El engaño de la rosa

Capitulo 15

Al día siguiente en la mañana Elena se encontraba practicando la espada, estaba un poco avergonzada porque al parecer su talento con esta no era bueno, aun así, el general Connor era incapaz de decirle que era terrible, ella era su princesa, y ahora estaba mas determinado a ser su espada y siempre defenderle pase lo que pase.

Aunque los caballeros presentes no decían nada, el pequeño Estefan no lo pudo soportar.

—Hermana, creo que seria mejor que practiques otro tipo de arma.

Elena siempre supo que no era buena, quería intentarlo, pero solo estaba consiguiendo que sus manos se lastimaran.

Escuchando a su hermano soltó la espada con pesar.

—Tienes razón, debería probar con un arco o con una pequeña cuchilla, al menos para defenderme.

Su voz sonaba agraviada, al verla desanimada el corazón de los presentes se ablando.

—Hermana, veraz que con otra arma si podrás. No es que no tengas talento, es que no es adecuado para ti.

Los ojos de cordero arrepentido miraron a Connor.

—Princesa, su hermano tiene razón. Además, si no logra aprender usted me tiene a mi y a todos los caballeros de Águila Plateada.

Se conmovió con las palabras leales de Connor, desde que le conoció fue muy amable con ella, además es el caballero mas leal a la familia.

Cuando Elena estaba a punto de tomar una cuchilla y practicar, el mayordomo Nikolay la interrumpe.

—Princesa, un hombre llamado Alanis dice tener una cita con usted hoy.

Cuando escucho el nombre de Alanis, no pudo evitar alegrarse en el fondo, atrapo una gallina de huevos de oro. Sabia el valor del hombre de aspecto miserable, al menos saber lo estipulado en la novela será su arma para sobrevivir y no caer en la ruina.

Fue guiada por el mayordomo hasta encontrarse con la visita esperada.

—Por un momento pensé que te escaparías.

El hombre se avergonzó, por un momento dudaba de si confiar en ella, pero la mirada y la confianza en sus palabras ese día le hicieron creer que ir a la casa Harlikc era lo correcto para su futuro.

—Acepte su ayuda princesa, por lo tanto, debo de cumplir mi palabra.

Elena vio la sinceridad en sus palabras, así que sonrió y lo invito a sentarse.

—Es hora de hablar de negocios.

Hablo primero y le propuso abrir un negocio de joyerías donde ella sería el inversor principal, dándole a el una parte como socio creativo. Alanís no podía creer lo que escuchaba y se pregunto si era un sueño, desde pequeño amaba la joyería debido a su difunto padre, solo que no tenia recurso y no era un noble.

—Vi tus diseños ese día, y me convencí de que eras la persona correcta para asociarme.

Elena podía ver la emoción y la curiosidad en sus ojos. Era sospechoso que una extraña que nunca lo había visto lo eligiera como su socio y por eso dijo esas palabras.

—Princesa, créame no pienso decepcionarle y hare las joyas mas hermosas. Solo estoy emocionado, si no es por ese día yo no sería su socio.

—Quizás no, solo estábamos destinados a encontrarnos.

Hablaron otros puntos mas del negocio y luego lo despidió de la mansión.

Elena agotada decidió darse un baño, estaba cansada física y mentalmente, primero la visita del príncipe, luego su entrenamiento y por ultimo la visita de Alanis.

Su vida se estaba empezando a encaminar por la ruta que ella misma estaba eligiendo, aunque era agotador estaba feliz.

En la habitación las doncellas la estaban esperando con un baño perfumado, el aroma a lirios y otras flores emanaba de la bañera. Las doncellas la ayudaron a desvestirse, luego se incorporo en la bañera relajándose por completo.

Las doncellas se retiraron reacias por órdenes de la princesa.

—Dayana que estarás tramando…

Susurro antes de sumergir la cabeza en el agua conteniendo la respiración. Duro unos segundos y volvió acomodarse.

Terminado el baño llamo a las doncellas y estas la ayudaron a cambiarse y secar su larga cabellera plateada. La noche había llegado y apenas lo noto al ver por la ventana.

—Mañana averigua como va el diseño de mi vestido para el baile de invierno.

Al escuchar sobre el vestido las doncellas se emocionaron.

—Princesa, ya tiene compañero de baile.

Totas miraron a Elena con expectativa, su princesa era muy hermosa por lo tanto debería tener un compañero para fiesta.

Al escuchar sobre el acompañante de baile se sorprendió, no se acordaba que debería tener un escolta. Normalmente iría con su padre a eventos, pero no había debutado y por eso el era su acompañante, pero en el día de su debut debido a su amistad con el tercer príncipe Dominic, la emperatriz lo sugirió como su acompañante y por supuesto él no se negaría debido a que era una oportunidad para estar con Dayana en la fiesta.

Las doncellas notaron la expresión de la princesa y trataron de aliviar el momento.




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