El Engaño

La cruda realidad

—Necesito hablar contigo—  dijo Eleanor

—Me disculpan—  dijo Charles dejando al grupo de personas con las que estaba hablando —¿Qué pasa?

—¿Ya te disté cuenta de que tu hermana vino con esa gente? ¿No le dijiste que la invitación era solamente para ella?

—Yo le dije que podía traerlos

—¿Por qué le dijiste eso?, ¿No te diste cuenta como vinieron vestidos? —  le reclamo molesta —Esta cena es muy importante para mí, ya tengo suficiente conque Francis ya este borracho, como para tener que aguantarme que traigan a unos pueblerinos

—¿No te parece que el que ellos estén aquí es buena publicidad?, así todos se darán cuenta de lo mucho que te preocupas por los demás— Eleanor no dijo nada, Charles tenía razón

—Entonces por lo menos ve a hablar con Francis, no dejes que siga tomando, está con el jefe de policía que es otro borracho

—¿Dónde están? —  pregunto Charles, suspirando cansado, le había dicho varias veces a Francis que se comportara cuando asistiera a los eventos que organizaba Eleanor, pero nunca hacía caso 

—Los vi allí—  señalo la dirección en donde los había visto —Creo que tu hermana está con ellos

—¿Amelia está con Francis? — a Charles le pareció extraño que los dos estuvieran juntos, hacía años que no se hablaban —Iré a hablar con él— se dirigió hacia donde le indico Eleanor, quería saber si era verdad que Amelia estaba con ellos, en el camino se encontró con Andrew y lo llevo con él, sabía que necesitaría ayuda para controlarlo  

 

—¿Se conocen? —  pregunto Francis

—Si— respondió Nathan antes de que Amelia dijera algo, no podía dejarla hablar, tenía que pensar en una explicación y rápido, no podía permitir que Amelia lo delatara —Es una de mis clientes, ha ido a comprar algunas telas, ¿Cierto? — pregunto mirándola, pero Amelia no respondió, no dejaba de mirarlo, así que la tomo del brazo —¿Cierto? — volvió a preguntar apretándolo

—S…si— agacho su cabeza para que no vieran que estaba luchando por controlar las lágrimas que amenazaban con salir

—No sabía que eran hermanos—  continuo Nathan

—Desafortunadamente, lo somos—  dijo bebiéndose la copa que tenía en la mano de un solo sorbo —Aunque debo decir que no me sorprende que se conozcan, eres la clase de hombre que le gustan, con mucho dinero ¿No es cierto hermanita? — dijo riendo, Amelia levanto su cabeza y fulmino a Francis con su mirada, pero a él no le importo, solo le causo más risa

—Nos disculpan, tenemos algunas cosas que hablar— Nathan se llevó a Amelia

—¡Que se diviertan! —  le grito mientras se alejaban 

—¿A quién le estás gritando? — lo regaño Charles después de apartarlo del grupo

—Amelia ya se consiguió a otro—  volvió a tomar otra copa de un mesero que pasaba —A nuestra hermanita solo le gustan con mucho dinero—  continúo riendo

—¿De qué diablos estás hablando?

—Se fue con Nicholas— Charles no entendía de lo que le estaba hablando   

—Será mejor que dejes de tomar—  le quito la copa de la mano —Te he dicho muchas veces que te comportes y siempre terminas borracho y haciendo el ridículo

—Deja de regañarme, para eso me quedaría en casa a escuchar la cantaleta de Alice, además las fiestas son para divertirse

—¿A dónde se fue Amelia?

—No lo sé, no me dijeron, tal vez querían quedarse solos, Amelia no pierde el tiempo

—Llévatelo de aquí—  le ordeno a Andrew

—Porque siempre tienes que ser una carga— Andrew lo tomo del brazo y se lo llevo a un cuarto aparte

Charles se fue a buscar a Amelia, tenía que comprobar si lo que Francis había dicho era verdad, tenía que saber quién era ese tal Nicholas, nunca había escuchado ese nombre y nunca había visto a Amelia hablando con ningún hombre, tenía que saber si Amelia lo estaba ocultando, no podía permitir que estuviera con alguien, eso echaría a perder sus planes de tenerla bajo control.

Nathan seguía caminando con Amelia, no la soltó. Caminaba rápidamente y la arrastraba para que caminara a su ritmo. La llevo lejos, donde nadie pudiera verlos ni escucharlos. Llegaron a la parte trasera del salón, allí había un jardín. Abrió la puerta y empujo a Amelia, luego tranco la puerta.

—Estás vivo—  dijo soltando finalmente sus lágrimas —Estás vivo—  repitió en una mezcla de felicidad y tristeza, hubiera querido correr a sus brazos, pero Nathan caminaba de un lado a otro, mirándola con desprecio y odio —¿Dónde estuviste todo este tiempo? ¿Cómo fue que…?

—¡A ti que te importa donde estuve! —  le grito

—Nathan yo…

—¡Cierra la boca! — estaba furioso, necesita pensar que hacer, este daño sus planes, no podía dejar que Amelia les dijera a sus hermanos que estaba vivo

—Lo que paso hace ocho años…

—Fue tu culpa—  se detuvo y se quedó mirándola fijamente —No pienses que voy a seguir creyendo tus mentiras, así que ahórrate cualquier excusa que pienses decir, ya no soy el mismo idiota al que podías engañar

 —Por favor, déjame explicarte

—¿Explicarme qué?, ¿cómo fuiste una inocente víctima?, ¿cómo tus hermanos te maltrataban? ¿Cómo fueron ellos los únicos culpables? —  Amelia no dijo nada —Charles me lo contó todo, él sabía que nos casamos, que iba a tu cuarto en las noches, que fuimos al festival, la foto que nos tomamos, ¡Todo! ¡Charles sabía todo por qué tú se lo contaste! — Amelia retrocedió

—Eso no es verdad, Charles entro a mi cuarto y…

—¡Te dije que te ahorres tus estúpidas excusas!, Charles me dijo que siempre te gustaba hacerte la víctima, esa es tu táctica para que idiotas como yo te tengamos lástima y no sospechemos de ti, para que creamos todas tus mentiras, ¿Acaso eso no era lo que hacías en Tolva? — Amelia abrió sus ojos al escuchar el nombre de su pueblo —Ya lo sé todo, ya sé la clase de basuras que son todos ustedes, unos estafadores, ladrones, unos criminales a los que no les importa arruinar la vida de los demás con tal de conseguir dinero— Amelia tuvo que desviar su mirada, el odio en los ojos de Nathan era tan intenso que la asusto —Ustedes asesinaron a mi padre, a mi madre, destruyeron la vida de Catherine y de Joseph— la tomo de los brazos y comenzó a apretarlos, la sacudió para que lo mirara a los ojos, no se guardaría nada, le diría todo lo que había querido decirle en esos años —Tú y toda tu maldita familia me las pagaran, y si piensas decirles que estoy vivo, te juro que te hace sentir en carne propia todo lo que tuve que pasar estos ocho años, pero no solo eso, haré que Jonathan se entere de la clase de madre que tiene, una mentirosa, una ladrona, una asesina, una mujerzuela que solo lo engendro para quedarse con el dinero de mi familia




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