Xilonem
— Hola — levantó la mirada y me encuentro con una joven — mi nombre es Fiorella — se acerca y extiende su mano, puedo notar que es un poco tímida.
— Hola Fiorella, soy Lana, siéntate— ella lo hace frente a mí, su mirada se ha dirigido a la cunita de Rafaello.
— No he podido encontrar una enfermera acorde a lo que pide León — suspira y medio sonríe — es un Amoretti, así que las expectativas de León son muy altas.
— Pero yo cuido a mi hijo — ella me mira sorprendida.
— pero no siempre estarás para el bebé, los Amoretti asisten a muchas cenas benéficas, como prometida de César debes acompañarlo. Son muchos compromisos sociales, uno de los hoteles terminará de ser reformado y se hará una fiesta.
— ¿hoteles? — Fiorella asiente.
— disculpa Lana, olvidé que has perdido la memoria, los Amoretti son dueños de una cadena de hoteles de cinco estrellas, se está considerando extenderse fuera de Italia ya que son un éxito...
— ¿hablando de negocios? — Fiorella se ruborizó ante las palabras de León, él entró al cuarto de Rafaello, se dirigió a la cunita. Miró al bebé dormir y luego su mirada se posó en Fiorella — creo que a mi cuñada le es aburrido escuchar de mis planes con los hoteles —sus palabras sonaron un poco ásperas y me di cuenta que estaba molestó porque ella estaba compartiendo los planes futuro que él tenía como su yo fuera a contarlo por ahí.
— Tiene razón, Sr. Amoretti — León asintió.
— Sólo me doy una ducha y vemos los documentos que debó firmar— salió de la habitación sin mirar hacia atrás, hasta este momento me doy cuenta que León no me ha mirado en ningún momento.
Fiorella está viendo hacia el suelo y sus mejillas están ruborizadas aún.
— ¿Se ha molestado?—ella suspira y asiente.
— es muy celoso con sus asuntos, tiene competencia, gente que trata de copiar cada cambio que hace en los hoteles.
— Lo siento Fiorella — ella sonríe.
— no te preocupes, él puede molestarse pero es alguien que no trata mal a ningún empleado.
Sus ojos se iluminaron al hablar de León.
— ¿te gusta León? — ella abrió más sus ojos y su rostro está vez estaba rojo.
— n...no
— no te preocupes que no diré nada, puedes confiar en mí.
Ella bajó el rostro.
— desde que lo conocí... tengo cinco años de trabajar para León, soy su asistente personal, pero sé que con él no tengo la más mínima oportunidad, León es orgulloso, como lo han sido todos los Amoretti, él no se fija en alguien de estatus social inferior al de él. Tú has tenido suerte con César, porque a él no le importó que tú no tuvieras dinero.
Me quedé en silencio analizando las palabras de Fiorella.
— César rompió la relación con su familia por ti — levantó la mirada y sus ojos eran tristes — ambos hermanos eran iguales con el orgullo de un Amoretti, pero César cambio por el amor.
— ¿él rompió la relación con su familia por mi causa? — Fiorella asintió, muchos sentimientos me embargaron al saber que el amor de César había sido tan fuerte.
— yo... no debí contarte todo esto pero siento que puedo confiar en ti, además no importa mucho ya. Estoy buscando trabajo.
— ¿por qué? ¿Tienes un mal sueldo? — Fiorella sonrió con ironía.
— nadie me pagará lo que paga León, pero mi corazón sufre cada vez que debó enviar flores a una mujer distinta. Joyas cuando la relación ha llegado a su fin.
— ¿qué mujeres son? — Fiorella se encoge de hombros.
— mujeres divorciadas pero de su mismo círculo social, modelos famosas, estrellas de cine — negó y miró sus uñas.
— Tú eres una chica muy bonita — ella levantó la mirada.
— soy común Lana — apoyo sus codos en sus piernas —creo que es tiempo de que siga con el rumbo de mi vida, al dejar de ver a León todos los días me ayudará para olvidarlo y así podré conocer a alguien.
Asentí y recosté mi espalda en la mecedora, mi mirada se posó en Rafaello. Mi hijo pertenecía a una familia orgullosa donde el dinero lo era todo pero su padre había hecho la diferencia, sabía que César le enseñaría bien, por otro lado estaba lo que estaba sintiendo por León, él me atrae. Era un hombre imponente, elegante y sobre todo había estado pendiente de mis necesidades y las de Rafaello.
Editado: 30.04.2018