El enigma de la Quimera [libro 1]

CAPÍTULO 4

Dentro de la élite de los Soñadores Oficiales existía una sección que era aún más privilegiada que la propia élite: las Amantis.

En la Casa Amantis nació Marcow, en el año 200 Después del Gran Despertar. Si bien desde pequeño fue entrenado como Amantis y soñador, no destacó como estudiante, así que lo enviaron como un aprendiz más al CCI. Marcow se sintió traicionado y humillado, pero con el paso de los días se resignó y la idea empezó a agradarle, pues por fin saldría de la fría región y los regímenes de la escuela.

Encontrarse con una inmensa escuela llena de tan diferentes estudiantes le generó sumo interés por conocer el mundo. Teniendo por naturaleza una personalidad extrovertida hizo que fuera popularmente conocido entre la sociedad de soñadores, pero no por ser el más inteligente, sino como el fiestero y bromista.

Sus padres tuvieron que intervenir una vez con los directivos para que no lo expulsaran de la academia por sus bajas calificaciones y le dieron un ultimátum para que eligiera una especialización.

Marcow se fue por la rama de Reconocimientos de Sueños Oscuros, pues era la única asignatura a la que no entraba obligado. Llegó a gustarle tanto su especialidad que por fin tomó algo en su vida con seriedad y empezó a mostrar grandes avances, lo cual hizo que al graduarse pudiera ascender como Decano de Élite.

En sus manos llegaban casos de misiones que eran complejas de resolver y era líder por naturaleza, así que la Élite Internacional comenzó a solicitarlo entre sus misiones secretas para que sirviera como analista.

Y fue así como en el año 270 D.P (Después del Gran Despertar) la Élite Internacional le entregó la misión de hacer una expedición junto con un grupo que él lideraría para encontrar el cuarto perdido de los primeros Soñadores Oficiales, el cual era en realidad una bóveda donde Bryan Domán y Jensen Riau guardaron muchos libros y archivos sobre información secreta sobre mundos, dimensiones y razas que hasta ese momento no se sabía cuáles eran. Se tenía conocimiento que, si se lograba hallar este lugar, la humanidad abriría una caja de pandora que la haría avanzar cientos de años en cuanto a conocimiento y tecnología. Sin embargo, Bryan al suicidarse dejó el gran enigma de cómo y dónde hallarla, no se supo si lo hizo intencionalmente o en medio de su adolorido corazón olvidó el gran detalle de no registrar su localización, pero lo único seguro es que se llevó muchos secretos a la tumba.

El joven Marcow buscó junto con su grupo por meses, sin encontrar alguna pista concreta. Hasta que una noche, en el planeta Centaurus, encontró en una vieja casa abandonada un cajón enterrado en el suelo. Al abrirlo descubrió que eran archivos escritos a mano del propio Bryan Domán.

En vez de entregar la caja con los archivos a la Élite Internacional, Marcow, siendo ambicioso por naturaleza, decidió quedárselos para leerlos. Los archivos hablaban sobre que en el cuarto perdido había libros escritos por el propio Bryan Domán sobre la energía oscura, una energía que, según los rumores, entregaban un inmenso poder en quien lograra manipularla.

Otra parte de los archivos daba explicaciones sobre cómo hacer una regresión para recordar vidas pasadas. El joven Marcow estaba extasiado, pues era una información que jamás se logró comprobar que de verdad existía, nada más había leyendas que hablaban al respecto. Y él era el único que poseía el conocimiento sobre la regresión hacia vidas pasadas.

Se obsesionó con entrenar todas las noches la regresión y en el día buscaba fervientemente el cuarto perdido de los soñadores.

Su obsesión llegó a tal punto que sus habilidades en el manejo de muchas energías y viajes astrales mejoró considerablemente, destacándolo entre los soñadores como uno de los mejores. Y esto nada más hizo que su obsesión creciera, pues las adulaciones y entrega de méritos honoríficos le demostraban que ese era el camino hacia el poder y el éxito, donde todos se inclinarían ante él, hasta las Grandes Amantis que tanto lo habían humillado al expulsarlo de su escuela.

Y entonces, una noche, mientras practicaba la regresión, estando acostado sobre uno de los campos al aire libre del CCI, algunas memorias de su vida pasada llegaron, específicamente, cómo había muerto.

Se vio en uno de esos viejos lugares que existían Antes del Gran Despertar que llamaban tribunales y un hombre le gritaba a lo lejos, extendió un brazo en dirección a él y de la nada, le apareció una pistola en la mano, disparándole en repetidas ocasiones.

El soñador se levantó de un salto del suelo, llevando con desespero las manos a su pecho, dándose cuenta, para su fortuna, que no tenía heridas.

Por sus muchas investigaciones y lecturas sabía que las regresiones se sentirían como si de verdad estuviera sucediendo todo en tiempo real.

Caminó hasta su casa, pues necesitaba tiempo para procesar y analizar lo que había visto. Murió porque alguien decidió quitarle la vida; bueno, eso era bastante común Antes del Gran Despertar. Pero la forma en que lo asesinaron era muy particular, una que, de hecho, fue bastante famosa porque reveló la materialización de objetos no terrenales.

En el pasado, Bryan Domán había materializado una pistola en frente de todos por medio de su habilidad mental. Ningún soñador logró recrear tal hazaña, pues se necesitaba demasiado poder mental para materializar de forma natural objetos no terrenales. Para esa fecha, el año 270 D.P los objetos traídos de dimensiones y planetas eran materializados por medio de enormes máquinas que estaban instaladas en gigantes fábricas.




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