El enigma de la Quimera [libro 1]

CAPÍTULO 20

—Madeline, ¿había un niño pequeño en el hospital pediátrico? —preguntó ella, aún confundida por el sedante.

—¿Qué? —inquirió Madeline extrañada.

—Un niño rubio, tenía dos años… era hermoso —balbuceó Jara—. Él… ¿cómo se llamaba? Corría a mí y yo lo abrazaba.

—Jara, aún estás confundida —dijo Madeline, intentando calmarla—. Debes seguir descansando.

—No, no, debo recordarlo antes que se me vuelva a olvidar…

—Vamos, sigue durmiendo, Jara, duerme —pidió Madeline y le acarició el cabello—. Sí, así, descansa.

Jara se encontraba revisando los documentos de una nueva misión, una malformación en una dimensión artificial que se encontraba en construcción, donde varios mentores habían tenido accidentes. Los testimonios informaban de la aparición de monstruos, como los Oscuros.

Apenas llevaba un día de haber sido dada de alta, pero ya le habían dado una nueva misión. Aunque aceptó a regañadientes, por dentro tenía mucha curiosidad, desde hacía meses que se estaba haciendo seguimiento a los monstruos Oscuros y ella quería pertenecer a la misión. Pero como todo terminó en la muerte masiva de soñadores, el caso se cerró por su gran peligrosidad.

Y todo indicaba que se tendría que reabrir el caso dependiendo de lo que Jara encontrara en la dimensión artificial en construcción.

Jara vio a Madeline entrar casi corriendo a su oficina.

—¿Ya llegó? —preguntó.

—Ah, sí, ahí viene —informó ella mientras sus manos se retorcían del estrés.

Jara bajó la mirada a los papeles desparramados en su escritorio.

—Como Emma te vea evitando un miedo, terminarás siendo relevada de tu cargo —advirtió—. Así que compórtate frente a su sobrino.

—Pe-pero… no puedo… —chilló Madeline.

—Ahí viene, compórtate —avisó Jara y rápidamente se puso en pie.

Hans entró a la oficina de Jara. Automáticamente las jóvenes sintieron el lugar llenarse de la energía pesada y oscura del hombre.

Jara se acercó a él y se hicieron una reverencia formal. Hans a raíz de la última misión había sido ascendido a director del Escuadrón de Vigilantes Oscuros al haber salvado la vida de su equipo. Cosa que no pasó con Madeline, ella casi muere y tuvo que ser salvada por Hans, además de poner la vida en peligro de su equipo.

Jara le envió una mirada regañina a Madeline, la cual estaba congelada observando a Hans consumida por el miedo. Madeline pudo reaccionar y le hizo una reverencia torpe.

Tomaron lugar en la pequeña sala de estar que había en la oficina de Jara. La mujer rápidamente le sirvió té de canela a Hans y un poco de aromática de albahaca a su amiga para que lograra tranquilizarse.

—¿Y cómo sigues? —preguntó Hans a Jara mientras tomaba de su té—. Tengo entendido que estuviste hospitalizada.

—Estoy bien, gracias por preguntar. —Tomó lugar en frente del hombre—. Dime, ¿qué te han dicho sobre la misión?

—Todo indica que el autor es el mismo que tiene controlado el planeta Cerebro —informó Hans—. La creación de esta dimensión no le beneficia a la Oposición, pues será un centro de operaciones para rastrear a los que han burlado los tatuajes y con ello el rastreo de identidades.

—Claro, si se crea este lugar, podrá rastrearse a los fugitivos —aceptó ella.

—Jara… quería desde hace tiempo hacerte una pregunta —comentó él—, ¿recuerdas haber practicado con la energía oscura?

Ella tragó saliva, era una pregunta incómoda, pues Hans estaba enterado que había perdido la memoria y tenía muchos recuerdos fragmentados.

—Sí, claro que lo recuerdo —respondió.

—Cuando desintegré al Oscuro, pude sentir algo extraño —informó Hans—, era algo que nunca pude sentir cuando entrenaba en la Escuela Amantis. Esta energía era diferente, parecía…

—¿No pertenecer a este mundo? ¿Haber sido alterada?

—Sí, algo así.

Jara quedó pensativa y después hizo ademán con una mano y los papeles desparramados en su mesa de escritorio volaron con destreza hasta organizarse uno sobre otro entre sus manos. Las sombras de la tarde se colaban en la oficina y escalaban entre las paredes, intentando llegar al techo.

—He estado investigando —dijo Jara—, al parecer la Oposición está en búsqueda de la manipulación de la energía oscura, quieren perfeccionar el poder Sombras. Todo señala que quien lidera a la Oposición es un Amantis.

—¿Un Amantis? —exclamó Hans y sus ojos azules intensos se abrieron en gran manera.

—Si esto es cierto explicaría el por qué el planeta Cerebro fue tomado por los Oscuros y atacan a los soñadores. Cerebro debió convertirse en uno de sus centros de operaciones.

El silencio inundó la oficina.

Jara observó a Madeline, estaba cohibida en su asiento, con todo el rostro colorado y los hombros hundidos. El trauma pasaba factura a su amiga, estar cerca de Hans le recordaba aquel día en que perdió a más de la mitad de su equipo. No estaba apta para ir a una nueva misión.

—Hans, ¿es necesario que Madeline nos acompañe? —preguntó Jara.




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