Lily intentó no molestar a Jara desde que pasó el altercado con Adem y se quedó en su escritorio intentando resolver el acertijo de DéJá Vu que su mentora le había puesto. Estaba segurísima de que no sería capaz de resolverlo, ya que no sabía qué variantes tenía y mucho menos en qué época se daría. Únicamente podía ver la pantalla suspensora repetir la escena de una pluma cayendo, un niño corriendo por un camino de arena y unas manos buscar algo en un bolsillo.
Mordió su labio inferior e inspiró hondo. Escuchó que se abrió la puerta de la oficina y se levantó con rapidez, temiendo que fuera Adem el que volvía a irrumpir.
Afortunadamente era el capitán Yakov quien acababa de entrar, él siempre acostumbraba a hacerlo sin avisar.
Lily hizo una reverencia y después acomodó unos mechones de cabello detrás de sus orejas.
—Buenas tardes, capitán Yakov —saludó.
—Hola Lily —saludó el hombre con una sonrisa—, ¿cómo van esos estudios?
La joven soltó un suspiro y su mirada se fue lejos. El hombre soltó una risita al observar a la joven tiernamente.
—La especialización de DéJá Vu puede parecer inicialmente muy llamativa, pero también es de las más complicadas que hay —comentó el hombre.
—A veces siento que nunca seré capaz de pasar el examen para graduarme —soltó la joven con tono triste.
—¿Por qué? —preguntó con curiosidad.
—Llevo casi seis años estudiando la especialización y cinco exámenes reprobados, señor —explicó bajando la mirada a la pantalla—. Los DéJá Vu no se me logran revelar, son tan…
—¿Tan inconexos con la realidad? —preguntó Yakov acercándose al escritorio de cristal y revisó la pantalla suspensora donde se reproducía la imagen en movimiento—. Vaya, es un acertijo bastante complejo.
—Debo descifrarlo para esta noche, pero no soy capaz de hacerlo y si vuelvo a reprobar jamás podré descubrir si soy capaz de reconocer DéJá Vu —explicó con tristeza.
El hombre analizó la imagen cambiante una y otra vez, intentaba pensar como Jara, entender su patrón de reconocimiento y su capacidad de jugar psicológicamente.
—¿Sabes cómo piensa Jara? —indagó.
—¿En qué sentido? —preguntó la joven.
—Al momento de analizar los DéJá Vu —dijo Yakov.
—Primero reconoce cuáles son los pensamientos antes que las situaciones —respondió ella—. Señaló la pluma—. Me parece que este es un recuerdo.
—¿Por qué es un recuerdo?
—Por el ángulo, parece que alguien lo está viendo. Las demás imágenes… —Se detuvo a analizar la mano en el bolsillo—. Este también es un recuerdo, es la misma persona, está recordando que sacó algo del bolsillo…
—¿Y el niño corriendo? —preguntó Yakov.
—Después voltea a ver al niño y es cuando se da cuenta que está viviendo un DéJá Vu: reacciona y la impresión lo saca del mismo. —Lily llevó una mano a su pecho y abrió su boca con impresión, volteó a ver al decano con sus ojos bien abiertos—. ¡¿Es así?! Son dos recuerdos y un plano terrenal. Es un derivado de confusión y percepción, por lo cual, lo hace un DéJá Vu de rango bajo, lo que quiere decir que la persona que lo vivió no está acostumbrada a ellos, es una persona promedio. No es un soñador, es alguien común.
Yakov mostró media sonrisa al ver que la joven había acertado, pero no podía decirle, iba en contra de las reglas.
—Espero que te vaya bien en el resultado y logres ascender —dijo Yakov.
—Muchas gracias, señor —volvió a hacer una reverencia. Al volver a alzar la mirada, se encontró con la sonrisa amable del hombre.
Lily no entendía la razón para que las personas le temieran al capitán Yakov, desde que lo conoció en su primer año de Soñadora Oficial le pareció una buena persona. Si era cierto que tenía una presencia demandante, nunca lo vio como alguien que generara miedo y lograba hablarle y expresarse con mucha facilidad frente a él, lo cual le generó muchos beneficios a lo largo de su carrera como soñadora.
Cuando tuvo el conflicto con Adem en su último año, fue gracias al buen concepto que tenía Yakov de ella que no recibió ninguna represalia en la academia y logró ascender a asistente de Jara: era su primera asistente, esto pesaba muchísimo en su hoja de vida. Podía jactarse entre sus amigos de ser la mano derecha de la decana Jara Adelina Darmy y era amiga del capitán Yakov, y podía tutear, hasta darse juegos con el ahora mejor estudiante del CCI, Adem.
—La señorita Jara está en su escritorio organizando todo antes del descanso que tomará —informó Lily.
—Bien, gracias.
Yakov avanzó rumbo al interior de la oficina, hacia la pequeña sala para hablar con Jara sobre su descanso.
—Dejaré a Lily supliéndome en las clases, es buena y entiende las clases a la perfección —explicó Jara a su antiguo mentor—. Cada mes me hará una rendición de cuentas sobre el avance de los estudiantes.
—Me parece una opción acertada —aceptó Yakov.
—Con respecto a las misiones, sabe que no podré hacerlas en los tres años.
—Entonces, no aceptarás el ascenso para entrar a la Élite Internacional —comentó Yakov.