El enigma de la Quimera [libro 1]

CAPÍTULO 24

Jara se despertó. Estaba en el consultorio de Joshua. ¿Había sido un sueño común?

—¿Cómo se siente? —preguntó el joven y se acercó a ella.

La joven lentamente se sentó en la camilla. Ya no estaba canalizada, sin embargo, Joshua le había colocado un conector en la parte derecha de su cuello. Lo palpó cuidadosamente con sus manos.

—Tiene muy altos índices de químicos en su cuerpo —le informó él—. Me he tomado el atrevimiento de apartarle una cita con su doctor, así que, por favor, no vaya a faltar, necesita que la vea. —Notó que Jara estaba ida—. ¿Qué le sucede?

—Tuve un sueño extraño —susurró Jara.

—¿Qué soñó?

Jara, para no olvidar lo soñado, se lo contó todo con exactitud, así el controlador podría capturar todos los recuerdos. El joven le prestó atención con una expresión de sorpresa.

—Pudo haber sido producto del medicamento —comentó—, pero es un sueño muy extraño.

—¿Recuerdas las clases en la Casa Amantis?

—¿Se refiere a la Dimensión Oscura?

Los consumió un silencio cómplice. Después Joshua sacudió su cabeza.

—Señorita Jara, no puede ser posible, ¿cómo podría su alma transportarse hasta la dimensión? No estaría con vida en este momento. Además, la estuve monitoreando todo el tiempo y usted no mostró signos de irregularidad o peligro.

Ella llevó su dedo pulgar a su boca y mordió la uña, pensativa y recordando al ente.

—No hay duda, la energía era la misma —aseguró y alzó la mirada hasta el joven—. Se parecía mucho a las Sombras, pero diferente al mismo tiempo. —Notó el rostro confundido de Joshua—. Era mucho más fuerte, como si hablara con la mismísima muerte. —Soltó un suspiro tembloroso—. Me pidió entrar y yo… acepté.

Una banca metálica suspensora voló hasta Joshua y él se sentó, quedando a la misma altura de Jara.

—¿Cree que ahora guarda en su interior energía oscura? —cuestionó.

—¿Podría ser eso posible?

Joshua recordó lo dicho por Marcow sobre que Jara era la encarnación de Jensen. Si eso era cierto, su alma tenía la capacidad de manejar o invocar la energía oscura, pues en su vida pasada ya lo había hecho. Si su teoría no era errónea, entonces Jara acababa de capturar en su alma un poder descomunal.

—No lo sé —mintió—, usted debe encargarse de averiguarlo.

Jara volvió a palpar el conector en su cuello. Estaba pasando el impacto creado por el sueño y notaba el cansancio en su cuerpo.

Joshua se inclinó y colocó sus manos en los muslos de Jara, palpando la tela oscura de su pantalón. Ella salió de sus pensamientos y se sorprendió al tenerlo cerca.

—No debería decirle esto, pero… —susurró él—, debería buscar al que la salvó en la dimensión artificial. Ahora que se encuentra enferma, él podrá curarla, entre más contacto tengan, usted podrá recuperar su salud, hasta en su totalidad.

La joven tomó las manos de Joshua y las entrelazó con las suyas. No sabía por qué, pero cada vez que estaba al lado de él, sentía que los envolvía una complicidad que únicamente se puede sentir con un familiar cercano, específicamente, con un hermano.

Joshua le sonrió con picardía, como si acabara de contarle un secreto que había jurado nunca decir.

¿Alguien como él podría intentar atacarla como al alterar sus controladores? No… definitivamente no, era todo lo contrario.

—¿Cómo podré saber quién fue esa persona o ser? —preguntó Jara.

Joshua se mostró confundido.

—Usted debe conocerlo ya, señorita Jara —explicó—, sólo piense que quiere tenerlo a su lado y aparecerá.

A Jara le llegó el recuerdo vago de Adem. ¿Podría ser ese joven que siempre la perseguía el que le había salvado la vida?

Joshua notó el rubor en las mejillas de la soñadora y entendió que ella ya había logrado encontrar a esa persona que buscaba. Cómo deseaba poder hablar abiertamente con ella como en el pasado, cuando eran niños y entrenaban juntos. Esperaba hacerlo pronto, pues los controladores desde ese momento la estimularían para que lograra recobrar la memoria, al menos, de quién era él.

—Vaya a descansar, señorita Jara —le recomendó—. Y por favor, no pierda su cita médica.

Jara estaba segura de que lo que le había pasado era real. Si bien estaba medicada, llevaba tres años en esta situación y había acostumbrado a su cuerpo a estar dopado, así que era muy difícil que viajara su alma involuntariamente.

Dejó su cuerpo carnal recostado en la cama de su apartamento y viajó en su forma astral hasta la dimensión artificial de la mansión Darmy para buscar textos que estuvieran relacionados con la energía oscura. Una vez leyó sobre este tema y la fuerza descomunal que le entregaba al alma. De hecho, en el mismo libro se hablaba de la leyenda de que las brujas nacieron al tener los humanos la capacidad de poder conectarse con esta energía y encapsularla; esto evolucionó hasta el punto de que un grupo selecto de mujeres lograron dominar la energía y crearon el poder Sombras, dando por último a la creación de las Amantis. Sin embargo, las Amantis en la actualidad habían perdido mucho del poder de esta energía al no saber cómo llegar a la Dimensión Oscura, pues en la caza de brujas Antes del Gran Despertar se quemaron casi todos los registros y también asesinaron a las que sabían dominar el poder, ya que estas mujeres al ser pacíficas y veedoras de paz, no se defendieron. Las que lograron sobrevivir se limitaron al anonimato y entrenamiento de sus familias para así preservar lo que quedó de la cultura Amantis.




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