El Engaño

Un hermoso atardecer

Amelia terminó de alistar su maleta y lo que llevaría, aunque solo se quedaría por ese día, tenía que llevar una muda de ropa, ya que antes de la boda iría de paseo con Elliot. Al salir de su habitación, él ya la estaba esperando en la sala, Emma le estaba haciendo compañía mientras la esperaba.

—Disculpa la demora

—No te preocupes—  dejo la taza de té sobre la mesa de centro y se puso de pie —Estamos a tiempo para salir—  tomo la maleta para llevarla por ella

—Que les vaya bien en su viaje— se despidió Emma —Nos veremos más tarde

—Muchas gracias por el té—  dijo Elliot despidiéndose, Amelia también se despidió y salieron juntos

El carruaje los estaba esperando, una vez se subieron, se fueron sin demora, Elliot quería llegar temprano para aprovechar el día. A lo lejos ya se podía ver el mar, Amelia quedo fascinada, nunca imagino que sería tan grande y tan hermoso. La cálida brisa se sintió refrescante, era muy diferente al frío clima de Londres, lo que hizo que se alegrara de que Elliot le hubiera sugerido ir a dar un paseo por la playa.

—¿Te gusta? —  le pregunto al ver que no apartaba su mirada de la ventana

—Me encanta— dijo sin apartar su mirada —No pensé que fuera tan hermoso

—Estoy seguro de que cuando lleguemos a la playa cambiaras de parecer y querrás quedarte hasta mañana  

Amelia sonrió porque sabía que querría quedarse, pero quería estar con Nathan. Quería que fuera con él con quien fuera a pasear a la playa, pero sería en otra oportunidad. En esa ocasión ese bello paisaje, sería el escenario en el cual le diría la verdad a Nathan, aunque ya estaba preparada para cualquiera que fuera su respuesta, aún tenía una pequeña esperanza de que todo saliera bien, lo deseaba y lo necesitaba.

—¡Bienvenidos! —  dijo Claire corriendo hacia ellos cuando los vio llegar —Me alegra que hayan podido venir temprano— abrazo a Amelia para saludarla, luego saludo a su hermano —Espero que la puedas convencer para que se quede hasta mañana—  le susurró al oído 

—Yo también—  dijo sonriéndole a su hermana

—Sigan—  tomo a Amelia del brazo para que caminaran juntas —Espero que te guste la playa, le pedí a Elliot que te lleve de paseo, quiero que hoy solo pienses en divertirte

—Está bien—  Amelia sonrió al ver que Claire estaba más emocionada que ella

Al entrar a la casa fueron recibidos por los empleados, Amelia quedo sorprendida por lo grande que era y por la decoración tan hermosa, se notaba que Claire tenía buen gusto.  Todo estaba adornado de flores rosadas y blancas, las mesas y las sillas estaban decoradas con telas blancas, lo que hacía resaltar el color de las flores que estaban en el centro. El salón era muy grande y había gente yendo de un lado para otro, terminando de colocar la decoración y de preparar las mesas, mientras pasaban, pudo ver el balcón del que le hablo Nathan, ya sabía a donde tenía que ir para que se vieran.

—¿Quieren comer algo antes de salir? —  dijo cuando entraron a la cocina, Elizabeth estaba junto a Annie y a Alice

—No, creo que sería mejor si comiéramos algo en el camino—  dijo Amelia al ver el rostro de desagrado que hizo Alice cuando la vio

—Me parece buena idea—  dijo Elliot   

—Claro que no, ya les mandé a hacer una canasta con comida—  le ordeno a uno de los sirvientes para que se las entregara, a Elliot le pareció que estaba muy pesada, no sabía que tanto habían puesto dentro —Espero que se diviertan—  Elizabeth la llamo —Yo también tengo que irme, ya tengo que empezar arreglarme—  se despidió y se fue junto a Elizabeth

—Nosotros también vámonos—  le ofreció su brazo a Amelia para que lo tomara

No tuvieron que caminar mucho para llegar a la playa. La brisa se sentía aún más refrescante frente al mar, el sonido de las olas le pareció tan relajante al igual que el sonido de las aves, no sabía que había aves que volaban sobre el mar, nunca había visto unas iguales.

—Se llaman gaviotas—  dijo Elliot como si le hubiera leído la mente

—Son hermosas

—Parece que Claire pensó en todo—  dijo al ver que había puesto una manta dentro de la canasta —Si quieres nos podemos sentar aquí

—Sí, aquí está bien

Dijo al darse cuenta de que ya estaban lejos de la casa, aunque hubiera querido seguir recorriendo la playa, no quería alejarse mucho, no quería que se les hiciera tarde para regresar. Elliot puso la manta sobre la arena y la ayudo a sentar, luego comenzó a sacar la comida, ahora entendía por qué estaba tan pesada, había comida para cuatro personas.

—Gracias por haberme traído—  dijo sin dejar de mirar el mar —Este lugar es de ensueño

—Aún está en pie la propuesta de que te quedes hasta mañana

—¿No vas a dejar de insistir hasta que te diga que sí? —  dijo riendo

—Veo que ya me conoces

—Créeme que me gustaría decirte que si—  dirigió su mirada nuevamente hacia el mar

—¿Qué es lo que te detiene? —  Amelia no le contesto, no sabía que decirle —Si es por Richard o Emma, no creo que te vayan a decir nada, tienes los domingos libres

—No es por ellos, pero no creo que al señor Robert o a la señora Elizabeth les parezca bien que me quede otro día, la casa es de ellos después de todo.

—Pero como van las cosas, creo que ustedes terminaran siendo familia

—¿Por qué lo dices? —  lo miro sin entender

—¿Acaso no sabes que Alice está enamorada de uno de tus hermanos?

—¿Enamorada? —  seguía sin entender, aunque Francis hubiera logrado conquistarla, sabía que sus padres nunca permitirían que hubiera nada entre ellos

—Quiero que esto quede entre nosotros, si Elizabeth o Robert se enteran, se formara un escándalo—  Amelia asintió, sabía que no le gustaría lo que iba a escuchar —Ya han pasado la noche juntos

—¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

—Vi cuando tu hermano entro al cuarto de Alice por la ventana




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