El Engaño [saga Italianos #1]

Capitulo 28

César

cambiaré a Rafaello — tía Mercedes lo acuesta en el cambiador, mientras yo me siento en la mecedora. Mi mente es un caos aún, la noticia del Señor Gallo me tiene en shock y sin saber aún que pensar — la marca de los Amoretti no es común.

Me tenso ante las palabras de tía Mercedes, el niño nunca iba a tener la marca por que no era un Amoretti.

— a veces los gènes de las madres predominan y puede que Rafaello sea de la generación que no la lleve.

— ¿de qué hablas César? —  tía Mercedes tiene su ceño frunzido y ha puesto a mi hijo boca abajo, me pongo de pie y ella esta acariciando un poco abajo de su cintura la marca de nacimiento que todos llevamos... me he quedado de piedra al ver aquel lunar en forma de arbolito con otra en forma de estrella... es imposible.

Pasó mi dedo sobre la marca, buscó una toalla desechable y se la paso encima del lunar pero esté  solo se ha puesto roja.

— ¿qué haces? Lastimas a Rafaello, me doy cuenta que nunca la has visto, la primera vez que bañe al niño se la vi.

Retrocedi y recordé que la primera vez que tía Mercedes lo bañó él tenía una semana de nacido.

Rafaello salió del vientre de Xilonem no del de mi prometida, no entendía que rayos estaba pasando. Una marca única de mi familia la llevaba Rafaello.

Salgo apresurado del cuarto del niño y me dirijo a la cocina en donde se encuentra Xilonem o Lana ya ni sabía quién era.

— César — ella está preparando la cena, tía Mercedes a petición de Xilonem le había dado el día libre a las personas del servicio.

— ¿tienes el mismo lunar que lleva Rafaello? — ella deja la espátula en el aire y me mira con curiosidad.

— no, pensaba que era de tu familia pero al saber que no es tu hijo debe ser de su verdadero padre.

— es la marca de los Amoretti — ella abre los ojos como plato — ¿en serio no recuerdas nada?

— no ¿pero tú y yo? — negué.

—¡te conocí hasta esa noche! Pero creo que me estas mintiendo y...

— ¿mintiendo? ¿en que te podría mentir César? No recuerdo todo, son ciertas cosas las que han venido a mi mente pero de mi niñez aún no de mi edad adulta. No sé por qué Rafaello tiene la marca de los Amoretti — se lleva las manos a la boca y me mira asustada — ¿cambiaste a los bebés?

Niego.

— mi hijo murió esa noche en el accidente y Rafaello nació después, al mes y medio.

— yo... no entiendo.

— me haré una prueba de Adn — sonreí con ironía — vamos a viajar a la isla de Capri si el bebé resulta ser mi hijo, aunque seria muy extraño que el sea mi hijo, si tú no recuerdas, investigaremos que es lo que pasó realmente.

Dicho eso salí de la cocina y tomé las llaves del coche... vería a papá, no me sentía listo para casarme sin saber realmente con quién lo hacía.

Xilonem

—《 no deseo que ellos me encuentren, nunca me han amado, quiero ser feliz por primera vez》

Abro los ojos de golpe, flexiono el cuello por que me he quedado dormida en la mecedora.

Me pongo de pie y veo a Rafaello dormido plácidamente, mis ojos se dirigen al reloj de pared y veo que son las 2:00 am, salgo despacio del cuarto del niño y me siento extraña al saber que es la primera vez que César no me despierta desde que cambio con nosotros.

Al abrir la puerta de la habitación, la cama sigue hecha tal cual estuvo en la mañana.

Abro la puerta del baño y la luz está apagada... César no está por ningún lado, la preocupación me invade y corro hacia el móvil.

Suena, suena y no obtengo respuesta alguna.

Mi corazón está acelerado, escuchó pasos y cuando la puerta se abre al ver a César ahí de pie después de pensar que algo le había pasado, me tiro en sus brazos provocando que esté se tambalee pero me sujeta por la cintura.

— ¿dónde estabas? — la furia está sustituyendo el susto — son las 2 de la mañana César.

— en la biblioteca — suspira y apreta mis brazos — Lana.

Me apartó furiosa de él.

— Sabes que no soy ella — César no responde, saca una bolsa de papel de su bolsillo y le da vuelta para que todo el contenido caiga en la cama.

— miralos — con mano temblorosa, los recojo y los abró.

— ¿por qué has hecho esto? No tenias que falsificarlos.

— no lo he hecho, el detective que estaba averiguando si estas casada me los entregó,  no encontró a Xilonem Mancini, encontró a dos mujeres llamadas Lana Rizzi.

— ¿de qué hablas César?

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En el texto hay: mentiras, romance, amor

Editado: 30.04.2018

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