El Engaño

Una noche especial

¿Qué te pasa? —  pregunto Amelia, Nathan estaba serio y tenía su mirada fija en el techo

—No es nada, no te preocupes —  beso su frente

—¿Siguieron llegando las cartas anónimas? — sabía que no conseguiría que le dijera si no le preguntaba directamente

—Si

—¿Eso es lo que te está preocupando?

—¿Por qué piensas que me preocupa?

—Estás muy serio, además te estaba hablando sobre el viaje y no me estabas prestando atención

—Lo siento, ¿Qué me estabas diciendo? —  se giró para verla a los ojos

—Podemos hablar después de eso, quiero saber qué es lo que te preocupa

—Es extraño que seas tú quien me diga eso, cuando muchas veces he querido saber qué es lo que te preocupa, pero nunca me dices nada

—Nathan—  acaricio su rostro —Tú ya has hecho mucho por mí—  lo beso —Ahora quiero ser yo quien haga algo por ti, quiero ayudarte en lo que necesites

—Con solo estar a mi lado es suficiente—  se quedó mirándola y sonrió —Te amo tanto, soy tan feliz estando contigo que no necesito nada más—  la beso —Además no quiero que te preocupes por eso

—Es solo que falta poco para nuestro viaje, me preocupa que haya algún problema 

—¿Recuerdas lo que me dijiste cuando te conté sobre las cartas? —  dijo finalmente para tranquilizarla —¿Qué era posible que también lo hubieran estafado? —  Amelia asintió —Resulta que era verdad, pero no solo eso, nos dijo que lo estaban vigilando—  omitió sobre la amenaza sobre su vida, no quería asustarla

—¿Y qué piensan hacer ahora?

—Decidimos que por el momento es mejor dejar de intentar descubrir quién es, si lo están vigilando, no queremos que le pueda pasar algo antes de que nos diga lo que está pasando o lo que piensan hacer

—Creo que es una buena idea—  Amelia se sintió aliviada, el plan de Tom funciono —Ojalá les dijera todo antes de irnos

—Yo también espero lo mismo—  la abrazo —No quisiera irme sin dejar ese asunto solucionado

Ahora Amelia ya sabía lo que tenía que hacer. Les daría la información suficiente para que pudieran evitar la estafa, después antes de irse, dejaría una última carta en la que les diría que su familia también estaba involucrada, no dejaría que siguieran haciendo de las suyas, sabía que, si perdían su oportunidad con los Foster, buscarían a otra familia a la que pudieran estafar, pero Amelia se encargaría de que esta fuera la última vez.

A la mañana siguiente, al llegar al salón, lo primero que hizo fue girar el cuadro, tenía que hablar con Tom, no podía esperar para contarle que su idea había funcionado, ahora podría seguir escribiendo las cartas sin preocuparse de que la fueran a descubrir.

—¿Cuándo piensas volver a verte con Alice? —  pregunto Andrew mientras iban de camino al salón 

—La dejaré esperando unos días, igual ya la tengo comiendo de mi mano—  Tom caminaba tras ellos —Así que no tengo prisa

—Eres un imbécil—  dijo entre dientes

—¿Qué dijiste? —  se acercó a él para escucharlo —¿Todavía sigues molesto porque te gane la apuesta? —  comenzó a reír

—¿Trajiste el documento? —  Andrew le pregunto a Tom cambiando de tema

—Si—  señalo su maleta

—Se me había olvidado que esta noche nos veremos con Charles—  dijo Francis —Ya falta tan poco que apenas puedo esperar—  se veía tan emocionado —Pronto dejaremos de vivir en esa pocilga y podremos vivir como reyes

— Baja la voz idiota—  le reclamo Andrew —Que no se te olvide que al principio tendremos que mantener un perfil bajo, sospecharan de nosotros sí de inmediato empezamos a gastar dinero

—Sí, lo que digas—  dijo sin prestarle mucha atención, en lo único en lo que pensaba era lo que iba a hacer con todo el dinero que iban a tener

Dejaron de hablar cuando estuvieron cerca del salón. Después de que ellos llegaron, al momento llego Claire, estaba acompañada de Albert, Annie y Catherine, aunque no pensaba quedarse mucho tiempo.

—Ahí llego tu novia— dijo Francis cuando vio entrar a Catherine

—Cállate— le dijo Tom, no quería que lo escucharan. Francis y Andrew comenzaron a reír burlándose de él, Tom se alejó de ellos

—Hoy también pueden cerrar temprano—  dijo Claire —Igual no hay muchos clientes por las remodelaciones

—Está bien—  aún sentía vergüenza al estar con Albert, pero se sintió tranquila de que no le hubiera dicho nada a Claire, lo que le hizo recordar que tenía que advertirle sobre Francis —¿Podría hablar un momento contigo?

—Por supuesto

—Te esperaremos afuera—  dijo Albert saliendo junto a Annie y Catherine

—¿Qué necesitas? — dijo cuándo se quedaron solas

—Es que quiero hablarte sobre Alice—  la llevo a un lugar donde sus hermanos no las pudieran escuchar

—¿Qué sucede?

—Es que me entere de que está viendo a mi hermano Francis

—Es cierto, la otra noche lo invito a cenar, dijo que quería agradecerle por haberla ayudado cuando unos hombres intentaron robarla

—Me alegra que la haya ayudado­— Amelia sabía muy bien que esa era una de las tácticas que tenían sus hermanos —Pero es mejor que no se relacione mucho con él, es mi hermano, pero es un poco problemático, no quisiera que metiera en problemas a Alice

—No te preocupes por eso, Elizabeth y Robert no tienen intención de dejar que se sigan viendo, además estamos seguros de que es solo otro capricho de Alice

—Es bueno saberlo

—Lo siento, pero ya me tengo que ir, pero recuerda que este sábado tenemos que ir a buscar tu vestido, la boda ya está muy cerca y aún no tienes que ponerte—  se despidió de Amelia y salió para reunirse con Albert

Amelia se tranquilizó, al parecer se había preocupado por nada. Alice no era como las chicas de pueblo de las que se podía aprovechar, los padres de Alice nunca permitirían que un hombre como él se acercara a su hija. Recordó a Penny, esperaba que se hubiera alegrado con la carta que le envió Tom, quería que supiera que no estaba sola, que podría contar con su ayuda, así Francis no hiciera nada por ella o por su hijo.




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