El Engaño

Desesperación

Stanley llegó temprano a la estación, el día anterior no había tenido la oportunidad de ir, el caso en el que estaba trabajando lo mantenía lejos, por eso no sabía por qué había tanta conmoción en la estación, el comandante había ido y estaban revisando la oficina del jefe Fletcher.

—¿Qué paso? —  le pregunto a uno de sus compañeros

—Parece que el jefe estaba recibiendo sobornos por dejar pasar grandes cargamentos de contrabando

—¿Quién lo estaba sobornando? —  pregunto, aunque ya sabía la respuesta

—Según lo que he escuchado era Francis Wells quien le estaba pagando, pero no solo a él, a Murray, Hamilton y Lewis, también algunos de los oficiales de aduana 

—¿Cómo lo supieron?

—No lo sé, pero las pruebas las entregaron ayer

—¿Y qué paso con el señor Wells?

—Está en el hospital

—¿En el hospital? ¿Por qué?

—Tampoco lo sé

Stanley no podía creer que Amelia hubiera logrado hacerlo, tenía que hablar con ella, preguntarle cómo lo había hecho. Lleno sus informes rápidamente y salió para verla, sabía que a esa hora no la encontraría en casa, así que fue directo al consultorio.

—Stanley, ¿Qué haces aquí? —  pregunto Amelia al verlo, no recordaba que hubieran quedado de verse

—Vine para hablar contigo, ¿Tienes un momento?

—Sí, claro—  se excusó con el doctor Bennett y salió junto a Stanley —¿Sucedió algo? —  pregunto un poco preocupada

—Eso quería preguntarte, ¿Cómo hiciste para conseguir las pruebas contra Francis y el jefe de policía?

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—De las pruebas del contrabando y los sobornos

—Todavía no he conseguido nada

—¿No fuiste tú quien las entrego a la policía? —  él estaba tan confundido como ella

—No, ¿Cuándo las entregaron?

—Ayer, pero eso no es todo, me dijeron que Francis está en el hospital

—¿En el hospital? —  Amelia se asustó al pensar que Nathan tenía que ver con lo que había sucedido —¿Qué le paso?

—No sé, esperaba que tú me dijeras

—¿Sabes en qué hospital está?

—No, pero pensaba averiguarlo, quiero ir a hablar con él

Finalmente, había comenzado, Amelia sabía que Nathan no se detendría hasta que todos hubieran pagado. Francis había sido el primero, después serían Andrew y Charles, si tan solo tuviera una manera de advertirle a Tom de que no regresara. La última carta que le había enviado no tenía remitente, no le había dicho dónde estaba, solo le dijo que estaba bien, desde entonces no le había vuelto a escribir. Por el momento era mejor que se mantuviera al margen, le preocupaba que Francis ya supiera que Nicholas era Nathan, y era posible que Charles también lo supiera en ese momento y si era así, no demoraría en ir a verla, tenía que prepararse, tal vez Charles utilizara a Jonathan de alguna manera para manipular a Nathan.

—Exijo que me digan quien entrego esas pruebas—  dijo Charles, había ido a ver al comandante, después de cuatro días, había logrado que lo recibiera —Mi hermano fue torturado y no están haciendo nada por encontrar al culpable

—Ya le he dicho que no puede verlas—  se estaba cansando de la insistencia de Charles —Estamos terminando de revisarlas y en cuanto a la persona que dice que ataco a su hermano, el señor Ferguson tiene una buena coartada, ya la investigamos y es bastante sólida. Esa noche estuvo fuera de Londres, revisamos la lista de pasajeros de tren y regreso ayer por la tarde

—¡Francis reconoció su voz!

—Pero también dijo que lo habían drogado y le habían vendado los ojos, pudo pensar que se trataba del señor Ferguson, pero pudo haber sido otra persona

—Entonces dígame quien le entrego esas pruebas

—Tampoco puedo decirle eso porque no sabemos quién las trajo, simplemente las dejaron en la entrada, nadie vio quien las dejo, pero si puedo asegurarle que, de lo que hemos visto, parece ser que todo es cierto—  tomo algunos de los documentos —Su hermano había estado sobornando al jefe de policía, junto con algunos de sus oficiales más cercanos y también a algunos oficiales de aduana—  se los entregó a Charles —Tenemos recibos de pago y de consignaciones a estas cuentas bancarias, descubrimos que están a nombre de los oficiales—  Charles no dijo nada, solo se quedó viendo los papeles —Su hermano está en serios problemas, hoy fueron a revisar sus bodegas y me acaban de informar que descubrieron un cargamento que, además de traer contrabando, también traía opio—  Charles estaba furioso, Francis había sido un completo imbécil, se había dejado llevar por su avaricia y ahora estaba pagando las consecuencias —Así que será mejor que deje de perder su tiempo aquí y vaya buscándole un buen abogado, porque lo necesitara 

Charles salió de su oficina al ver que no podría conseguir nada, como siempre, tendría que encargarse el mismo de todo.

—¿Qué te dijo? — Andrew se había quedado esperándolo afuera 

—La situación está complicada, ese idiota se puso a traer opio y lo descubrieron en una de sus bodegas

—¿Y qué te dijo de Nicholas?

—Me dijo que corroboraron su coartada, que no estuvo en Londres cuando se llevaron a Francis

—Tenía todo planeado—  dijo Andrew dándose cuenta del grave problema en el que estaban —Si mencionaron a Nathan, es posible que se trate de alguien que sabe lo que realmente paso esa noche, es posible que sea Joseph, que se esté haciendo pasar por Nathan, nunca encontraron su cuerpo, eso explicaría por qué regreso hasta ahora, era un niño en esa época, ahora debe tener unos veinte años

—Ahora entiendo por qué Nicholas se me hizo conocido—  dijo Charles recordando —Aunque esa barba y sus gafas lo hacen ver mayor

—¿Por qué no le dijo la verdad a la policía? ¿Por qué no les dijo que era Joseph Foster?, eso hubiera sido suficiente para hundirnos

—Porque eso sería muy fácil, quiere destruirnos uno a uno—  apretó sus manos con fuerza —Pero no lo voy a permitir, ese mocoso no se saldrá con la suya—  se subió a su automóvil, Adam estaba al volante —Quiero que averigües donde vive Nicholas, cuando lo encuentres quiero que lo mates de inmediato, no le des tiempo de nada, solo deshazte de él




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