El ser humano quiere llegar a vivir mil años: esa es su meta, sin embargo, lo máximo registrado ha sido de quinientos setenta años. Pero los seres humanos capaces de vivir quinientos años son casos muy remotos.
Aunque mil años no son nada comparados con lo que pueden vivir los seres de otros planetas, para el ser humano es una meta demasiado increíble. Nuestra vida en la evolución de la naturaleza es tan corta como un parpadeo.
Vivir cuatrocientos cincuenta años nos parece muy poco, por eso intentamos aprender todo lo que podamos, para así intentar llegar al perfeccionismo.
Una persona de treinta años lo catalogamos de adolescente y la niñez se ha alargado a los veinte años. Para casarnos esperamos a los cien años y somos tan egoístas en nuestras vidas que preferimos no estancarnos en traer hijos al mundo porque nuestra meta está enfocada en aprender lo suficiente, porque es el único camino para intentar descubrir la cura que nos permita ser inmortales. La cura que nos haga convertir en dioses.
Memorias de la soñadora J. A. Darmy. Año de creación: 520 Después del Gran Despertar.