El Engaño

Un secreto entre los dos

Claire se levantó temprano, alisto a los niños y salió de su casa, no podía esperar para ir a ver a Catherine, tenía muchos deseos de verla. Solo se llevó a sus dos hijas, ya que los niños se quedarían para esperar a Jonathan. El carruaje la estaba esperando en la entrada y la llevo a la dirección que Nathan le había dado. Al llegar, fue recibida por Penny, quien se encargó de las niñas

—¡Catherine! —  dijo al verla, estaba en la sala, corrió a abrazarla y no pudo contener sus lágrimas, al igual que con Nathan, sintió una gran emoción de volverla a ver —Estoy tan feliz de verte

Catherine no pudo decir nada, el llanto y la emoción no le permitían hablar. Sentir el cálido abrazo de Claire la hizo sentir en casa, fue una sensación que no había tenido hacía varios años.

—Bienvenida—  dijo Claire después de ese largo abrazo

—Estoy tan feliz de verte, de estar de vuelta

—Nathan nos contó todo, ya no tienes nada de que preocuparte—  limpio el rostro de Catherine —Puedes contar conmigo para lo que necesites

—Lo sé, muchas gracias—  se tomaron de las manos

—También me hablo de tus hijos—  Claire tuvo cuidado de no mencionar nada de lo que le había sucedido ni de preguntar por el hombre que se la llevo, Nathan le había pedido el favor de que no tocara ese tema, solo le había pedido que la hiciera sentir bienvenida a ella y a sus hijos —Me gustaría mucho conocerlos, traje a mis hijas para que se hagan amigos—  se giró hacia Penny para que las trajera —Ellas son Hannah— señalo a la mayor—Y Ellie—  señalo a la bebé —También tengo dos niños, Philip y Steven, los hubiera traído, pero se quedaron en casa para verse con Jonathan

—Sí, Nathan me lo dijo, está muy emocionado por conocerlo, se levantó desde temprano, no ve la hora para ir a verlo

—Me hubiera gustado quedarme para verlos juntos, pero tenía muchos deseos de verte y de conocer a tus hijos

—Penny, podrías traerlos

—Por supuesto—  le entrego la bebé a Claire y subió al segundo piso para traerlos, las dos se fueron a sentar en la sala

—¿Qué te pasa? —  pregunto Claire cuando Catherine se puso seria

—Es que su padre…

—No importa quién sea su padre—  la interrumpió —Lo único que importa es que tú eres su madre y ellos son muy afortunados de tenerte, y nada me gustaría más que nuestros hijos se hagan buenos amigos y que crezcan juntos—  Catherine se alegró tanto por las palabras de Claire que comenzó a llorar otra vez. Claire se levantó y se sentó junto a ella, poniendo su mano sobre la suya —No quiero que vuelvas a pensar en ese hombre, de ahora en adelante solo tienes que pensar en tus hijos y en rehacer tu vida, además tenemos muchas fiestas que planear, no se te olvide que tus hijos tienen un primo al que tienen que conocer—  las dos comenzaron a reír

—Claire—  dijo Nathan bajando las escaleras —Me alegra que hayas venido

—Tenía muchos deseos de ver a Catherine, vine para quedarme todo el día con ella

—Te lo agradezco

—No tienes que agradecerme, lo hago con mucho gusto, además tenemos muchas cosas de que hablar

—Entonces las dejaré

—Albert te está esperando—  se dio cuenta de lo nervioso que estaba —Es mejor que estés allá antes de que llegue Jonathan

—Sí, lo sé

Se despidió de ellas y salió de la casa, james lo estaba esperando en el automóvil para llevarlo a la casa de Albert, Max se quedaría con ellas por si necesitaba algo. En el camino le dijo que se detuvieran un momento, había visto una juguetería, decidió comprarle algo, sería el primer regalo que le daría a su hijo. Al entrar a la tienda no supo que escoger, había muchas cosas y no sabía que le gustaría a Jonathan. En uno de los estantes vio unos carritos de madera, escogió el más grande y pidió que se lo envolvieran. Después de pagarlo regreso y continuaron su viaje, no quería llegar tarde.

—Siéntate—  le dijo Albert después de hacerlo entrar —¿Es para Jonathan? —  pregunto al ver el regalo

—Sí, espero que le guste

—Por supuesto que le gustara, ya envié por él, no demorara en llegar— siguieron a la sala

—No sé qué decirle—  dijo mirando el regalo

—Es un niño, puedes hablar de cualquier cosa con él—  hizo una pausa —¿Piensas decirle que eres su padre?

—No, todavía no quiero que Amelia sepa que estoy vivo 

—¿Cuándo piensas decirle?

—Primero quiero saber que le ha dicho Amelia de mí—  dejo el regalo a un lado —Después de eso decidiré cuando hacerlo—  miro a Albert —¿Tú sabes qué le ha dicho de mí?

—La verdad es que no le he preguntado, pero si debo decirte que le encanta que le hable de ti, cuando le dije que habíamos sido amigos no dejo de preguntarme por ti—  Nathan sonrió —Incluso le mostré las fotografías de nuestra boda donde sales tú

—Donde sale ella también

Su sonrisa se borró de inmediato y la felicidad que tenía en el rostro cambio nuevamente por una mirada fría e intimidante. Ese fue el día en que todo sucedió, el día en que perdió a su familia y su vida se convirtió en una pesadilla. Aún recordaba la última conversación que tuvo con Amelia en el mirador, como le mintió tan descaradamente, sabía que esa noche sería la última que estarían juntos, tal vez fue esa noche cuando quedo embarazada de Jonathan

—Discúlpame—  dijo al ver lo serio que se puso —No era mi intención recordarte lo que paso ese día

—No te preocupes, pensar en esa noche es lo que me da fuerzas para seguir adelante, para no dejar que este odio que siento se apague, pensar en lo que nos hicieron y en Jonathan fue lo único que me mantuvo vivo todos estos años

—Tengo una fotografía de Jonathan por si quieres verla—  dijo tratando de cambiar el pesado ambiente que se había creado, no quería que Jonathan lo viera así cuando llegara

—No, quiero verlo en persona—  su mirada se relajó un poco ante la idea de que pronto conocería a su hijo




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