El amanecer llegó lentamente, empapando Samewood con una luz tenue y fría que se filtraba a través de las nubes grises. A pesar del éxito aparente del ritual, una sensación de inquietud persistía entre Álex y sus amigos. Habían sellado el portal y, por lo tanto, el peligro inmediato parecía haber pasado, pero ninguno de ellos podía sacudirse la sensación de que la calama era solo temporal.
Álex se despertó antes que sus amigos, incapaz de conciliar el sueño. Se levantó de la cama, evitando hacer ruido para no despertar a sus amigos, que habían pasado la noche en su apartamento tras el agotador ritual. Se dirigió al pequeño balcón que daba a la calle principal, donde la bruma matutina cubría el suelo como un manto de misterio.
Mientras inhalaba el aire fresco de la mañana, su mente volvía al momento en que pronunciaron las palabras finales del ritual. Recordaba la luz azul y cómo el aire se había cargado de electricidad justo antes de que todo se calmara. Habían seguido las instrucciones al pie de la letra, pero algo en su interior le decía que aquello no había sido suficiente.
El sonido de una puerta que se abría suavemente lo sacó de sus pensamientos. Luna apareció en la puerta del balcón, envuelta en una manta y con el cabello despeinado. Sus ojos estaban somnolientos pero alerta, reflejando la misma preocupación que sentía su amigo.
—No podías dormir, ¿verdad? —preguntó ella al acercarse a él.
—No —admitió—. Me gustaría decir que estoy tranquilo después de lo que hicimos anoche, pero no puedo evitar pensar que esto no ha terminado.
Luna asintió mientras se apoyaba en la barandilla junto a él y le decía:
—Yo siento lo mismo. Es como si… hubiera algo que nos hemos pasado por alto, algo que sigue acechando en las sombras.
El chico la miró de reojo, apreciando lo que su amiga aportaba al grupo: su instinto afilado, su determinación y, sobre todo, su capacidad para conectar con lo que otros no podían ver. Había una razón por la cual se habían unido tan fácilmente cuando todo esto comenzó.
—Quizás deberíamos continuar investigando a Hawthorne —sugirió él—. Anoche encontramos mucha información, pero no llegamos al fondo de todo. ¿Qué te parece si exploramos más sobre la historia del espejo y el círculo de piedras? Podríamos descubrir por qué se construyó y cuál es su verdadera conexión con Edgar Hawthorne.
—Me parece una buena idea —respondió Luna, claramente animada por la propuesta—. Si algo aprendí en todo este tiempo, es que cuando crees que ya tienes todas las respuestas, es cuando aparecen más preguntas.
Antes de que pudieran seguir hablando, la puerta del balcón se abrió una vez más. Esta vez era Emma, con una expresión de preocupación que contrastaba con su habitual serenidad.
—Chicos, acabo de recibir un mensaje de uno de los contactos que hice anoche —dijo la chica al mostrar su teléfono—. Es un historiador especializado en cultos y rituales antiguos. Dice que el círculo de piedras podría no haber sido simplemente un lugar de sellado, sino un punto de conexión entre nuestra dimensión y otra más allá de nuestro entendimiento. Si eso es cierto, entonces el ritual que hicimos anoche… solo fue una solución temporal.
Sus amigos intercambiaron miradas. Sus peores temores se habían confirmado.
—¿Qué sugiere que hagamos? —quiso saber Álex con la voz llena de urgencia.
—Sugiere que nos dirijamos a una antigua cueva que está marcada en los mismos mapas donde encontramos el círculo de piedras. Según él, esta cueva podría ser la clave para comprender el origen del poder del espejo y, con suerte, encontrar una manera de neutralizarlo definitivamente.
—Si vamos a hacer esto, tenemos que estar preparados. No sabemos qué más nos espera allí —continuó Álex con un leve asentimiento.
—Creo que deberíamos reunir más información antes de adentrarnos en esa cueva. Necesitamos saber todo lo posible sobre lo que podría esperarnos allí. Jake aún no se ha despertado, pero estoy segura de que puede encontrar algo en los registros digitales o en foros especializados —intervino Luna, siempre práctica.
—Voy a contactar al historiador de nuevo y ver si puede darnos más detalles sobre la cueva. También quiero intentar hablar con algunos de los residentes más antiguos de la ciudad; tal vez haya historias locales que nos den alguna pista adicional —estuvo de acuerdo Emma.
Con el plan trazado, los tres regresaron al interior del apartamento para despertar a su amigo y ponerlo al tanto de la situación. A pesar de su apariencia cansada, Jake se animó rápidamente al enterarse de la nueva pista.
—Una cueva misteriosa y antigua, conectada con un círculo de piedras y un espejo maldito —dijo el chico con una sonrisa de ironía—. Es como una película de terror de bajo presupuesto. Pero estoy dentro. Dejadme ver qué puedo encontrar.