El Engaño [saga Italianos #1]

Capitulo 17

César

¿qué deseas? — León entra como una tromba y su mirada recorre toda la sala.

— ¿dónde está? — mueve la pesada cortina de los ventanales.

— no sé a quién buscas —se gira y su mirada es fiera.

— ¡a Fiorella! — suspiró hondamente.

— no sé por qué rayos crees que está en la casa de tía Mercedes — camino con tranquilidad hacia el sillón y me dejó caer en el.

— Lana me lo ha dicho, la mandas al hospital y te citas con Fiorella, ¿hasta cuándo vas a seguir con este juego, César?

— no sé a qué juego te refieres — bostezo y apoyo mi mejilla en mi mano — te la llevaste del Eleganza y no la he visto.

León empieza a pasearse por la sala, en este momento parecía un verdadero león enjaulado, su mandíbula estaba apretada, sus manos hechas puño.

— ¿qué hay entre tú y Fiorella? — León me mira con frialdad ante mi pregunta.

— nada — me encogó de hombros.

— entonces no gastes gasolina en andar buscándola — me levantó.

— no permitiré que juegues con Lana — me cruzó de brazos y Frunzo los labios.

— ¿tú no me permites? — él asiente — no está Fiorella como te puedes dar cuenta, así que deja de decir pendejadas. Tengo muchas cosas que hacer — salgo de la sala molestó.

— ¿por qué Lana piensa que te reunirias con ella? — me detengo en los escalones y sigo dándole la espalda.

— Fiorella está buscándome casa.

— ¿casa? ¿no lo puedes hacer tú?

Me giró.

— me tienes hasta la mierda de reuniones con los asesores, no tengo tiempo para buscar casa — sigo subiendo los escalones y cuando voy a entrar a la habitación me doy cuenta que León está entrando — ¿qué rayos León?

Él mira la habitación y luego entra a la de Rafaello, quién está siendo atendido por la enfermera.

— voy a dormir — me quitó los zapatos — puedes irte por donde veniste — León no responde y se deja caer en el sillón que está en un rincón de la habitación, enarcó una ceja — te dije que voy a dormir, no deseo charlar.

— mi padre desea que te cases con Lana — él se ha acomodado en el sillón — sabes que odia la infidelidad.

— ¿y? — León me observa con molestia.

— no le gustará saber que ahora su nuera favorita es cambiada por mi asistente — suelto el aire y me siento en la cama... no me dejará dormir.

— León, agradezco tu preocupación pero está de más — él saca su móvil y lo revisa — quiero descansar.

— ¿por qué estás tan urgido que me vaya? — pongo los ojos en blanco.

— tengo un hijo de 6 meses, anoche no quería dormir, Rafaello pasó despierto toda la noche, jugando — León entrecierra los ojos.

— Lana anda fresca como una lechuga.

— no la desperté — me encogó de hombros — pasa todo el día cuidando al niño, así que merece dormir bien por la noche.

León pasa su mano por su mandíbula.

— bien —  se pone de pie y mete las manos en los bolsillos de su pantalón — iré a la oficina.

— encontrarás a Fiorella en su escritorio.

El sonríe de medio lado.

— no está en la oficina —me encogó de hombros.

Suspiró de alivio al ver entrar a Xilonem.

— León — ella no lo mira a los ojos — César pensé estabas dormido.

— no he podido hacerlo — miró significativamente a León quién no se da por enterado.

— es temprano para que mi hermano esté dormido — me doy cuenta que León no cree que no he dormido y quiere poner a prueba a Xilonem.

— César es un encanto y me siento culpable, nuestro hijo no durmió en toda la noche y él lo cuido, mientras yo dormía.

León asiente.

— en ese caso lo dejó dormir — sentía rabia ante la actitud de León, no creía mi palabra. Meses atrás nos llevábamos bien pero ahora León estaba insufrible porque era un celoso de mierda que se negaba a aceptar que eso era lo que lo tenía amargado... ¡los celos!

Se acercó a Xilonem, su mirada era indecifrable, ella dio un paso hacia atrás. León le sonrió de medio lado y bajó su rostro para darle un beso en la mejilla... que me pareció demasiado tiempo en su mejilla.

Sentía que la mandíbula se me iba a desencajar de la furia...

— nos vemos Lana — me miró con burla — César hasta luego — sentí el leve deseo de levantar mi mano y sacarle el dedo de en medio... era un idiota.

Salió de la habitación. Xilonem me miró, se dirigió al baño a darse una ducha y cambiarse para cargar a Rafaello.



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En el texto hay: mentiras, romance, amor

Editado: 30.04.2018

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