El Engaño

Adios

Stanley y Nathan salieron del cuarto y se dirigieron hacia donde estaba Andrew. Nathan quería escuchar lo que Andrew tenía para decir, quería ver si tendría el valor de decirle todo cuando estuvieran cara a cara, o si, por el contrario, empezaría a sacar excusas como lo había hecho Charles. Pero en el camino se encontraron con Benedict, había ido a la estación de inmediato cuando le contaron que Nathan estaba con vida.

—¿Nathan? —  dijo sin creer que lo estuviera viendo otra vez —Estás vivo—  lo abrazo para asegurarse de que, si se tratara de él, Nathan le devolvió el abrazo, se sentía tan bien volver a ver a sus viejos amigos

—Estás vivo muchacho—  lo tomo de los hombros sin dejar de verlo —Ahora te pareces tanto a Richard, si tus padres pudieran verte

—A mí también me alegra mucho verte, nadie me cree que soy yo—  dijo sonriendo 

—Para eso vine, para ver con mis propios ojos que si eres tú—  seguía mirándolo como si aún le costara creer que estaba vivo, Nathan solo sonrió, tenía la misma expresión de Catherine, Albert y Claire cuando lo volvieron a ver —Pero dime, como es que estás vivo, donde estuviste todos estos años, porque no regresaste antes…

—Después tendremos tiempo de hablar sobre eso—  lo interrumpió antes de que siguiera con su interrogatorio —Me alegra que hayas venido, no sé qué te habrán dicho, pero Charles intento asesinar a Albert

—¿Qué? ¿Cuándo sucedió eso?

—Esta noche, Albert está en el hospital, necesito saber como está, también quiero ir a ver a mi hijo 

—Por supuesto, dime en que hospital está, te llevaré de inmediato 

—Primero necesitamos hablar con el comandante para que me deje salir 

Los dos se dirigieron a la oficina del comandante. Nathan se olvidó de hablar con Andrew, primero necesitaba saber cómo estaba Albert. Stanley no pudo hacer nada por detenerlo, habría preferido que no se hubiera ido sin antes hablar con él, pero ya habría tiempo. Ahora que mencionaban el hospital, decidió ir también, estaba seguro de que Amelia estaría esperando noticias de Tom. Después de hablar con el comandante y demostrar de que sí se trataba de Nathan Foster, le permitieron salir. Se subieron en el automóvil de Benedict y se dirigieron a ver a Albert. Stanley también salió para ver a Tom. Al llegar al hospital, Nathan entro primero, Benedict fue decir que Nathan se encargaría de todos los gastos de la estancia de Albert y de asegurarse de que recibiera los mejores cuidados y de que lo trasladaran a una habitación para el solo. Al llegar al piso donde tenían a Albert, Nathan se sorprendió de ver a Catherine allí.

—Nathan—  Catherine corrió hacia el cuándo lo vio llegar —¿Qué fue lo que paso?

—¿Dónde está Claire?

—Está con Albert, está muy mal  

—Fue mi culpa, yo lo involucré en todo esto— la culpa lo golpeo con fuerza, había estado tan distraído con lo demás, que no había asimilado la gravedad de la herida de Albert, si moría jamás se lo perdonaría 

—Dime que fue lo que paso, quien le hizo eso 

—Fue Charles—  se sentó, había perdido la fuerza en sus piernas, Catherine se sentó a su lado —Por escapar de mí, lo apuñalo 

—¿Y Tom? —  Nathan la miro

—¿Tom está aquí?

—Sí, unos policías están custodiando la habitación donde está, él también está muy mal 

—Charles es el culpable de que los dos estén así

—Pero si Tom es su hermano 

—A ese bastardo eso no le importa, pero logré hacer que lo arrestaran, está en la estación junto con Andrew y Amelia —Catherine no supo si decirle que Amelia había ido a verla para que la ayudara a convencerlo de que Tom era inocente. Con lo que había pasado, era mejor no decirle nada, se veía muy mal con lo que le había pasado a Albert, ese no era el momento de tratar ese tema 

—¿Qué va a pasar con ellos? 

—Que finalmente irán a cárcel—  apretó sus manos —Por fin pagaran por todos sus crímenes

—Catherine—  dijo Benedict llamando su atención —Qué alegría verlos a los dos juntos—  se acercó a ella y también la abrazo, al igual que Nathan, ella también correspondió su abrazo. Por un momento, Catherine se sintió muy feliz de volver a ver otro rostro conocido. Desde que había regresado a Londres, no había podido volver a reunirse con sus viejas amistades, pero ahora todo eso cambiaria —¿Y Joseph? ¿Está contigo? — Catherine desvió su mirada 

—No—  dijo Nathan desanimado —Aún no lo hemos encontrado 

—¿Cómo está Albert? — pregunto Benedict cambiando de tema, los dos se pusieron serios cuando menciono a Joseph, se reprendió así mismo por haber sido tan imprudente 

—Los doctores lograron parar la hemorragia, pero aún no ha despertado—  dijo Catherine sentándose junto a Nathan 

—Ustedes esperen aquí— continuo Benedict —Iré a hablar con los doctores

Benedict se fue y Catherine y Nathan se quedaron solos. Nathan se veía muy cansado, no podía ocultar la culpa que estaba sintiendo, no solo por lo que le había pasado a Albert, sino también por no haber podido encontrar a Joseph. Había puesto a varios hombres a buscarlo, a investigar el lugar donde lo había visto por última vez y el puerto donde habían quedado de encontrarse, pero aún no le habían dicho nada. No sabían si estaba vivo o muerto, si seguía en Inglaterra o se había ido del país. Pero a pesar de no saber nada, ninguno de los dos perdía la esperanza de encontrarlo. Catherine tomó la mano de Nathan, quien la apretó y la acerco a él. Eso era lo único que le daba un poco de consuelo a Nathan, tener a Catherine de su lado.

—¡Papá! —  los dos se giraron cuando escucharon la voz de Jonathan  

—Jonathan—  Nathan se levantó y fue a recibir a su hijo, quien corrió hacia él al verlo —¿Cómo estás? —  pregunto después de haberlo alzado y darle un fuerte abrazo 

—Estoy bien—  dijo rodeando su cuello con sus pequeños brazos. Nathan suspiró con alivio al percatarse de que su hijo estaba bien, de que no había salido lastimado —¿Dónde está mi mamá? —  pregunto cuando no la vio por ningún lado 




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