El enigma de la Quimera [libro 1]

CAPÍTULO 54

Luie así lo hizo y volvieron a observarse fijamente. Jara analizó la mirada del jovencito, tenía una determinación impactante y su energía emanaba una fortaleza que llamó mucho su atención.

Era la primera vez que la decana sentía tanta curiosidad por un estudiante y le sorprendía que este fuera el peor de sus alumnos. No quería hacerse expectativas, pero lo pondría a prueba para ver cuánto resistía.

—Búscame dentro de nueve años y medio —dijo Jara—, si logras permanecer en la academia todo ese tiempo con notas dignas para aspirar a tener una especialización, podría considerar el hacerte el examen, aunque eso no asegura que puedas tener la especialización.

—¡¿Qué?! —jadeó Issis y llevó una mano a su boca.

—Así lo haré —aceptó Luie con convicción—. Entrenaré todo este tiempo para poder pasar el examen.

Jara dio media vuelta y volvió a tomar su camino hacia la entrada de la academia.

—Nueve años y medio, eso es el tiempo que me tomó entrar a la academia —confesó Luie—. Me acaba de poner una prueba de resiliencia, quiere probar mi fortaleza mental.

—Lo mejor es que te vuelvas amigo de Lily —propuso Adem—, seguramente a ella le hizo lo mismo y podrá darte consejos.

—Sí, necesitaré estar muy cerca de ella para aprender todo lo que necesito —aceptó Luie.

Llevaba toda la mañana nublada, cayendo una llovizna de a ratos.

La casa de Yakov tenía una luz grisácea y la sala privada de reuniones era atrapada por una sensación de pesadez y suspenso.

Había una gran pared pintada de color mostaza que tenía un cuadro enmarcado de un mar caótico donde un barco luchaba por no ser hundido por las enormes olas. Jara de a momentos se lo quedaba observando, pues estaba aquel gran cuadro detrás de su mentor.

Se habían reunido la Suma Eminencia Zimmer, la decana Emma, el capitán Yakov, Joshua y como invitada especial, Diana.

La anciana Zimmer había revisado la Sombra dentro de Diana y se había sorprendido al ver que la consumió por completo, estaba mezclada con su alma. Sin duda alguna Jara había hecho un trabajo perfecto, Diana ahora era indefensa, era un títere de Jara. No debían preocuparse de que fuese a traicionarlos o decir palabra alguna que los pusiera en peligro, pues esto era imposible.

—Diana reclutará nuevos miembros para las Sombras —informó Jara—, estos serán espías de la Élite Internacional.

—Es una movida muy arriesgada —declaró Yakov mientras movía la cabeza—. Sé que has hecho un buen trabajo reclutando a Diana, pero Marcow podría sospechar.

—No lo hará —replicó Jara—. Yo me encargaré de que eso no pase.

—¿Qué tienes planeado? —inquirió Zimmer.

Jara desplegó una sonrisa ladina.

—Haré que los nuevos miembros no sólo posean una Sombra en su interior —explicó—, también serán quienes manejen la energía oscura.

—¡Pero eso es una locura! —protestó Yakov y todo su rostro se acaloró del impacto de la noticia.

—¿Le vas a entregar la energía oscura a Marcow? —indagó la Suma Eminencia Zimmer.

—Le haré creer que tiene en su poder la energía oscura —aclaró Jara—. Pensará que tiene en sus manos un grupo de soñadores capaces de dominar este poder y que los ha adiestrado para que le sean leales. Le haré creer que ha ganado y tiene el poder absoluto.

—¿A cuántos les permitirás que posean la energía oscura? —inquirió la decana Emma.

Jara volteó a ver a Diana, la cual se ruborizó y subió sus hombros.

—El decano Marcow tiene como plan principal el crear todo un ejército —declaró Diana—, a todos los grandes líderes de las academias les ha prometido alzarse contra la Élite Internacional y crear un nuevo orden mundial. Así que… necesita construir un ejército capaz de dominar el poder Sombras y la energía oscura. —Tragó saliva—. Mi padre, el director Ramers, le está ayudando a relacionarse con eminencias de otras academias de soñadores. Se han dispuesto lograr su objetivo dentro de diez años, donde harán el golpe de estado a la Élite Internacional.

El ambiente se volvió aún más pesado.

—El ejercito que Marcow quiere crear debe ser nuestro —dijo Jara—, uno capaz de enfrentarse a la organización que está creando y aniquilarla. Es por eso que desde ahora debemos entrenarlos con la energía oscura.

La Suma Eminencia Zimmer permanecía inmóvil, todos estos años había sospechado de cuáles eran las intenciones ocultas de Marcow y hasta dónde habían llegado sus alcances, pero jamás creyó que tuviera un poder tan grande y mucho menos estuviera creando una legión. Jara en privado le dio el nombre de los principales líderes que estaban con Marcow, algo que la dejó sin aliento por casi un segundo. Y ahí estaba, viendo en la reunión cómo sus peores miedos se iban materializando, burlándose de ella.

—Es demasiado arriesgado crear todo un ejército que manipule la energía oscura —protestó Marcow.

—Si no lo creamos nosotros, lo hará Marcow —replicó Jara con dureza.

—Marcow ha tenido muchos años para preparar su plan —intervino Joshua, sus hombros temblaban—. Él no se va a detener, tiene algo que lo hace sentirse muy seguro y por más que intento saber qué es… no lo sé. —Sus ojos se llenaron de lágrimas—. Pero puede leer los pensamientos con únicamente tocar el rostro. Él no es humano y… lo más probable es que sus más íntimos aliados tampoco lo sean.




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