El enigma de la Quimera [libro 1]

CAPÍTULO 7

Joshua pasaba sus ojos de la estatua hasta su mentor, preguntándose qué estaría pensando, tal vez en cómo asesinar a Adem ahora que era un aspirante a soñador. Tenía la duda de cómo Marcow terminó concluyendo que Adem era la encarnación del primer soñador, eso era ridículo.

—Mi señor, Adem es apenas un niño —tranquilizó Joshua, presentía que su mentor volvería a alterarse—. Lo más seguro es que no sea admitido, el proceso de admisión del CCI admite únicamente al cinco por ciento de los aspirantes y este año será reducido al tres por ciento. El niño Adem no podrá pasarlo, mi señor, será su primer intento.

Marcow soltó una risa sarcástica y dolida, negó levemente con la cabeza. Observó de forma oscura a su pupilo.

—Tu mayor debilidad, Joshua, es tu ingenuo pensar —gruñó—. ¿Acaso se te ha olvidado que, aunque para Adem sea imposible de recordar, recibió entrenamiento de las Amantis en sus primeros años de vida? Él no es un niño común, creció recibiendo la influencia de la Élite, sobre todo de ella.

“Esa maldito Adem… si no hubiera estado conectado a ella… si no tuvieran esa estúpida conexión… yo… habría podido acabarlo apenas comprobé que era Bryan Domán…” pensó Marcow.

Joshua observó a su alrededor, en el gran salón apenas se encontraban ellos, afortunadamente. Se arrepentía de haberle informado a Marcow de que Adem Murf Habid era aspirante al CCI, pues, si bien era cierto de que él en todos esos años no tuvo ningún tipo de contacto con Jara Adelina Darmy, si era admitido a la academia de soñadores el reencuentro sería inevitable; por esta misma razón se lo informó a su mentor, pero jamás creyó que caería en una ola de histeria y ansiedad, comenzando a decirle una y otra vez que Adem, ese niñito por el cual no pudieron seguir con el experimento años atrás, ahora era la encarnación del primer Soñador Oficial, nada más ni nada menos que Bryan Domán.

Le preocupaba que Marcow estuviera perdiendo la cordura, pero al mismo tiempo dejaba margen a la probabilidad de que esto fuera cierto, pues, si realmente su mentor no estaba enloqueciendo, esto suponía un gravísimo problema para todos sus planes. Si Adem Murf Habid era la encarnación del gran primer Soñador Oficial, eso informaba que Jara Adelina Darmy era Jensen Riau Darmy. Esto explicaba la gran incógnita del porqué aquellos dos niños en los experimentos mostraban una conexión de energía en sus almas, haciendo imposible asesinar a uno de ellos y que el otro no muriera. Y ahora que meditaba en estas probabilidades le daba tristeza de estar asesinando lentamente a la que había creado todo lo que lo rodeaba. Jara iba a morir sumamente joven, como sucedió en su vida pasada.

Tres semanas antes de la prueba anual de Soñadores Oficiales:

Era la primera vez que Madeline observaba un cuerpo inerte de una persona que había visto anteriormente con vida. Era una sensación extraña de sorpresa: la primera vez que sintió a la muerte cerca.

Loraine iba a ser su sucesora en el rango de Cazadora de Sueños de primera línea una vez dejara de ser aprendiz de Emma. Pero ahí estaba, acostada en una mesa metálica, tan inmóvil que parecía una estatua. Se encontraban en la morgue del CCI, curiosamente Loraine era el único cuerpo, porque era demasiado extraño que un soñador muriera. Claro que se daban los casos, pero siempre impresionaba cuando sucedían y Madeline no era capaz de acostumbrarse.

—¿Es normal que un muerto tenga partes grises? —le preguntó a su mentora.

—No, no es normal —respondió Emma mientras observaba el rostro de su aprendiz fallecida.

A Madeline le habría gustado saber qué estaba pensando su mentora, pero era imposible, tenía el rostro apagado de emoción alguna.

—¿Qué crees que le haya pasado? —indagó Emma. Madeline sabía que se trataba de una pregunta evaluadora, así que debía pensar con cuidado su respuesta.

—No tiene controlador, eso es extraño —comentó—, además, el aviso de emergencia provino de Cerebro, es un planeta remoto, sumamente extraño que una cazadora estuviera allí al momento de su muerte. Y las manchas grises en su cuerpo… —Madeline se acercó al rostro de la occisa—. Son sutiles las manchas, pero a mi parecer, son signos de tortura.

Emma dejó salir un largo suspiro.

—Sigues teniendo buen ojo para el análisis —comentó la mujer.

Madeline observó el rostro de su mentora, sus ojos color dorado tenían una capa creada por las lágrimas: por primera vez logró divisar la tristeza en ella.

—Loraine fue torturada y asesinada —manifestó la mujer—, después dejaron su cuerpo para que lo encontráramos.

—En estas situaciones, se debe pasar el reporte al Escuadrón de Tortura para que tomen el caso y trabajen de la mano de los Vigilantes Oscuros.

Emma inspiró hondo y negó levemente con la cabeza.

—Ese es su propósito, que el caso pase a los Vigilantes y allí se estanque por faltas de pruebas —comentó Emma—. Quien hizo esto conoce perfectamente las leyes de los soñadores. —Llevó una mano hasta el rostro de Loraine y lo acarició suavemente—. Torturaron a esta niña con el poder Sombras, así que quien lo hizo es un Amantis y sabe perfectamente que la Casa Amantis jamás permitirá que hagan una intervención, aunque se trate de un asesinato. Estamos atados de manos. Este es un claro aviso de la Oposición de que dejemos de investigar.




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