La luz ya comenzaba a entrar por las ventanas, la chimenea se había apagado hacía algún tiempo. Alice estaba dormida en el sofá, un ruido la despertó y se asustó al no ver a Francis, ¿acaso se había ido sin ella? Pensó que talvez alguien más había entrado, o peor aún, que los dueños hubieran llegado. Pero se tranquilizó cuando vio a Francis bajando las escaleras.
—Pensé que te habías ido— se levantó y corrió hacia él
—Solo estaba buscando si había algo para comer
—¿Qué tienes ahí? — pregunto al ver que tenía una pequeña maleta
—No es nada, solo son las botellas vacías, no quiero dejarlas aquí— saco la llave de su bolsillo —Mejor vámonos, ya está amaneciendo y no quiero que nos vean salir de aquí
—¿No me vas a decir como conseguiste la llave? — volvió a preguntar cuando Francis la utilizo
—¿Confías en mí o no? — se quedó mirándola después de que puso el seguro en la puerta
—Claro que si
—Entonces deja de cuestionar todo lo que hago— miro a todos lados y las calles aún seguían vacías —Date prisa, no quiero que nos vean aquí
Empezaron a caminar de regreso. Alice intento tomar la mano de Francis, pero este la rechazo con la excusa de que llevaba la maleta y de que tenían que caminar rápido, y no podía hacerlo si tenía que llevarla de la mano. Alice se sintió un poco desilusionada, no imagino que a la mañana siguiente de haber pasado una noche juntos, la que fue su primera vez, fuera a ser tan poco romántica, supuso que Francis dejaría de portarse tan frío con ella, pero nada cambio, siguió igual que siempre. Cuando estuvieron juntos ni siquiera le dijo un “te amo”, simplemente se quedó dormido después de que terminaron, ni la beso ni la abrazo, además de que esperaba que despertaran juntos, no que despertaría ella sola.
—Ya llegamos, parece que todavía nadie se ha levantado— dijo cuándo se encontraron frente a la casa —Nos vemos
—¿No me vas a acompañar hasta la puerta como la otra vez? — le pregunto antes de que se fuera
—¿Acaso quieres que nos vean?, la otra vez fue porque era de noche y nadie podía vernos
—¿Cuándo nos volveremos a ver? — lo abrazo, no quería dejarlo ir —Quiero volver a estar contigo— estaba dispuesta a ganarse su corazón, así como él había hecho con ella
—Yo te diré— se soltó para poder irse
—¿Hice algo que te molesto? — pregunto deteniéndolo
—¿De qué hablas? — pregunto fastidiado
—Anoche, ¿hice algo mal mientras estuvimos juntos? — bajo su voz —Fue mi primera vez y no tengo tanta experiencia como tú
—¿Qué? ¿De qué hablas? — no entendía lo que quería decir
—Es que no me dijiste que me amabas y cuando terminamos simplemente te quedaste dormido sin decirme nada
—¿Y es que esperabas que me quedara despierto? A diferencia tuya yo no tengo un padre rico que me dé dinero todos los meses, yo si tengo que trabajar, tenía que descansar
—No lo dije por eso, discúlpame— se acercó y acarició su mejilla, no le gustaba que se enojara con ella —Sé que tu vida es difícil, es solo que esperaba que el momento hubiera sido un poco más romántico
Francis no pudo evitar voltear sus ojos al escuchar sus tonterías, pero tenía que aguantarse, ya que se le presentó la oportunidad de poder sacarle dinero, así que solamente tenía que seguirle el juego hasta que consiguieran el dinero de los Foster, por lo menos ya tenía como pasar el rato, porque desde que llego únicamente había tenido que trabajar y le había quedado muy poco tiempo para divertirse.
—Está bien, si eso es lo que quieres— comenzó a besarla de la manera que a ella le gustaba —La próxima vez tú escogerás el lugar
A Alice no le importaba que Francis se portara tan frío con ella, sabía que en el fondo él también la quería, a su manera, pero la quería. Regreso a su habitación antes de que su familia se levantara, se desvistió y se acostó en su cama para que no notaran que no había pasado la noche allí. Sonrió al recordar su primera vez con Francis, como acaricio su cuerpo, como la hizo sentir, lo delicado que fue con ella. Se enamoró aún más de él, después de haber pasado la noche juntos, no dejaría que nada ni nadie los separara.
—Pensé que se te había olvidado que teníamos trabajo hoy— dijo Andrew cuando lo vio llegar
—Que puedo decir, no me quería dejar venir— dijo visiblemente orgulloso de haber pasado la noche con Alice
—Date prisa— le tiro su maleta —Vamos a llegar tarde— Francis comenzó a reír, mientas guardaba la maleta que había traído
—¿Y eso que es? — pregunto Andrew
—Recuerdas la casa que vimos que estaba desocupada— Andrew asintió —Tenía ganas de entrar para ver lo que había, pasamos la noche allí y aproveche para llevarme algunas cosas de valor que había en la casa
—Espero que no te vayas a quedar con todo
—Por supuesto que no— puso su mano sobre su hombro —Ese será tu premio de consolación por perder la apuesta
—Imbécil— empujo su mano y salió de la casa
Francis continúo riendo, esta vez Tom si pudo escuchar todo lo que decían, no sabía si contarle a Amelia o no, ya que no importaba lo que hicieran, Francis ya había conseguido lo que quería.
—Hola chicos— saludo Claire cuando llego al salón —Hoy trabajaran hasta medio día, Amelia y yo tenemos que salir así que pueden tener la tarde libre
—Gracias— dijo Andrew, Tom y Francis asintieron en agradecimiento
—Espero que estés lista— le dijo a Amelia —Pasaremos una tarde de chicas, nos iremos de compras por la ciudad
—Te agradezco mucho, ¿pero no me dijiste que me prestarías uno de tus vestidos?, no es necesario que nos vayamos de compras
—Claro que no, eso solo te lo dije porque sabía que esa era la única forma en la que aceptarías, mi intención siempre fue regalarte un vestido— miro la hora y ya iban a ser las doce —Quiero que te veas hermosa ese día— sonrió —Quiero que Elliot te vea hermosa