—Entiendo— dijo el hombre cuando Nathan termino de contarle todo lo que le había pasado, una vez más omitió quien era su familia. Se había presentado como Emiliano Aprile, Nathan sabía que ese hombre pertenecía a la mafia, no le convenía que supieran que provenía de una familia rica, solo le contó todo por qué no tenía otra opción, lo habían llevado a su casa y estaban sentados en la sala —¿Qué piensas hacer ahora?
—Voy a ir por mi hijo— tenía en su mano el recorte con el artículo que hablaba sobre el —Voy a hacer que paguen por todo lo que hicieron
—¿Y cómo lo piensas hacer? — Nathan no respondió, ni siquiera había sido capaz de reunir el dinero para comprar su pasaje de regreso, así que no sabía cómo lo haría
—No lo sé, algo se me ocurrirá
—¿Qué estarías dispuesto a hacer para conseguirlo? — Nathan lo miro a los ojos
—Lo que sea— dijo sin pensarlo dos veces
—Esa es la respuesta que quería escuchar— le hizo señas a uno de sus hombres para que se acercara —Denle algo de comer y ropa limpia, desde hoy trabajaras para mí, no solo conseguirás el dinero que necesitas para regresar, sino que también tendrás las habilidades y los recursos necesarios para llevar a cabo tu venganza
—¿Por qué hace eso? — Nathan quedo confundido —¿Por qué me está ayudando?
—Porque hace varios años yo también estuve en tu misma situación, aunque las circunstancias fueron diferentes— pero no lo hizo solo por eso, sabía que los hombres que buscaban venganza eran temerarios y esa era la clase de hombres que necesitaba en ese momento, lo utilizaría lo más que pudiera, no lo dejaría ir tan pronto
Esa respuesta no convenció a Nathan, un hombre como él, no era de la clase de persona que ayudaba a otros sin esperar nada a cambio. Al haberle preguntado que estaba dispuesto a hacer, Nathan sabía que tendría que ensuciarse las manos, pero no le importaba, haría cualquier cosa por su hijo y así fue. Primero empezó con trabajos pequeños, cobrar dinero de algún deudor, luego paso a cobrar dinero de negocios, así aprendió a como torturar para que pagaran lo que debían. Cuando cumplió un año, su trabajo cambio, ya no tenía que ir a cobrar dinero, ahora tenía que eliminar a algún soplón o a miembros de los bandos enemigos para mandar un mensaje y que no se metieran en su territorio, esa fue la primera vez que asesino a alguien.
—Te has vuelto muy bueno— le dijo a Nathan dándole unos golpecitos en el hombro —Los haces cantar muy rápido— Nathan no dijo nada, solo comenzó a limpiar la sangre de sus manos, no era nada fácil para el torturarlos, pero se imaginaba que eran Charles, Andrew, Francis o Tom, eso le facilitaba las cosas —Creo que es hora de que seas tú quien termine el trabajo
—¿Qué? — dijo Nathan
—Que ya es hora de que les des el golpe de gracia— le entrego un revolver
—Ese no es mi trabajo— le devolvió el revólver, pero no se lo recibió
—No te lo estoy pidiendo— dijo seriamente —Te lo estoy ordenando— Nathan los miro a todos y se dio cuenta de que hablaba en serio —Si quieres seguir trabajando para el señor Aprile, tendrás que hacer lo que te ordene
—No te preocupes— uno de los hombres le paso su brazo sobre su hombro —Después del primero, los demás son más fáciles, además tarde o temprano tendrás que hacerlo, ¿Acaso no piensas matar a los que asesinaron a tu familia?, puedes ver esto como un entrenamiento, así cuando llegue el momento de jalar el gatillo y matar a esos bastardos, no te temblara la mano
Nathan no dijo nada, solo se quedó mirando el revólver que tenía en sus manos. Recordó cuando tomo el revólver para escapar con Joseph, en ese momento no dudo en disparar, aunque no le dio a nadie. Recordó la fuerza de cada impacto en su mano y el sonido ensordecedor de cada disparo, en ese momento no pensó en lo que hacía, solo quería salir de allí con Joseph, protegerlo. Era verdad lo que le había dicho, tarde o temprano tendría que hacerlo y no quería dudar como lo estaba haciendo ahora. Su mano temblaba, miro al hombre que estaba atado a la silla, ensangrentado y jadeando del dolor, sus ojos se encontraron y pudo ver cómo le rogaba con su mirada que no lo hiciera.
Nathan cerro sus ojos, quería regresar a esa noche, recordó cuando Ray le disparo a su padre en la cabeza, a su madre sangrando y a Catherine llorando a su lado, a Joseph paralizado por el miedo con su rostro golpeado, a Charles diciéndole como Amelia se burló de él. De repente sintió una ira enceguecedora, apretó el revolver en su mano, abrió los ojos y le apunto al hombre. Su mano ya no temblaba, ahora estaba firme, puso su dedo en el gatillo y comenzó a disparar sin detenerse, incluso continúo jalando del gatillo a pesar de que ya no tenía balas.
—Ya cálmate— dijo quitándole el arma —Buen trabajo— miro el cuerpo del hombre —Entiérrenlo
Nathan no se movió de ahí, se quedó viendo como lo enterraron. La imagen de su rostro desfigurado, sus ojos rogándole que no lo matara y luego ver como cada disparo perforaba su cuerpo y la sangre salía salpicando por todos lados, quedo grabada en su mente, en ese momento no pudo soportar el olor a sangre que aún podía sentir, sintió náuseas y tuvo que correr a un lado para vomitar, el temblor regreso a sus manos, se sentía asqueado, no podía ver la sangre que había en su ropa, tenía que quitársela de inmediato. Todos se subieron a los automóviles y regresaron. Lo primero que hizo Nathan al llegar fue quitarse su ropa y darse un baño, el olor a sangre se había vuelto insoportable. Esa noche no pudo dormir, en su mente se repetía una y otra vez lo que había pasado, ese hombre no le había hecho nada, pero aun así lo había matado.
Por un tiempo no le volvieron a pedir que matara a nadie, ya que se negó a volver a hacerlo, le dejo bien claro a Emiliano que la próxima persona que matara, seria a Charles y a sus hermanos, a lo que el acepto, desde entonces él solo se encargaba de torturarlos y después se iba, ya no soportaba ver como mataban a sus víctimas, porque siempre terminaba recordando cuando él lo había hecho, pero en ese momento no podía imaginar quien sería la segunda persona a la que mataría. Así continuo por dos años más, había conseguido el dinero suficiente para regresar a Londres, ya había tenido que retrasar su regreso en varias ocasiones, pero ese era el momento para hacerlo, sin embargo, ocurrió un incidente que retrasaría sus planes un poco más. Todos estaban reunidos en la casa de Emiliano, cuando entraron unos intrusos que intentaron asesinarlo, todos lograron defenderse, pero Nathan evito que uno de ellos le disparara a Emiliano, lo tenía en el piso, inmóvil.