El engaño de la rosa

Capitulo 30

Elena se sentía como una heroína que acaba de salir victoriosa de un campo de guerra. Con la cara en alto mientras caminaba irradiaba luz al su alrededor, era imposible no darse cuenta de su presencia debido a su belleza, y una de la persona que se dio cuenta era el tercer príncipe.

Al verla se sintió enojado, sabia que su madre le estaba buscando una esposa, y que no aceptaba a Dayana `para el puesto, por ende, estaba dividido entre las dos cosas, quería ser el próximo emperador y tener a la mujer que ama en sus brazos, y no ser como su padre el cual aparte de su madre emperatriz, tiene otras esposas que son reinas. Solo deseaba a una mujer, y no estaba dispuesto a rebajarla a reina, pero la lucha con sus hermanos estaba pasando un punto de inflexión.

Así que tenia que decidirse.

Verla brillante, como una triunfadora le molesto.

En su narcisista personalidad, según él, el rostro de Elena mostraba lo feliz que estaba de poder casarse con él.

Camino hacia ella con ojos desdeñosos.

Elena que estaba de buen humor no se había percatado de que alguien se acercaba a ella, cuando lo noto fue por su muñeca fue tomada.

—¿Qué estás haciendo?

Se gira para ver quien era, y al verlo tiro de su muñeca logrando liberarse.

—¿Qué le pasa al tercer príncipe? Porque agrede a una mujer solitaria dentro del palacio, ¿Acaso es alguna costumbre?

El tono de sus vos era dominante y lleno de sarcasmo, esto enojo mucho a Dominic.

—Deja de decir esas cosas, solo quiero hablar contigo.

Su vos se calmo para que Elena se calmara.

—Yo no tengo nada de que hablar contigo, ahora voy de regreso a casa.

Cuando estuvo a punto de darse la vuelta, de nuevo Dominic no dejo.

—Se que te reuniste con la emperatriz para ser mi futura esposa, ni pienses en serlo, después de que has tratado mal a Dayana no pienso permitir meter a una mujer tan viciosa como tú a mi lado.

Cuando escucho esas palabras pensó que este hombre era loco y demasiado narcisista, había un rastro de incredulidad en su rostro, que Dominic no noto, solo siguió.

—No se porque dices que no te gusto cuando tus acciones demuestran lo contrario, ¿tanto quieres estás conmigo?

Los pensamientos de Elena eran:

YO ESTABA CIEGA.

CAMELIA ESTA CIEGA.

DAYANA ESTA CIERGA.

Y SI ESTE MUNDO ES UNA NOVELA… LA ESCRITORA ESTA CIEGA.

—¿Puedes dejar de hablar sin saber? ¿Crees que si me caso contigo salgo ganado? Al final tu ganarías, pero lastimosamente para ti no seré tu esposa.

Ahora fue el turno para Dominic estar incrédulo.

—Ya que todo esta claro supongo que me puedo ir.

Con estas palabras Elena se despidió del palacio imperial, su victoria termino enmarcada con la molestia de tratar al tercer príncipe.

Ahora que era libre debería buscar un hombre para fingir una relación, ella no espera casarse todavía, pero necesitaba un respaldo para que la emperatriz e incluso el emperador la tuvieran en la mira.

Llegando a su hogar se sintió un poco cansada, solo quería comer algo delicioso y darse un baño. Y eso hizo, su padre y hermano la esperaban en el comedor principal.

El ambiente era solemne.

Aunque ceno con tranquilidad, era evidente que su padre necesitaba hablar con ella seriamente. Y cuando se sintieron satisfecho el Duque se levantó.

—Vamos al estudio, tengo que hablar contigo.

Su padre parecía un poco serio, esto la hacia sentirse un poco nerviosa.

¿Sera que la familia imperial le amenazo para casarme con Dominic?

Pensamientos como ese le llegaron mientras caminaba, pero luego lo negó, apenas había hablado con la emperatriz, y aun no había recibido una propuesta formal, además como familia Ducal tienen derecho a negarse al matrimonio con miembro de la familia real al menos una vez. Los demás príncipes, uno tiene pareja y el otro una prometida, así que no había posibilidad en insistir con ella en otro matrimonio.




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