Había amanecido y Francis continuaba con Alice, habían pasado toda la noche despiertos, pero aun así Alice no lo quería dejar ir, solo fue hasta que su madre paso a su habitación para ver como seguía
—¿Alice? — dijo tratando de abrir la puerta —¿Por qué pusiste el seguro?, abre la puerta— continúo insistiendo
—No sabía que tu madre madrugaba tanto— Francis se levantó de la cama rápidamente y se comenzó a vestir, Alice también tomo su pijama para ponérsela
—¿Alice, estás bien? — no dejaba de tratar de abrir la puerta y de golpear —¡Abre la puerta!
—¡Si mama, ya voy, dame un momento! — quería darle tiempo a Francis para que se terminara de vestir y saliera por la ventana, pero la insistencia de su madre no les dio más tiempo
—¡Abre la puerta de una vez!, ¿Qué estás haciendo? — puso su oído sobre la puerta para escuchar que eran los ruidos que venían de adentro
—Vete ya— dijo susurrando —Nos veremos esta noche— se acercó a la ventana y la abrió para ayudarlo a salir —Hice la reservación en el restaurante
—Está bien, nos veremos— salió por la ventana bajando rápidamente y saliendo por la parte trasera sin que nadie lo viera
—¿Por qué no abrías? ¿Qué estabas haciendo? — pregunto entrando a la habitación y mirando por todos lados
—No estaba haciendo nada mama— Alice se dio cuenta de que Francis había dejado el reloj sobre la mesa de noche, su madre no dejaba de mirar por todos lados —Solo me tomaste por sorpresa al venir tan temprano— trato de llamar su atención para que se alejara de la mesa de noche, si lo veía, no podría explicarle por qué había comprado un reloj tan costoso
—¿Y por qué tenías el seguro puesto? — se giró hacia ella
—No lo sé, tal vez lo puse sin darme cuenta
—Nunca habías puesto seguro sin darte cuenta
—Porque mejor no te vas, es muy temprano para que me estés regañando por nada
—Como te atreves a hablarme de esa manera— Alice nunca le había hablado así
—Entonces como quieres que te hable si me despiertas para gritarme
—No te estoy gritando, solo quiero que me digas por qué tenías la puerta con seguro
—Ya te dije que no lo sé
—Escuche unos ruidos cuando estaba afuera
—Vete— tomo a su madre del brazo y camino con ella hasta la puerta —Me está doliendo la cabeza, quiero estar sola — cerro la puerta cuando la dejo afuera
Elizabeth quedó desconcertada, no sabía por qué su hija se estaba comportando así, Alice nunca le había ocultado nada, o eso era lo que creía. Esa mañana había ido a su cuarto porque una de las mucamas le había dicho que había escuchado voces en el cuarto de Alice. Al principio no le había creído, pero después de ver su comportamiento temió lo peor. Alice había mostrado mucho interés en ese muchacho, los últimos días había salido y no sabía a donde iba, y sabía muy bien que cuando su hija se encaprichaba con algo o con alguien, no se olvidaba tan fácil de ello y no quería ni siquiera imaginar lo que estaba sospechando. De ahora en adelante le prestaría más atención a lo que Alice hacía.
—¿Dónde está Francis? — pregunto Edmund al despertarse con el ruido de Andrew y Tom alistándose para ir a trabajar
—Ya se fue— dijo Andrew, su padre había quedado profundamente dormido después de que se bebió todas las cervezas que Tom le había traído la noche anterior.
—Esta tarde quiero que nos reunamos todos— dijo Edmund —Quiero que hablemos de lo que vamos a hacer
—Está bien, le diré a Charles— salió junto a Tom
Tom se alegró de saber que se reunirían esa tarde, tenía muchas ganas de hablar con Amelia. Al llegar al salón, no pudo esperar para hacérselo saber, Amelia sonrió, pero se sintió un poco nerviosa, no sabía cómo le contaría todo a Tom, pero sabía que se sentiría mejor cuando lo hiciera.
—Hola
—¡Elliot! — se sorprendió al verlo —¿Cuándo regresaste?
—Acabé de llegar, pero quise venir a verte primero— traía un ramo de flores —Es para ti— se lo entrego
—Muchas gracias, están hermosas
—¿Estás lista para el sábado? — se sentaron en una de las mesas
—Si— dijo en voz baja
—¿Sucede algo? — la noto desanimada
—No, es solo que el tiempo paso muy rápido
—Lo dices como si las cosas fueran a cambiar
Amelia sabía que no importaba lo que pasara los siguientes días, las cosas definitivamente cambiarían
—No me prestes atención— sonrió para no seguir preocupándolo —Más bien porque no me dices como te fue en tu viaje
—Aburrido como siempre, pero ya cerré los negocios que tenía pendiente, quiero tener los próximos días libres, como Claire y Albert no estarán, podremos salir más seguido, como amigos— aclaro antes de que Amelia le dijera algo
—Ya lo veremos— sonrió al escucharlo
Elliot también sonrió, le gustaba mucho cuando la veía así. Esos días serian su oportunidad de poder ganarse su corazón, ya que no habría nadie que los molestara, puesto que Nathan estaría con Kate, según lo que le había dicho Claire, las cosas entre ellos habían mejorado
—Tengo que regresar a trabajar— se levantó de la mesa cuando vio llegar a Francis
—¿Puedo pasar por ti esta noche? — también se puso de pie
—Discúlpame, pero quede de verme con Tom— dijo tratando de que solo la escuchara Elliot
—Está bien, pero mañana, si no podrás decirme que no, tenemos que planear lo que haremos el sábado
—Pero no podremos demorarnos mucho, tengo que dejar todo listo
—Estaré aquí antes de que cierres— se despidió y salió
Amelia se alegró de que siguieran siendo amigos. Elliot era muy amable y no se iría sin decirle que se había casado con Nathan, quería ser ella quien le dijera, no se sentiría bien si lo supiera por Claire o Albert.
—Pensé que no ibas a venir hoy— dijo Andrew
—Que puedo decir, no me quería dejar venir— dijo para fastidiarlo