El enigma de la Quimera [libro 1]

CAPÍTULO 80

Jara supo que estaba en un gran problema cuando el capitán Yakov la citó esa tarde en el parque trasero de la academia, era la zona más alejada, donde tenían conversaciones confidenciales y nadie podría molestarlos.

Presentía que el tema central sería Adem, por eso antes de llegar al parque hizo ejercicios de respiración, tomó su medicación y reguló su controlador. Como esa tarde hacía frío, se colocó un abrigo negro que le llegaba hasta las rodillas. El parque era medianamente grande, con bancas de hierro fundido que intentaban dar un aire neoclásico, de la era Antes del Gran Despertar; había hojas secas amontonadas en las esquinas y los árboles en su mayoría daban aquel aire triste que traía consigo el invierno.

Jara llegó un poco antes que el capitán Yakov, algo que le pareció bueno, pues quería mentalizarse antes de tener dicha conversación. Gracias a Lily estaba enterada que Adem había conversado con el capitán, por lo mismo sospechaba que el hombre se enteró de algo y por ello la citó en el parque.

El capitán Yakov llegó diez minutos después, vestía un abrigo gris y guantes negros, llevando ese aire imponente que tanto intimidaba a la muchacha. Jara al verlo dio un salto de la banca de hierro e hizo una reverencia, lo más formal que pudo.

—Siéntate —pidió el hombre.

La mujer así lo hizo, en silencio, tomando lugar en la esquina de la banca, para tener un gran espacio que la separara del hombre.

Yakov se sentó con toda la seguridad que puede tener una persona que domina la situación y se tomó unos segundos para repararla, como era habitual en él.

—Te ves más delgada, ¿no estás comiendo bien? —preguntó.

—Sí, señor, estoy comiendo como de costumbre —respondió Jara.

—Pues no parece, se te están marcando mucho los pómulos —regañó él.

Jara no respondió, pues era lo mejor, al capitán no le gustaba que lo contradijeran.

—¿Cuándo te vas? —indagó Yakov.

—En una semana, señor.

—Una semana, es muy pronto… —susurró el hombre.

Con esto, Jara notó que había un problema, pues los planes que quería Yakov no estaban encajando con los planes de Jara.

—Señor, ¿para qué mandó a llamarme? —inquirió ella, comenzando a sentir la ansiedad picarle en las palmas de sus manos.

Yakov la observó fijamente con aquella mirada profunda y oscura.

—Jara, ¿qué has visto en la Dimensión Futura? —preguntó directamente.

La joven sintió la pregunta golpearle la boca del estómago y apretó con fuerza su mandíbula.

—Sé que te cuesta hablar al respecto —dijo el hombre—, y que mucho de tu miedo está ligado con Adem, ¿es así?

La mujer quedó sin aliento, palideciendo de a poco. Esto confirmó las sospechas de Yakov, quien se sintió más seguro de hablar.

—¿Adem altera las variantes futuras? —preguntó con cierta animosidad en su voz.

Los labios de Jara comenzaron a temblar y llevó una mano a la boca de su estómago, sintiendo las náuseas invadirla.

—¿Ya averiguaste si Adem tiene también una Dimensión Futura? —insistió él—. La única forma de que una persona altere las variantes futuras es que tenga una Dimensión Futura y las dos hagan colisión. ¿Es lo que ha estado pasando? —Notó que Jara no se encontraba bien—. Jara, sé que esto puede ser difícil de procesar para ti, pero en algún momento eso que viste en tu Dimensión Futura deberás enfrentarlo. Necesito saber lo que está pasando para entenderlo.

Jara agarró con fuerza el hierro fundido de la banca, sintiendo el frío atusarle la piel.

—¡No, usted lo que quiere es que Adem abra su Dimensión Futura y explotarlo! —estalló Jara—. ¡No permitiré que hagan con él lo mismo que hicieron conmigo!

En la mente de Jara llegaban los recuerdos de la dimensión: los caminos temblar y cambiar de posición; la puerta negra que era la entrada a la Dimensión Futura de Adem; todos los caminos alinearse hacia un único destino que la llevaría a su muerte.

Comenzó a llorar e hiperventilar.

—¡Adem correrá un gran peligro si abre su dimensión, no está preparado! —exclamó, comenzando a temblar—. Por favor, no me lo pida, yo no lo aceptaré.

—Jara, por favor, escúchame —pidió Yakov con voz calmada para intentar sacarla de su crisis nerviosa—. Si Adem está alterando las variantes de tu Dimensión Futura es porque es una pieza clave para que puedas resolver el acertijo de tu DéJá Vu, si lo ayudas a abrir aquella dimensión, podrá ver ángulos de ese evento que tú no estás viendo.

—¡No, no lo voy a hacer! ¡Adem podría morir!

—¿Prefieres ser tú quien muera? —cuestionó Yakov—, ¿vas a permitir que el miedo te arrastre a esa muerte?, ¡¿quién eres?! ¡No eres la Jara Adelina Darmy que yo entrené!

—¡Pues esto es lo que hay! —restalló Jara, soltando lamentos y temblando por la cascada de emociones dentro de ella—. Yo ya no soy esa niña que crearon en el experimento, esto es lo único que queda de Jara Adelina Darmy. ¡Y no lo voy a hacer!, ¡yo no puedo hacerle esto a Adem, él va a morir si lo hago!

—¡¿Por qué sigues diciendo que va a morir?!, ¡Jara, necesito que confíes en mí para poder ayudarte!




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