El ambiente en la mesa era un poco incomodo, las presentes disimularon una sonrisa.
—No sabía que vendrías— Elena tomo un bocadillo y lo puso en el plato de Dayana — Son tus favoritos ¿No?
Dayana la recorrió con la mirada, acepto el bocadillo.
—Gracias, son los que me gustan.
Su voz era suave, y a Elena esto le divertía.
Pensar que ella pensaba en lo buena y tímida que era su amiga, que era tan frágil como una rosa que se podía romper en cualquier momento, y por un momento se olvido de las espinas que te lastiman.
—Pensé que ambas ya no eran amigas, después de todo no vinieron juntas. La princesa Harlikc siempre lleva a su mascota por todas partes.
El comentario vino de Camelia que sostenía una taza de porcelana.
Elena respondió con una sonrisa, pero Dayana estaba enojada y perdida. Sabia que no era bueno venir, pero tiene que hacerlo, algún día pisara todas las casas de quienes la menosprecian y mas de Camelia y Elena.
—Por supuesto que no, he estado ocupada con el Ducado últimamente que he tenido poca actividad social — Elena sonrió y pidió un poco de café.
—No tomo café.
Dayana respondió y todas en la mesa se le quedaron mirando.
—El café es para mí, puedes pedirle al sirviente lo que te guste tomar.
Una leve sonrisa se de disculpa se dibujo en el rostro de Elena, todas las damas de la mesa sonrieron y vieron con desdén a Dayana que se encontraba en blanco. Sintió que algo andaba mal, y era verdad, lo normal era que Elena le pidiera su bebida, así que se trago sus inquietudes y pidió un té de lima.
Camelia soltó una carcajada, según el protocolo debería tratar de apaciguar la situación incómoda, pero no podía perder la oportunidad de burlarse de su enemiga.
—Lady Dumott, está usted muy graciosa hoy en día. ¿Por qué una princesa debería pedir tu bebida? ¿No serias tu quien debería pedirle la de ella?
Dayana muerde su labio inferior, luego dirige su mirada a Elena por ayuda, pero esta solo se encoje de hombros y come un delicioso pastel.
—La princesa Harlikc y yo somos mejores amigas, es normal que nos sepamos las bebidas y las pidamos para la otra — murmuro.
—Bueno, pero veo que la princesa Harlikc no desea pedirte nada.
Habla lady Pradi —Amigas como tú no son tan divertidas.
Dayana busco nuevamente ayuda de Elena, pero esta solo sonrió a las palabras de la hija del Márquez Pradi.
—Yo me debo de ir.
Dayana se pone en pie, y una de las damas la hace tropezar, al verse apunto de caer agarra el mantel y los pasteles le caen encima.
Todos al ver la escena se asombraron, algunos no contuvieron su burla y se rieron de ella. Elena al verla así, se suponía que debería regañar a todas las damas nobles, pero no lo hizo, solo se acerco y le susurro mientras le ponía una capa.
—Es mejor que te retires, es vergonzoso.
Inmediatamente Dayana escapo de la escena casi corriendo, Elena miro su partida, la comisura de sus labios se curvaron por un segundo y luego volvió hacia las demás damas.
Camelia estaba divertida con la escena, pero rápidamente llamo a los sirvientes para que recogieran las cosas que Dayana había tirado, hoy había logrado su objetivo humillar a Dayana y esta seria la comidilla de los chismes por un gran tiempo.
La fiesta de te continuo, todas estaban en armonía disfrutando un resto de tarde agradable. Al terminas la fiesta, Elena salió en busca de su carruaje. Mientras atravesaba los jardines distraídamente su rostro golpea algo con firmeza y casi se cae al suelo, pero es sostenida con firmeza por alguien.
El caballero tenia cabellos rojos como el fuego y ojos verdes mas oscuros que los suyos, eran rasgos característicos de los Aston, Elena se apartó del hombre.
—Muchas gracias.
El hombre sonríe —La princesa Harlikc es mucho más hermosa en persona. Mi nombre es Lucían Aston.
—Oh… es un placer conocerle lord Lucían. Si me disculpa tengo que retirarme.
Ella camino hacia la salida donde estaban los carruajes, Lucían la siguió con la mirada, la descripción que tenia de la princesa era diferente de lo que estaba viendo hoy. En la ciudad se dice que es una mujer simple sin sentido de estética y belleza, pero en realidad resulto una mujer muy hermosa, muy distinto a lo que pensaba, lo cual fue muy interesante para él.
Elena se marcho en su carruaje directo hacia la mansión Harlikc. En el camino no pudo evitar tararear, estaba de buen animo debido a la fiesta de té. No tuvo que actuar para que Dayana se humillara así misma.
¿Cómo el escritor haría emperatriz a una persona así en este mundo?