El enigma de la Quimera [libro 1]

CAPÍTULO 30

Llegó cinco minutos antes de lo acordado al punto de encuentro con Joshua. Era el lindero entre el bosque y los límites de la academia de soñadores. La joven usaba una capa oscura que la camuflaba entre la oscuridad.

La noche era fría, aunque había una resplandeciente luna y un cielo despejado, por lo cual se le hizo fácil identificar a Joshua cuando caminaba a la lejanía, llevaba puesta una capa marrón oscura que escondía en su totalidad su rostro.

—¿No le han seguido? —preguntó él casi a susurro.

—No, he llegado sin ningún problema.

—Sígame —informó el muchacho, para después escabullirse entre las sombras de los árboles del bosque.

Jara lo siguió con sigilo, manteniéndose detrás a centímetros de distancia. Cuando se internaron en el bosque y a la joven se le dificultaba ver dónde pisaba, las preguntas comenzaron a rondar en su cabeza.

—¿A dónde vamos? —inquirió ella.

Si bien no sospechaba de él, le preocupaba que fuese a hacer alguna movida imprudente que alertaran a todos de su encuentro.

—Nos encontraremos con una persona —informó Joshua.

—¿Con quién?

Joshua esperó para poder ir al mismo paso de Jara.

—¿Recuerda que me preguntó sobre la energía que se apoderó de usted?

Los búhos comenzaron a escucharse como ecos lejanos mientras caminaban, también Jara logró divisar el canto de los sapos.

—Sí, pero me dijiste que sólo fue un sueño.

—Hace tiempo que alguien ha querido revisar su estado —comentó Joshua—, cuando le informé lo que usted soñó, me dijo que hay una probabilidad de que no sea un sueño, sino que realmente usted lo vivió por fracciones de segundos al desprenderse de su cuerpo. Una vez estemos con él, podrá explicárselo mejor.

—¿Cuántas personas están involucradas en esta misión? —cuestionó Jara.

—Gran parte de la Élite Internacional —informó el joven—, también en su totalidad las Grandes Amantis y algunos decanos de élite del CCI. Cooperan también Vigilantes Oscuros de suma confianza como Hans y… médicos que han llevado su caso en secreto. —Se encontraron con un camino hecho en piedra, donde la luz de la luna iluminaba a lo lejos una vieja casa.

A la soñadora le impresionó encontrar un lugar secreto cerca del CCI, sobre todo porque se le hacía extrañamente familiar. Esa sensación llevaba varias semanas teniéndola, como si su mente quisiera vomitarle recuerdos que nunca creyó tener en su interior.

—Verá, señorita Jara —siguió diciendo Joshua—, desde hace unos años, cuando usted sufrió el accidente junto a Adem, tuvimos que protegerlos de la Oposición, principalmente de Marcow, en su momento había sospechas de que él quería conformar un grupo que estuviera en contra de las leyes actuales que rigen a los soñadores, pero con el pasar de los años su ideología ha escalado hasta el punto de crear su propia secta. Sin embargo, no se han podido apresar porque tiene a altos mandos que siguen su doctrina.

—¿Él está implicado en la masacre de los cazadores de sueños?

—Me temo que sí, como también en el atentado de las Sombras hacia usted.

Llegaron a la entrada de la casa, en la cual se encendió una luz mortecina suspensora y después un hombre alto y acuerpado abrió. A Jara le impresionó que el hombre tuviera la misma apariencia de Adem, pero mayor.

—Señorita Jara, le presento a… —habló Joshua, pero la soñadora lo interrumpió.

—Doctor Roben —saludó ella con impresión—. Lo recuerdo, es el padre de Adem.

El hombre la observó con impresión.

—Oh, veo que el distorsionador de recuerdos comienza a hacer efecto —soltó el hombre y mostró una sonrisa—. Por favor, pasen.

En el interior de la casa apenas había unas cinco sillas, dos sillones y una mesa metálica. El doctor le ofreció asiento a la muchacha y los hombres se sentaron frente a ella.

—¿Cómo se ha encontrado de salud últimamente? —preguntó el hombre.

—No bien, he tenido muchas convulsiones de sangre —contestó—, me salen hematomas por todo el cuerpo.

—Son producidos a raíz de que usted está usando controladores alterados —informó el doctor—. Estos envenenan su cuerpo y producen que se enferme al estar expuesta a dispositivos traídos de la Quimera, en este caso, los controladores de sueños.

Jara lo observó confundida, después a Joshua, el cual permanecía serio, pero tranquilo.

—Cuando usted sufrió el accidente, adquirió la enfermedad de sueños lúcidos —seguía explicando Roben—. Con esto la academia se vio obligada a detener el Experimento Jara por varios años, esperando a que se recuperara. Seguramente usted se acordará de ello. —Notó que la joven acentuó levemente con la cabeza—. Sin embargo, hace cuatro años usted comenzó a mostrar mejorías significativas y estaba casi recuperada en su totalidad, esto provocó que la Élite Internacional se reuniera para discutir si reactivar el experimento y llegaron a la conclusión que sí.

—A la Oposición esta idea no le gustó para nada —intervino Joshua—, sobre todo a Marcow que estaba seguro de que usted iba a morir. Por años creyó que era inofensiva y no la veía como un peligro, pero si volvían a reactivar el experimento, usted ascendería rápidamente hasta convertirse en la primera Protegida del Justiciero, pues esa es la meta del Experimento Jara.




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