te preocupes por eso, Catherine y mi madre están con ella— volvió a besarla, esta vez Amelia no lo alejo —Me he dado cuenta de que estás muy tensa desde que llegaron tus hermanos— acaricio su mejilla suavemente —Que te parece si este fin de semana nos vamos otra vez a la casa frente al lago, solos tú y yo, sin preocuparnos de que nadie nos vea, podríamos quedarnos en la cama todo el día— Amelia sonrió
—Aunque me gusta la idea, sabes que no podemos hacerlo, ¿Qué les diremos a los demás?
—Ya se me ocurrirá algo
Continúo besándola, Amelia lo rodeo con sus brazos, su sola presencia siempre la hacía sentir mejor. De verdad esperaba que pudieran irse ese fin de semana los dos solos, necesitaba tanto alejarse de sus hermanos y dejar ese miedo a que los descubrieran, pero justo en ese momento, abrieron la puerta. Nathan y Amelia se separaron rápidamente
—Nathan— dijo Albert cuando los vio —No sabía que estabas aquí— Amelia le había dado la espalda, continúo organizando los estantes con la comida, no quería que la viera, se había puesto completamente roja
—Necesitaba hablar con Amelia
—Yo también necesito hablar con ella— se quedó mirándola esperando que se girara, pero no lo hizo —Claire te manda a decir que no vendrá en todo el día, puedes cerrar a las cinco, tus hermanos también se pueden ir temprano
—Está bien, gracias por avisarme— en ningún momento se giró
—También necesito hablar contigo— ahora miro a Nathan —¿Podemos ir afuera?
Se quedó al lado de la puerta esperando a que él saliera primero, Nathan no tuvo más remedio que salir. Albert camino tras él hasta que se encontraron fuera del salón.
—¿Hay algo entre tú y Amelia?
—¿Qué? — Nathan trato de hacerse el sorprendido con la pregunta
—¿Acaso crees que no me di cuenta de lo extraño que se comportaron cuando entré?
—Eso solo fue porque entraste de repente y nos tomaste por sorpresa
—¿Y de qué estaban hablando que tuvieron que cerrar la puerta?
—¿Acaso eres mi madre para que te tenga que dar explicaciones? — se iba a ir, pero Albert lo detuvo
—No te estoy pidiendo que me des explicaciones, ¿pero se te olvida que estas con Kate? ¿Acaso estás jugando con las dos?
—No estoy jugando con nadie y no te preocupes por Kate, tengo pensado terminar con ella después de tu matrimonio
—¿Por qué? ¿Acaso no habían arreglado las cosas?
—Es imposible arreglar las cosas entre nosotros, solo estoy con ella porque Claire quiere que la acompañe
—Entonces si te gusta Amelia
—Piensa lo que quieras, pero no le vayas a decir nada a Claire
—Aprecio mucho a Amelia, pero sabes muy bien que tus padres nunca aprobarían tu relación con ella, así que te aconsejo que lo que sea que tengas con ella, lo termines antes de que Amelia salga lastimada
—Gracias por el consejo, pero no te metas en mis asuntos
Nathan se fue, era mejor dejar las cosas así. Ya no importaba si sus padres estaban de acuerdo o no, Amelia era su esposa y nada cambiaria eso, no la dejaría por nada ni por nadie. Ahora entendía la prisa que Amelia tenía porque se fueran, no soportaba que todo el mundo estuviera metiendo sus narices en sus vidas y tratando de decidir por ellos.